A finales del siglo XVIII, la burguesía había acumulado muchas
riquezas, pero la estructura social imperante no le permitía
desempeñar funciones políticas. Por ello su gran meta era la
conquista del poder político. A esta situación hay que sumar
el bajo nivel de vida y las condiciones de pobreza en que vivía
el pueblo llano, factores ambos fundamentales para
comprender las revoluciones que se dieron en Europa entre
fines del siglo XVIII y principios del XIX. Esas revoluciones las
inició la burguesía con fines políticos, pero pronto fueron
secundadas por la masa popular que deseaba salir de su
pobreza; revoluciones que marcaron el paso del antiguo al nuevo régimen. La más importante de ellas fue la Revolución francesa (1789-1799).
En 1789 coincidieron en Francia diversos factores que favorecieron que la burguesía pudiera iniciar el proceso revolucionario:
Una crisis económica provocada por una serie de malas cosechas que encarecieron losalimentos y que sumieron a la población en hambrunas insoportables.
Una crisis financiera del Estado francés debida al déficit comercial con otras naciones, los gastos militares y el derroche y lujo de la corte real francesa. Las ideas de la Ilustración que cuestionaban los principios del Antiguo Régimen y reclamabanla soberanía nacional y la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
El rey Luis XVI pidió a los privilegiados que pagaran impuestos, a lo que éstos se negaron y decidió
convocar los Estados Generales, asamblea que reunía por estamentos a los representantes de los
tres estados: los nobles, el clero y la burguesía. Los burgueses, que se habían proclamado representantes del pueblo llano, transformaron la reunión en una Asamblea Constituyente, para cambiar la organización política de Francia, mientras en la calle el pueblo de París asaltaba el 14 de
julio la cárcel de la Bastilla. El monarca, asustado, acepta la nueva situación política.
La Asamblea Constituyente proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y abolió los derechos feudales de la nobleza y el clero. En 1791 aparece la Constitución, que establece una monarquía parlamentaria y la división de los tres poderes:
ejecutivo, legislativo y judicial.
Las monarquías europeas reaccionan contra la Revolución en Francia, que se radicalizó y en 1792 destituyó al monarca y proclamó la
República. Se inició la fase más radical, el Terror, en la que destacaría
Robespierre, que ordenó la ejecución del rey Luis XVI y amplió los derechos de las masas populares, necesarias para los ejércitos que se enfrentaban a las monarquías europeas, que organizaron hasta cinco coaliciones para derrotar a las tropas revolucionarias. Una vez derrotados los ejércitos absolutistas europeos, la burguesía más moderada recupera el poder político francés tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte.
Respuesta:
A finales del siglo XVIII, la burguesía había acumulado muchas
riquezas, pero la estructura social imperante no le permitía
desempeñar funciones políticas. Por ello su gran meta era la
conquista del poder político. A esta situación hay que sumar
el bajo nivel de vida y las condiciones de pobreza en que vivía
el pueblo llano, factores ambos fundamentales para
comprender las revoluciones que se dieron en Europa entre
fines del siglo XVIII y principios del XIX. Esas revoluciones las
inició la burguesía con fines políticos, pero pronto fueron
secundadas por la masa popular que deseaba salir de su
pobreza; revoluciones que marcaron el paso del antiguo al nuevo régimen. La más importante de ellas fue la Revolución francesa (1789-1799).
En 1789 coincidieron en Francia diversos factores que favorecieron que la burguesía pudiera iniciar el proceso revolucionario:
Una crisis económica provocada por una serie de malas cosechas que encarecieron losalimentos y que sumieron a la población en hambrunas insoportables.
Una crisis financiera del Estado francés debida al déficit comercial con otras naciones, los gastos militares y el derroche y lujo de la corte real francesa. Las ideas de la Ilustración que cuestionaban los principios del Antiguo Régimen y reclamabanla soberanía nacional y la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
El rey Luis XVI pidió a los privilegiados que pagaran impuestos, a lo que éstos se negaron y decidió
convocar los Estados Generales, asamblea que reunía por estamentos a los representantes de los
tres estados: los nobles, el clero y la burguesía. Los burgueses, que se habían proclamado representantes del pueblo llano, transformaron la reunión en una Asamblea Constituyente, para cambiar la organización política de Francia, mientras en la calle el pueblo de París asaltaba el 14 de
julio la cárcel de la Bastilla. El monarca, asustado, acepta la nueva situación política.
La Asamblea Constituyente proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y abolió los derechos feudales de la nobleza y el clero. En 1791 aparece la Constitución, que establece una monarquía parlamentaria y la división de los tres poderes:
ejecutivo, legislativo y judicial.
Las monarquías europeas reaccionan contra la Revolución en Francia, que se radicalizó y en 1792 destituyó al monarca y proclamó la
República. Se inició la fase más radical, el Terror, en la que destacaría
Robespierre, que ordenó la ejecución del rey Luis XVI y amplió los derechos de las masas populares, necesarias para los ejércitos que se enfrentaban a las monarquías europeas, que organizaron hasta cinco coaliciones para derrotar a las tropas revolucionarias. Una vez derrotados los ejércitos absolutistas europeos, la burguesía más moderada recupera el poder político francés tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte.