ABROJOS
Bota, bota, bella niña,
ese precioso collar
en que brillan los diamantes
como el líquido cristal
de las perlas del rocío
matinal.
Del bolsillo de aquel sátiro
salió el oro y salió el mal.
Bota, bota esa serpiente
que te quiere estrangular
enrollada en tu garganta
hecha de nieve y coral.
A un médico”, de Francisco de Quevedo
Yacen de un home en esta piedra dura
El cuerpo yermo y las cenizas frías:
Médico fue, cuchillo de natura,
Causa de todas las riquezas mías.
Y ahora cierro en honda sepultura
Los miembros que rigió por largos días;
Y aun con ser Muerte yo, no se la diera,
Si dél para matarle no aprendiera.
2.A ti” de José Asunción Silva
Tú no sabes, más yo he soñado
entre mis sueños color de armiño,
horas de dicha con tus amores,
besos ardientes, quedos suspiros
cuando la tarde se tiñe de oro
esos espacios que juntos vimos,
cuando mi alma su vuelo emprende
a las regiones de lo infinito.
3.Extracto de “Abrojos”, de Rubén Darío
hecha de nieve y coral
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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ABROJOS
Bota, bota, bella niña,
ese precioso collar
en que brillan los diamantes
como el líquido cristal
de las perlas del rocío
matinal.
Del bolsillo de aquel sátiro
salió el oro y salió el mal.
Bota, bota esa serpiente
que te quiere estrangular
enrollada en tu garganta
hecha de nieve y coral.
A un médico”, de Francisco de Quevedo
Yacen de un home en esta piedra dura
El cuerpo yermo y las cenizas frías:
Médico fue, cuchillo de natura,
Causa de todas las riquezas mías.
Y ahora cierro en honda sepultura
Los miembros que rigió por largos días;
Y aun con ser Muerte yo, no se la diera,
Si dél para matarle no aprendiera.
2.A ti” de José Asunción Silva
Tú no sabes, más yo he soñado
entre mis sueños color de armiño,
horas de dicha con tus amores,
besos ardientes, quedos suspiros
cuando la tarde se tiñe de oro
esos espacios que juntos vimos,
cuando mi alma su vuelo emprende
a las regiones de lo infinito.
3.Extracto de “Abrojos”, de Rubén Darío
Bota, bota, bella niña,
ese precioso collar
en que brillan los diamantes
como el líquido cristal
de las perlas del rocío
matinal.
Del bolsillo de aquel sátiro
salió el oro y salió el mal.
Bota, bota esa serpiente
que te quiere estrangular
enrollada en tu garganta
hecha de nieve y coral