¿Cómo y cuando se originó el mundo que conocemos? Esta es la primera pregunta que se formuló el hombre al despertar en él la conciencia de que habitaba en un mundo al que temía y desconocía.
Se imaginaba dominado por una fuerza superior, que lo castigaba y premiaba a su albedrío. Habitante de un mundo que no consideraba suyo, era una pequeña marioneta en manos de un dios imaginario, un demiurgo que construyó un universo en el que el hombre se encontraba hospedado. En la filosofía de los platónicos y alejandrinos, demiurgo es un dios creador; en cambio en la filosofía de los gnósticos, demiurgo es un alma universal, principio activo del mundo).
Pan-ku chino y la creación
¿Cómo imaginaría un indio jíbaro qué sería este mundo? ¿Cómo se originaría antes de que el hombre fuera también creado por este demiurgo para que le sirviera de sirviente o fueran sacrificados para propiciar cosechas y fortunas? ¿Coincide el universo jíbaro con el chino?
La imaginación del hombre ha sido la que ha propiciado su evolución. Desde nuestros orígenes hemos querido ir más allá, conocer el porqué, descubrir lo que se oculta tras una roca, por qué el fuego nos quema... verle la cara a dios. Y para ello hemos puesto todo nuestro empeño, hemos querido poner rostro a nuestros antepasados, hemos desenterrado sus restos y los observamos con preocupación: ¿cuándo empezamos a pensar?
La tradición nos imagina creados de barro, a imagen y semejanza de nuestro creador, o quizá seamos hijos del sol, creados del semen y la saliva de Ra.
El hombre, repartido entre los cinco continentes, cargado de supersticiones y miedos, se ha imaginado de forma idealizada cómo le gustaría haber sido creado, hombres de maíz, de barro, al principio la nada, y después, todo lo que conocemos.
Nos paseamos por Asia, China, con una extensión de 9.327.600 kilómetros cuadrados es el país más grande del planeta; la primera mención de la leyenda de Pan-Ku aparece en el libro de Xu Zheng, en el período de los Tres Reinos (220-265 d.C.); éste nos relata el origen del mundo como el resultado de una gran explosión, similar a la de los fuegos artificiales, visión tan arraigada en la cultura popular china que favoreció la creencia de que un enorme gigante que habitaba en el caos primero despertó aburrido de su sueño, y al ver que a su alrededor sólo reinaba la oscuridad, tomó con sus manos al universo y, sacudiéndolo, provocó una explosión tan tremenda que creó un millar de estrellas y planetas, explosión maravillosa que hoy las teorías científicas modernas denominan, como primicia, big bang.
Viajando hacia el oeste llegamos a la India, donde la tradición popular de los brahamanes entiende desde antiguo a la Tierra como una superficie abovedada sostenida sobre cuatro grandes elefantes, que a su vez están sobre la concha de una enorme tortuga, y ésta sobre una bandeja de plata flotando sobre la eternidad, simbolizada por una serpiente mordiéndose la cola.
Buda y sus discípulos Conviviendo con esta fábula maravillosa y sorprendente, nos topamos con l
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lovepink05nena
Muchisimas gracias te lo agradesco!!!!!!!!!
emilycasa
de nada amigus ya sabes para cualquier preguntaaa
¿Cómo y cuando se originó el mundo que conocemos? Esta es la primera pregunta que se formuló el hombre al despertar en él la conciencia de que habitaba en un mundo al que temía y desconocía.
Se imaginaba dominado por una fuerza superior, que lo castigaba y premiaba a su albedrío. Habitante de un mundo que no consideraba suyo, era una pequeña marioneta en manos de un dios imaginario, un demiurgo que construyó un universo en el que el hombre se encontraba hospedado. En la filosofía de los platónicos y alejandrinos, demiurgo es un dios creador; en cambio en la filosofía de los gnósticos, demiurgo es un alma universal, principio activo del mundo).
Pan-ku chino y la creación¿Cómo imaginaría un indio jíbaro qué sería este mundo? ¿Cómo se originaría antes de que el hombre fuera también creado por este demiurgo para que le sirviera de sirviente o fueran sacrificados para propiciar cosechas y fortunas? ¿Coincide el universo jíbaro con el chino?
La imaginación del hombre ha sido la que ha propiciado su evolución. Desde nuestros orígenes hemos querido ir más allá, conocer el porqué, descubrir lo que se oculta tras una roca, por qué el fuego nos quema... verle la cara a dios. Y para ello hemos puesto todo nuestro empeño, hemos querido poner rostro a nuestros antepasados, hemos desenterrado sus restos y los observamos con preocupación: ¿cuándo empezamos a pensar?
La tradición nos imagina creados de barro, a imagen y semejanza de nuestro creador, o quizá seamos hijos del sol, creados del semen y la saliva de Ra.
El hombre, repartido entre los cinco continentes, cargado de supersticiones y miedos, se ha imaginado de forma idealizada cómo le gustaría haber sido creado, hombres de maíz, de barro, al principio la nada, y después, todo lo que conocemos.
Nos paseamos por Asia, China, con una extensión de 9.327.600 kilómetros cuadrados es el país más grande del planeta; la primera mención de la leyenda de Pan-Ku aparece en el libro de Xu Zheng, en el período de los Tres Reinos (220-265 d.C.); éste nos relata el origen del mundo como el resultado de una gran explosión, similar a la de los fuegos artificiales, visión tan arraigada en la cultura popular china que favoreció la creencia de que un enorme gigante que habitaba en el caos primero despertó aburrido de su sueño, y al ver que a su alrededor sólo reinaba la oscuridad, tomó con sus manos al universo y, sacudiéndolo, provocó una explosión tan tremenda que creó un millar de estrellas y planetas, explosión maravillosa que hoy las teorías científicas modernas denominan, como primicia, big bang.
Viajando hacia el oeste llegamos a la India, donde la tradición popular de los brahamanes entiende desde antiguo a la Tierra como una superficie abovedada sostenida sobre cuatro grandes elefantes, que a su vez están sobre la concha de una enorme tortuga, y ésta sobre una bandeja de plata flotando sobre la eternidad, simbolizada por una serpiente mordiéndose la cola.
Buda y sus discípulos Conviviendo con esta fábula maravillosa y sorprendente, nos topamos con l