Al fondo del garaje se asomaba, como un relámpago, el jardín. Comenzaba con una grama suave y corta, de un verde amatista, que se abalanzaba sobre el concreto alrededor como queriendo huir despavorida, como esperando poder arrancarse de la tierra negra y húmeda de la zona.
Al fondo del garaje se asomaba, como un relámpago, el jardín. Comenzaba con una grama suave y corta, de un verde amatista, que se abalanzaba sobre el concreto alrededor como queriendo huir despavorida, como esperando poder arrancarse de la tierra negra y húmeda de la zona.