A los 11 años llega a la capital y se matricula en Liceo Valentín Letelier, sin lograr aprobar el primer año de humanidades. A los trece, ya abandonada la escuela, comienza a trabajar: fue aprendiz de pintor, mozo de sastrería y de una casa de remates, obrero en una fundición, peluquero aficionado, lustrador en un club, secretario de una sociedad de carniceros, comisionista, cajero de almacén y cobrador de tranvías en Valparaíso.1
Esta experiencia, lo lleva a la militancia en el anarquismo: “Era adolescente cuando, para ganarme el pan, intenté aprender los más diversos oficios. Así pude vincularme a obreros ansiosos de establecer una sociedad igualitaria y libre, como la conciben los anarquistas. Muy pronto hice mía tal aspiración, porque nada ayuda tanto a decidirse como el ser joven”.
A los 11 años llega a la capital y se matricula en Liceo Valentín Letelier, sin lograr aprobar el primer año de humanidades. A los trece, ya abandonada la escuela, comienza a trabajar: fue aprendiz de pintor, mozo de sastrería y de una casa de remates, obrero en una fundición, peluquero aficionado, lustrador en un club, secretario de una sociedad de carniceros, comisionista, cajero de almacén y cobrador de tranvías en Valparaíso.1
Esta experiencia, lo lleva a la militancia en el anarquismo: “Era adolescente cuando, para ganarme el pan, intenté aprender los más diversos oficios. Así pude vincularme a obreros ansiosos de establecer una sociedad igualitaria y libre, como la conciben los anarquistas. Muy pronto hice mía tal aspiración, porque nada ayuda tanto a decidirse como el ser joven”.