La sociedad contemporánea se enfrenta a nuevos retos relacionados con la gestión del ambiente. Actualmente se sufren las consecuencias del proceso de industrialización acaecido en las últimas décadas. La Unión Mexicana de Asociación de Ingenieros señala que el fenómeno del calentamiento global, ha puesto sobre la mesa de discusión, la necesidad de analizar y evaluar el impacto que tienen los patrones de producción y consumo de energía, debido a la importancia que tienen los recursos fósiles en la oferta total de energía primaria en el mundo. A nivel mundial, casi el 70% del total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) tienen que ver con usos energéticos, de los cuales, 24% corresponden a la generación de energía, 14% al sector industrial, 14% al sector transporte, 8% al sector residencial y comercial, y el restante a otros usos relacionados con la energía (UMAI, 2009). Además, la deforestación de grandes extensiones con lo que el problema se agudiza al disminuir una fuente natural de captura del bióxido de carbono. Resulta evidente que el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro ambiental, las emergencias producto de los desastres naturales, la escasez de agua, entre otros problemas, constituyen una realidad que está modificando los patrones de vida actuales y que compromete las expectativas de las generaciones futuras (Nelleman et al, 2010). Además de considerar las condiciones de pobreza, marginación y exclusión social, así como el agotamiento de la base de recursos naturales, altos niveles de contaminación ambiental y graves procesos de degradación ecológica (Márquez et al, 2011). Rodríguez (2007), señala que la ingeniería ha contribuido a generar muchos de esos cambios en la naturaleza, entre los cuales se encuentran aquellos de gran beneficio para la población, pero también aquellos que se consideran insostenibles desde la perspectiva ambiental y social. Por lo que los conocimientos y recursos en materia de ciencia, ingeniería y tecnología deben utilizarse para satisfacer las necesidades humanas básicas, reducir la pobreza, lograr el desarrollo sustentable (CAETS, 2009). Echeverría (2011) plantea que el futuro de la ingeniería depende de la respuesta fáctica que seamos capaces de dar como sociedad a un reto fundamental: el integrar de manera sistémica y ecológica la actividad ingenieril con las demás actividades sociales creadoras de valor.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2006), señala que actualmente las sociedades del conocimiento están cada vez más internacionalizadas, en las que la ciencia, la ingeniería y la tecnología revisten una creciente importancia para el desarrollo social y económico. La Ingeniería Mecatrónica, en su actuación profesional, desarrolla las competencias para diseñar, mantener y automatizar dispositivos y sistemas, a través de la integración de conocimientos y tecnologías de la mecánica, electrónica, eléctrica, control y sistemas computacionales. La cual contribuye a la transformación económica, social y ambiental de nuestra época. Es evidente la necesidad de contribuir desde la Ingeniería Mecatrónica para establecer políticas, estrategias de desarrollo sustentable y metodologías de evaluación de indicadores de sustentabilidad (Espino et al, 2011). Ya que los futuros profesionales de Ingeniería Mecatrónica son responsables indirectos sobre las actuaciones que se realizan sobre el medio ambiente; pues no sólo deben incorporar los aspectos ambientales a la hora de diseñar y llevar a cabo los proyectos, sino también deben desarrollar la suficiente sensibilidad ambiental y social para poder incorporarlas a la ética en el trabajo. De ahí que sea oportuno cuestionar: ¿Cómo evaluar la percepción del medio ambiente de los estudiantes de ingeniería Mecatrónica?, ante el deterioro ambiental y el agotamiento de los recursos naturales que impactan persistentemente en la calidad de vida de las personas. Con el objeto de abordar las necesidades planteadas anteriormente; en el presente trabajo se pretende evaluar el conocimiento y compromiso ambiental en los estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Politécnica de Sinaloa, México; definir si éstos cuentan con la suficiente educación ambiental para contribuir en la lucha por preservar el medio ambiente específicamente al desarrollar una conciencia ambiental que motive una conducta comprometida con la preservación del medio ambiente.
