El Primer Imperio francés, conocido comúnmente como Francia Napoleónica, Imperio Napoleónico o simplemente Imperio francés, fue un estado soberano que incluyó en su territorio una gran parte de Europa occidental y central; tuvo además numerosos dominios coloniales conocidos como Francia de Ultramar y estados clientelares (satélites). Abarca la totalidad del periodo conocido como la Era Napoleónica, que cubre el periodo desde la coronación de su emperador, Napoleón I, hasta su abdicación y exilio en la isla de Elba, en 1814. Oficialmente, el término se refiere al periodo comprendido entre el fin del consulado hasta la Restauración Borbónica, aunque posteriormente vivió un epílogo entre el periodo de los Cien Días (1 de marzo de 1815), la abdicación final de Napoleón, el 22 de junio de 1815, y la entrada de Luis XVIII en París, conllevando esto la salida el 7 de julio del emperador Napoleón II y su Comisión de Gobierno. Los conflictos que llevaron al imperio napoleónico a enfrentarse con las potencias europeas, se los conoce como las Guerras Napoleónicas o guerras de coalición.
La presencia de Napoleón Bonaparte en el panorama europeo, un militar inmensamente poderoso, temido y respetado, que encarnaba los ideales revolucionarios despertó el miedo de las monarquías absolutistas que, temiendo la expansión de las ideas de la revolución francesa y auspiciadas por el Reino Unido, no cesaron en hacerle la guerra a Francia. Sin embargo, se toparon de frente con una serie de derrotas humillantes a manos del emperador. Para el año 1812, Napoleón ya controlaba toda Europa occidental y central, con la excepción de la Gran Bretaña y Portugal. Con sus conquistas, varios gobiernos absolutistas fueron extintos y las ideas de la Revolución francesa se diseminaron por Europa. Se habló predominantemente el idioma francés el cual fue la lengua nacional seguido por el italiano, el alemán, el polaco y el español. Su capital fue París, la moneda oficial fue el franco francés y llegó a poseer una población de casi 90 millones de personas, ya fuera dentro de su territorio legal como estado
Napoleón I Bonaparte (Ajaccio, Córcega, Francia, 15 de agosto de 1769-Longwood, Isla Santa Helena, 5 de mayo de 1821) fue un militar y estadista francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de brumario que lo convirtió en primer cónsul (Premier Cónsul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como emperador de los franceses (Empereur des Français) el 18 de mayo de 1804, y fue coronado el 2 de diciembre; fue proclamado rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo. Ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante poco más de una década, tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas. Solo tras su derrota en la batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el periodo llamado los Cien Días y fue derrotado para siempre en la batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, cuando fue desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado uno de los mayores genios militares de la historia, ya que comandó campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igual de estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, en las que involucró a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, se le conoce por el Código Napoleónico; es considerado por algunos un «déspota ilustrado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas.4 Se le juzga como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.
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El Primer Imperio francés, conocido comúnmente como Francia Napoleónica, Imperio Napoleónico o simplemente Imperio francés, fue un estado soberano que incluyó en su territorio una gran parte de Europa occidental y central; tuvo además numerosos dominios coloniales conocidos como Francia de Ultramar y estados clientelares (satélites). Abarca la totalidad del periodo conocido como la Era Napoleónica, que cubre el periodo desde la coronación de su emperador, Napoleón I, hasta su abdicación y exilio en la isla de Elba, en 1814. Oficialmente, el término se refiere al periodo comprendido entre el fin del consulado hasta la Restauración Borbónica, aunque posteriormente vivió un epílogo entre el periodo de los Cien Días (1 de marzo de 1815), la abdicación final de Napoleón, el 22 de junio de 1815, y la entrada de Luis XVIII en París, conllevando esto la salida el 7 de julio del emperador Napoleón II y su Comisión de Gobierno. Los conflictos que llevaron al imperio napoleónico a enfrentarse con las potencias europeas, se los conoce como las Guerras Napoleónicas o guerras de coalición.
La presencia de Napoleón Bonaparte en el panorama europeo, un militar inmensamente poderoso, temido y respetado, que encarnaba los ideales revolucionarios despertó el miedo de las monarquías absolutistas que, temiendo la expansión de las ideas de la revolución francesa y auspiciadas por el Reino Unido, no cesaron en hacerle la guerra a Francia. Sin embargo, se toparon de frente con una serie de derrotas humillantes a manos del emperador. Para el año 1812, Napoleón ya controlaba toda Europa occidental y central, con la excepción de la Gran Bretaña y Portugal. Con sus conquistas, varios gobiernos absolutistas fueron extintos y las ideas de la Revolución francesa se diseminaron por Europa. Se habló predominantemente el idioma francés el cual fue la lengua nacional seguido por el italiano, el alemán, el polaco y el español. Su capital fue París, la moneda oficial fue el franco francés y llegó a poseer una población de casi 90 millones de personas, ya fuera dentro de su territorio legal como estado
Napoleón I Bonaparte (Ajaccio, Córcega, Francia, 15 de agosto de 1769-Longwood, Isla Santa Helena, 5 de mayo de 1821) fue un militar y estadista francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe de Estado del 18 de brumario que lo convirtió en primer cónsul (Premier Cónsul) de la República el 11 de noviembre de 1799; cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su proclamación como emperador de los franceses (Empereur des Français) el 18 de mayo de 1804, y fue coronado el 2 de diciembre; fue proclamado rey de Italia el 18 de marzo de 1805 y coronado el 26 de mayo. Ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril de 1814 y, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio de 1815.
Durante poco más de una década, tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas. Solo tras su derrota en la batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en octubre de 1813, se vio obligado a abdicar meses más tarde. Regresó a Francia y al poder durante el periodo llamado los Cien Días y fue derrotado para siempre en la batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815, cuando fue desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es considerado uno de los mayores genios militares de la historia, ya que comandó campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igual de estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, en las que involucró a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, se le conoce por el Código Napoleónico; es considerado por algunos un «déspota ilustrado» debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas.4 Se le juzga como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.