En 1872, se publicó El gaucho Martin Fierro de José Hernández, un poema narrativo escrito en verso que cuenta la historia de un gaucho que es obligado a dejar a su mujer y a sus hijos para ir a luchar contra los indígenas. El poema es a su vez una crítica a la política del presidente Domingo Faustino Sarmiento quien reclutaba forzosamente a los gauchos para ir a la frontera contra el indio. El libro se convirtió en el mayor exponente de la literatura gauchesca.
Ciento treinta y nueve años después, en 2011, Oscar Fariña, escritor paraguayo, decide escribir El guacho Martín Fierro y Factotum Ediciones (una nueva y fresca editorial) decide publicarlo. Fariña reversiona el clásico de José Hernández y lo sumerge en el mundo de la «kumbia» villera. Martín Fierro pasa de ser un gaucho marginado a ser un pibe de la villa, marginado y estigmatizado.
El drama del guacho tiene similitudes con el drama del gaucho original: Martín Fierro pierde mujer, casa, asesina y va preso. La genialidad esta en los versos que van narrando la historia, en las rimas y las palabras tumberas que va utilizando para contarlas. El libro contiene un "Alto glosario" por si hay algún guacho (o cheto) desprevenido y no entiende la jerga, y también contiene algunos dibujos alusivos a lo narrado..
El guacho le reza a «D10s», invoca a Santa Gilda, bebe tetrabrik, usa «altas llantas», juega al fútbol, es fumanchón, roba, bardea, se va «al humo», huye de la policía, ríe, llora y vive donde le toco vivir. Fariña expone al personaje y sus andanzas y denuncia, de cierta forma, la vida marginal y estigmatizada de las villas y el sistema carcelario del país (tal como declaró en una entrevista a un diario) El lamento del gaucho ya no suena a guitarras criollas, ahora es el lamento del guacho que tiene ritmo de kumbia pero que igual sigue padeciendo la mirada (desconfiada) del otro.
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En 1872, se publicó El gaucho Martin Fierro de José Hernández, un poema narrativo escrito en verso que cuenta la historia de un gaucho que es obligado a dejar a su mujer y a sus hijos para ir a luchar contra los indígenas. El poema es a su vez una crítica a la política del presidente Domingo Faustino Sarmiento quien reclutaba forzosamente a los gauchos para ir a la frontera contra el indio. El libro se convirtió en el mayor exponente de la literatura gauchesca.
Ciento treinta y nueve años después, en 2011, Oscar Fariña, escritor paraguayo, decide escribir El guacho Martín Fierro y Factotum Ediciones (una nueva y fresca editorial) decide publicarlo. Fariña reversiona el clásico de José Hernández y lo sumerge en el mundo de la «kumbia» villera. Martín Fierro pasa de ser un gaucho marginado a ser un pibe de la villa, marginado y estigmatizado.
El drama del guacho tiene similitudes con el drama del gaucho original: Martín Fierro pierde mujer, casa, asesina y va preso. La genialidad esta en los versos que van narrando la historia, en las rimas y las palabras tumberas que va utilizando para contarlas. El libro contiene un "Alto glosario" por si hay algún guacho (o cheto) desprevenido y no entiende la jerga, y también contiene algunos dibujos alusivos a lo narrado..
El guacho le reza a «D10s», invoca a Santa Gilda, bebe tetrabrik, usa «altas llantas», juega al fútbol, es fumanchón, roba, bardea, se va «al humo», huye de la policía, ríe, llora y vive donde le toco vivir. Fariña expone al personaje y sus andanzas y denuncia, de cierta forma, la vida marginal y estigmatizada de las villas y el sistema carcelario del país (tal como declaró en una entrevista a un diario) El lamento del gaucho ya no suena a guitarras criollas, ahora es el lamento del guacho que tiene ritmo de kumbia pero que igual sigue padeciendo la mirada (desconfiada) del otro.
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