La conjugación procariota, también conocida como conjugación bacteriana, es el proceso de transferencia de material genético entre una célula procariota (bacteria o arquea) donadora y una receptora mediante el contacto directo o una conexión que las una.[1] Descubierta por Joshua Lederberg y Edward Tatum en 1946,[2] la conjugación es un mecanismo de transferencia horizontal de genes como la transformación y la transducción, con la diferencia de que estos últimos no involucran contacto intercelular.[3]
A menudo se le considerada un símil procarionte de la reproducción sexual o el apareamiento debido a que implica el intercambio de material génico, no obstante, a diferencia de esta la transferencia es unidireccional. Durante la conjugación la célula donadora provee un elemento génico móvil o conjugativo que generalmente es un plásmido o un transposón.[4][5] La mayoría de los plásmidos conjugativos tienen sistemas que aseguran que la célula receptora no tenga ya un elemento similar.
La información genética transferida a menudo beneficia al receptor. Las ventajas pueden incluir resistencia antibiótica, tolerancia xenobiótica o la capacidad de usar nuevos metabolitos.[6] La conjugación de plásmidos benéficos puede ser considerada una endosimbiosis procarionte. Sin embargo, la conjugación de otros elementos génicos puede se vista como un tipo de parasitismo y un mecanismo desarrollado para su propagación.
Respuesta:
La conjugación procariota, también conocida como conjugación bacteriana, es el proceso de transferencia de material genético entre una célula procariota (bacteria o arquea) donadora y una receptora mediante el contacto directo o una conexión que las una.[1] Descubierta por Joshua Lederberg y Edward Tatum en 1946,[2] la conjugación es un mecanismo de transferencia horizontal de genes como la transformación y la transducción, con la diferencia de que estos últimos no involucran contacto intercelular.[3]
A menudo se le considerada un símil procarionte de la reproducción sexual o el apareamiento debido a que implica el intercambio de material génico, no obstante, a diferencia de esta la transferencia es unidireccional. Durante la conjugación la célula donadora provee un elemento génico móvil o conjugativo que generalmente es un plásmido o un transposón.[4][5] La mayoría de los plásmidos conjugativos tienen sistemas que aseguran que la célula receptora no tenga ya un elemento similar.
La información genética transferida a menudo beneficia al receptor. Las ventajas pueden incluir resistencia antibiótica, tolerancia xenobiótica o la capacidad de usar nuevos metabolitos.[6] La conjugación de plásmidos benéficos puede ser considerada una endosimbiosis procarionte. Sin embargo, la conjugación de otros elementos génicos puede se vista como un tipo de parasitismo y un mecanismo desarrollado para su propagación.
los dos ejemplos: ADN cromosómico y
ADN polimerasa
Explicación:
coronita