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La sociedad contemporánea se enfrenta a nuevos retos relacionados con la gestión del ambiente. Actualmente se sufren las consecuencias del proceso de industrialización acaecido en las últimas décadas. La Unión Mexicana de Asociación de Ingenieros señala que el fenómeno del calentamiento global, ha puesto sobre la mesa de discusión, la necesidad de analizar y evaluar el impacto que tienen los patrones de producción y consumo de energía, debido a la importancia que tienen los recursos fósiles en la oferta total de energía primaria en el mundo. A nivel mundial, casi el 70% del total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) tienen que ver con usos energéticos, de los cuales, 24% corresponden a la generación de energía, 14% al sector industrial, 14% al sector transporte, 8% al sector residencial y comercial, y el restante a otros usos relacionados con la energía (UMAI, 2009). Además, la deforestación de grandes extensiones con lo que el problema se agudiza al disminuir una fuente natural de captura del bióxido de carbono. Resulta evidente que el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro ambiental, las emergencias producto de los desastres naturales, la escasez de agua, entre otros problemas, constituyen una realidad que está modificando los patrones de vida actuales y que compromete las expectativas de las generaciones futuras (Nelleman et al, 2010). Además de considerar las condiciones de pobreza, marginación y exclusión social, así como el agotamiento de la base de recursos naturales, altos niveles de contaminación ambiental y graves procesos de degradación ecológica (Márquez et al, 2011). Rodríguez (2007), señala que la ingeniería ha contribuido a generar muchos de esos cambios en la naturaleza, entre los cuales se encuentran aquellos de gran beneficio para la población, pero también aquellos que se consideran insostenibles desde la perspectiva ambiental y social. Por lo que los conocimientos y recursos en materia de ciencia, ingeniería y tecnología deben utilizarse para satisfacer las necesidades humanas básicas, reducir la pobreza, lograr el desarrollo sustentable (CAETS, 2009). Echeverría (2011) plantea que el futuro de la ingeniería depende de la respuesta fáctica que seamos capaces de dar como sociedad a un reto fundamental: el integrar de manera sistémica y ecológica la actividad ingenieril con las demás actividades sociales creadoras de valor.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2006), señala que actualmente las sociedades del conocimiento están cada vez más internacionalizadas, en las que la ciencia, la ingeniería y la tecnología revisten una creciente importancia para el desarrollo social y económico. La Ingeniería Mecatrónica, en su actuación profesional, desarrolla las competencias para diseñar, mantener y automatizar dispositivos y sistemas, a través de la integración de conocimientos y tecnologías de la mecánica, electrónica, eléctrica, control y sistemas computacionales. La cual contribuye a la transformación económica, social y ambiental de nuestra época. Es evidente la necesidad de contribuir desde la Ingeniería Mecatrónica para establecer políticas, estrategias de desarrollo sustentable y metodologías de evaluación de indicadores de sustentabilidad (Espino et al, 2011). Ya que los futuros profesionales de Ingeniería Mecatrónica son responsables indirectos sobre las actuaciones que se realizan sobre el medio ambiente; pues no sólo deben incorporar los aspectos ambientales a la hora de diseñar y llevar a cabo los proyectos, sino también deben desarrollar la suficiente sensibilidad ambiental y social para poder incorporarlas a la ética en el trabajo. De ahí que sea oportuno cuestionar: ¿Cómo evaluar la percepción del medio ambiente de los estudiantes de ingeniería Mecatrónica?, ante el deterioro ambiental y el agotamiento de los recursos naturales que impactan persistentemente en la calidad de vida de las personas. Con el objeto de abordar las necesidades planteadas anteriormente; en el presente trabajo se pretende evaluar el conocimiento y compromiso ambiental en los estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Politécnica de Sinaloa, México; definir si éstos cuentan con la suficiente educación ambiental para contribuir en la lucha por preservar el medio ambiente específicamente al desarrollar una conciencia ambiental que motive una conducta comprometida con la preservación del medio ambiente.