Dayanamasciel
Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante Celeste, como de costumbre. Todos se condolieron mucho de mí, y Celeste me dijo: “Madre hay una sola.” Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me sentía un poco aturdido, pues fue necesario que subiera hasta la habitación de Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. Él perdió a su tío hace unos meses.
Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera, añadidas a los barquinazos, al olor a gasolina y a la reverberación del camino y del cielo
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lachiquis322
"el avaro" de Augusto monterroso (microcuento)
Dios todavia no ha credo el mundo ; solo esta imaginando , como entre sueños . por eso el mundo es perfecto , pero confuso
Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera, añadidas a los barquinazos, al olor a gasolina y a la reverberación del camino y del cielo
Dios todavia no ha credo el mundo ; solo esta imaginando , como entre sueños . por eso el mundo es perfecto , pero confuso