Los leucocitos son un grupo diverso de células que se originan a partir de diferentes células precursoras. Aunque la función específica de las categorías de los leucocitos varía ampliamente, todas tienen en común que defienden el organismo frente a agentes extraños en el sentido más amplio. Los leucocitos mieloides se producen en la médula ósea. Sin embargo, el desarrollo de células linfoides no está restringido a la médula ósea, y se produce en órganos linfoides primarios y secundarios.
El número total de leucocitos en adultos sanos es aproximadamente de 4-12 × 106 células/µl; la mayoría de dichas células son linfocitos y neutrófilos. Los eosinófilos, basófilos y monocitos se encuentran en cantidades mucho menores en personas sanas. El recuento absoluto de cada categoría de leucocitos en la sangre periférica tiene importancia clínica, y tiene mayor valor informativo que el recuento relativo indicado en porcentajes. Las patologías leucocitarias que afectan al linaje mieloide o linfoide pueden ser el resultado de una enfermedad tanto reactiva como no reactiva (cáncer). Se observan cambios reactivos en el curso de enfermedades infecciosas o inflamatorias, mientras que las alteraciones malignas apuntan a leucemias, linfomas y otros tipos de cáncer hematológico.
Para distinguir entre las diferentes enfermedades relacionadas con los leucocitos, es esencial determinar tanto su número como su tipo exacto y su estado de madurez. El análisis hematológico automático es un componente fundamental del proceso de diagnóstico, y ayuda a identificar la presencia de la enfermedad proporcionando recuentos celulares precisos y resaltando las poblaciones de células destacadas. En las patologías leucocitarias, determinar el diagnóstico correcto es complejo y precisa que se tenga en cuenta toda la información disponible a partir del recuento sanguíneo completo, la morfología, el inmunofenotipaje y otras pruebas.
Leucocitos
Los leucocitos son un grupo diverso de células que se originan a partir de diferentes células precursoras. Aunque la función específica de las categorías de los leucocitos varía ampliamente, todas tienen en común que defienden el organismo frente a agentes extraños en el sentido más amplio. Los leucocitos mieloides se producen en la médula ósea. Sin embargo, el desarrollo de células linfoides no está restringido a la médula ósea, y se produce en órganos linfoides primarios y secundarios.
El número total de leucocitos en adultos sanos es aproximadamente de 4-12 × 106 células/µl; la mayoría de dichas células son linfocitos y neutrófilos. Los eosinófilos, basófilos y monocitos se encuentran en cantidades mucho menores en personas sanas. El recuento absoluto de cada categoría de leucocitos en la sangre periférica tiene importancia clínica, y tiene mayor valor informativo que el recuento relativo indicado en porcentajes. Las patologías leucocitarias que afectan al linaje mieloide o linfoide pueden ser el resultado de una enfermedad tanto reactiva como no reactiva (cáncer). Se observan cambios reactivos en el curso de enfermedades infecciosas o inflamatorias, mientras que las alteraciones malignas apuntan a leucemias, linfomas y otros tipos de cáncer hematológico.
Para distinguir entre las diferentes enfermedades relacionadas con los leucocitos, es esencial determinar tanto su número como su tipo exacto y su estado de madurez. El análisis hematológico automático es un componente fundamental del proceso de diagnóstico, y ayuda a identificar la presencia de la enfermedad proporcionando recuentos celulares precisos y resaltando las poblaciones de células destacadas. En las patologías leucocitarias, determinar el diagnóstico correcto es complejo y precisa que se tenga en cuenta toda la información disponible a partir del recuento sanguíneo completo, la morfología, el inmunofenotipaje y otras pruebas.