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Los regulares y los irregulares. Ambos pertenecen a una de las tres conjugaciones en español, los que acaban en ar ( amar, estar o jugar ), los que acaben en er ( placer, proteger o valer ) y los que finalizan en ir ( dormir, salir o ir ).
Aquellos que no cambian su raíz a la hora de conjugarlos son los verbos regulares. El verbo amar mantiene la raíz am en cualquiera de sus formas ( amo, amé, amaré… ). En cambio, los verbos irregulares sí tienen alteraciones en su raíz en algunas de sus formas ( el verbo caber, sería yo quepo, yo cabré o yo cupe ).
Aquellos que no cambian su raíz a la hora de conjugarlos son los verbos regulares. El verbo amar mantiene la raíz am en cualquiera de sus formas ( amo, amé, amaré… ). En cambio, los verbos irregulares sí tienen alteraciones en su raíz en algunas de sus formas ( el verbo caber, sería yo quepo, yo cabré o yo cupe ).