Según el relato bíblico, tras constatar Yahvé, en agudo paralelismo con el diluvio-que al parecer no bastó (¡y a qué precio!) para eliminar a la humanidad pecadora-, los “extraordinariamente graves” (Génesis ,18, 20) pecados de sus criaturas en Sodoma y Gomorra, lo que hoy llamaríamos un caso, que no problema, de orientación sexual legítima, decidió destruir las ciudades, haciendo “llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego que venía de Yahvé, desde el cielo. Y destruyó aquellas ciudades, y toda la Vega” (Génesis, 19, 24 y 25), zona que Lot , sobrino de Abraham, por estar bien dotada de agua, había elegido para establecerse (Gen. 13, 11).Estrabón, en el siglo I AC, dice que “según las tradiciones de los nativos (…) a consecuencia del terremoto , la tierra fue inundada de azufre caliente y agua sulfurosa” y que “se conservan todavía las obras de circunvalación”. En tiempos de Ptolomeo, en el siglo II, el Mar Muerto era conocido por “Sodomorum Lacus”. Autores como Tácito, Filón y Flavio Josefo, también mencionan el tema.El Corán, menciona también el caso: “Y a las ciudades derribadas es El ( Alá ) el que las ha derribado. Y el castigo del cielo les envolvió por entero” (LIII, 53-54).
Sodoma, Gomorra, Admá y Seboyim, las ciudades destruidas, estaban cerca del Mar Muerto, el Mar de Sal bíblico al cual apunta la conversión en sal de la mujer de Lot , cuya curiosidad, según el relato bíblico, sería castigada con desproporcionada crueldad (Génesis, 19, 25) . Se trata de una depresión tectónica en que la corteza terrestre se está abriendo, como en el Valle del Rift africano, con los lagos Tanganyka y Victoria, y cuyo fondo está casi 800 m más bajo que el nivel del Mediterráneo . Por razones histórico-cronológicas, la destrucción tuvo que producirse hace menos de 4.000 años. Aunque este tipo de zonas geotectónicas poseen volcanismo ( uno de cuyos ejemplos es el evangélico Monte Tabor), se sabe que en esa época y hasta hoy, no ha habido erupción alguna, por lo que es necesario pensar en otro fenómeno para una explicación científica.
SODOMA Y GOMORRA
Según el relato bíblico, tras constatar Yahvé, en agudo paralelismo con el diluvio-que al parecer no bastó (¡y a qué precio!) para eliminar a la humanidad pecadora-, los “extraordinariamente graves” (Génesis ,18, 20) pecados de sus criaturas en Sodoma y Gomorra, lo que hoy llamaríamos un caso, que no problema, de orientación sexual legítima, decidió destruir las ciudades, haciendo “llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego que venía de Yahvé, desde el cielo. Y destruyó aquellas ciudades, y toda la Vega” (Génesis, 19, 24 y 25), zona que Lot , sobrino de Abraham, por estar bien dotada de agua, había elegido para establecerse (Gen. 13, 11).Estrabón, en el siglo I AC, dice que “según las tradiciones de los nativos (…) a consecuencia del terremoto , la tierra fue inundada de azufre caliente y agua sulfurosa” y que “se conservan todavía las obras de circunvalación”. En tiempos de Ptolomeo, en el siglo II, el Mar Muerto era conocido por “Sodomorum Lacus”. Autores como Tácito, Filón y Flavio Josefo, también mencionan el tema.El Corán, menciona también el caso: “Y a las ciudades derribadas es El ( Alá ) el que las ha derribado. Y el castigo del cielo les envolvió por entero” (LIII, 53-54).
Sodoma, Gomorra, Admá y Seboyim, las ciudades destruidas, estaban cerca del Mar Muerto, el Mar de Sal bíblico al cual apunta la conversión en sal de la mujer de Lot , cuya curiosidad, según el relato bíblico, sería castigada con desproporcionada crueldad (Génesis, 19, 25) . Se trata de una depresión tectónica en que la corteza terrestre se está abriendo, como en el Valle del Rift africano, con los lagos Tanganyka y Victoria, y cuyo fondo está casi 800 m más bajo que el nivel del Mediterráneo . Por razones histórico-cronológicas, la destrucción tuvo que producirse hace menos de 4.000 años. Aunque este tipo de zonas geotectónicas poseen volcanismo ( uno de cuyos ejemplos es el evangélico Monte Tabor), se sabe que en esa época y hasta hoy, no ha habido erupción alguna, por lo que es necesario pensar en otro fenómeno para una explicación científica.