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Subculturas delictivas Cohen desarrolló su teoría de las Subculturas Delictivas colocando como objeto de su análisis a la delincuencia juvenil, específicamente el grupo integrado por jóvenes de sexo masculino cuyas familias pertenecen en su mayoría a la clase obrera. Su actividad en el grupo se va a caracterizar porque el delito es para ellos una actividad que les produce placer, satisfacer el ocio y les permite elevar su status dentro de su grupo (Delincuencia Expresiva); ese placer es originado en el daño que ocasiona al semejante (Delincuencia Maliciosa), y en producir temor a los otros grupos en vista de desafiar el orden jurídico establecido (Oposición a las Normas Dominantes). Por otro lado, los delitos que comete el grupo serán de la más variada índole (Versatilidad); todos ellos ejecutados sin mucha planificación (Búsqueda de Placer a Corto Plazo), pero caracterizados por una plena solidaridad con los otros miembros del grupo (Énfasis en la Autonomía del Grupo), contrariamente a las relaciones con los otros grupos con los cuales tienden a ser hostiles y resistiéndose a toda la gama de instituciones, como la escuela y la familia, que perseguirán regular su comportamiento.Cohen insiste en buscar el origen de la subcultura delictiva en los jóvenes varones de la clase obrera, que buscan con ella el problema de su status al sentirse sometidos por una clase económica más poderosa, tal vez porque esa era la realidad para 1955. Pero en la actualidad tales parámetros han cambiado, por cuanto jóvenes del sexo femenino también las vemos integrando pandillas que ya no serán sólo de jóvenes, sino de individuos de toda edad, pero con la misma inconformidad con respecto a su status social. Esta inconformidad viene dada por vivir en un mundo competitivo en donde los compañeros se valoran en función de disponer de las cualidades que aseguran un futuro lleno de éxito en la edad adulta. Esto, como criterio de valoración, no solo va a ser dominante en la escuela, medios de comunicación y otras instituciones, sino que también va a repercutir en las familias integrantes de la clase obrera. “El sueño americano”, como dice Cohen, se convertirá en un valor de éxito que estas familias transmitirán a sus hijos, valores que entrarán en conflicto con los de la clase media.