El actual escenario político mundial de importantes movilizaciones y de procesos sociales
colectivos novedosos (más que nuevos), nos debe remitir a evaluar los análisis políticos que
se realizaron en un período de relativa calma como fue el posterior a los cambios que
redefinieron el orden político-económico actual. Las consecuencias y “naturalidad” de la
globalización, las consideraciones sobre una supuesta sociedad post-industrial y postcapitalista e incluso las conclusiones que auguraban el fin del cambio social y la estabilidad
de la democracia, sumada a la desafección ciudadana por la política y el fin de las “grandes
narrativas” requieren ponerse en cuestión, argumentando primero que nada que ningún
sistema político es totalmente estable y en especial no puede serlo uno que se produce
intentando eliminar las resistencias colectivas de grupos que poseen una historia y un lugar
en la estructura social.
Este trabajo intenta ser un paso en ese sentido, revisando en perspectiva histórica distintos
períodos de conflicto que tuvieron un resultado democratizador durante la historia de
Chile. El objetivo por tanto, ha sido comprender la democracia como un proceso
conflictivo, complejo y discontinuo, que se “asienta” en períodos específicos y se dirime en
base a esquemas de fuerza y capacidad de interpelación argumentativa. Los esquemas de
fuerza se construyen a su vez en base a la configuración de nuevos sujetos políticos, que
emergen a partir de la construcción de “costumbres en común” y de la generación de
identidades colectivas a partir de compartir similares condiciones de vida. Los períodos de
conflicto enfrentan así a estos nuevos sujetos con una estructura que no los incorpora y
frente a la cual se busca “reconocimiento”.
El trabajo ha buscado realizar una revisión sobre la comprensión y análisis del conflicto en la teoría política y en las ciencias sociales. Se ha tomado en consideración que la
aproximación epistemológica al análisis del conflicto define en algunos casos el carácter de
la teoría, erigiéndose ésta como un esquema normativo, más que como una conclusión
empírica sobre la realidad. Desde esta perspectiva, se ha buscado profundizar en un análisis
sobre el conflicto y el conflicto democratizador en específico, en perspectiva histórica, con
el fin de comprender los procesos a partir de los contextos en los que estos ocurren, sin
imponerles a dichos procesos conceptos que se transforman con la propia historia y que no
definen en su totalidad, el carácter y el contenido de ciertas luchas.
Respuesta:
Explicación:
El actual escenario político mundial de importantes movilizaciones y de procesos sociales
colectivos novedosos (más que nuevos), nos debe remitir a evaluar los análisis políticos que
se realizaron en un período de relativa calma como fue el posterior a los cambios que
redefinieron el orden político-económico actual. Las consecuencias y “naturalidad” de la
globalización, las consideraciones sobre una supuesta sociedad post-industrial y postcapitalista e incluso las conclusiones que auguraban el fin del cambio social y la estabilidad
de la democracia, sumada a la desafección ciudadana por la política y el fin de las “grandes
narrativas” requieren ponerse en cuestión, argumentando primero que nada que ningún
sistema político es totalmente estable y en especial no puede serlo uno que se produce
intentando eliminar las resistencias colectivas de grupos que poseen una historia y un lugar
en la estructura social.
Este trabajo intenta ser un paso en ese sentido, revisando en perspectiva histórica distintos
períodos de conflicto que tuvieron un resultado democratizador durante la historia de
Chile. El objetivo por tanto, ha sido comprender la democracia como un proceso
conflictivo, complejo y discontinuo, que se “asienta” en períodos específicos y se dirime en
base a esquemas de fuerza y capacidad de interpelación argumentativa. Los esquemas de
fuerza se construyen a su vez en base a la configuración de nuevos sujetos políticos, que
emergen a partir de la construcción de “costumbres en común” y de la generación de
identidades colectivas a partir de compartir similares condiciones de vida. Los períodos de
conflicto enfrentan así a estos nuevos sujetos con una estructura que no los incorpora y
frente a la cual se busca “reconocimiento”.
El trabajo ha buscado realizar una revisión sobre la comprensión y análisis del conflicto en la teoría política y en las ciencias sociales. Se ha tomado en consideración que la
aproximación epistemológica al análisis del conflicto define en algunos casos el carácter de
la teoría, erigiéndose ésta como un esquema normativo, más que como una conclusión
empírica sobre la realidad. Desde esta perspectiva, se ha buscado profundizar en un análisis
sobre el conflicto y el conflicto democratizador en específico, en perspectiva histórica, con
el fin de comprender los procesos a partir de los contextos en los que estos ocurren, sin
imponerles a dichos procesos conceptos que se transforman con la propia historia y que no
definen en su totalidad, el carácter y el contenido de ciertas luchas.