El punto a observar está en las escamas. Los hongos comestibles tienen unas escamas particulares que los identifican, diferenciandolos así de los tóxicos. Además, son basidiomicetos lo que quiere decir que pertenecen a una división del reino Fungi y por lo tanto se reproducen por medio de las esporas localizadas en las escamas anteriormente mencionadas.
Una referencia sencilla es que estos hongos adquieren un aspecto muy similar al de las setas tradicionales y suelen crecer en grupos en la corteza de los árboles o en las zonas húmedas del campo. A parte de la apariencia, se puede identificar un hongo comestible por el aroma o los jugos que supure. Incluso las sombras de color del propio organismo son un rasgo fundamental para saber pueden ingerirse o no.
La estación del año y la zona en la que se desarrollen se presenta como otra de normas principales para saber si ese hongo es apto para el consumo.
hongos, bosque, humedad, escamas, esporas
Evitar riesgos
Una vez que tenemos el hongo comestible identificado, lo más habitual es ponerlo boca abajo con la finalidad de que las esporas caigan y pueda cocinarse de forma correcta. Las esporas pueden ser de colores muy variados como marrón, rosa, amarillo o crema. Pero no te fíes de esta característica, ya que el color de las mismas no ayuda a identificar la toxicidad de los hongos.
Nunca se debe identificar la tolerancia del hongo por medio de su sabor o su olor. Incluso pueden producirse infecciones en nuestro cuerpo con un solo roce del organismo en nuestra piel, especialmente en las personas alérgicas. La prevención es siempre la mejor opción para no contraer ningún tipo de problema y se recomienda pedir el consejo de los expertos antes de llevarte este suculento manjar a lo más profundo de tu estómago.
El punto a observar está en las escamas. Los hongos comestibles tienen unas escamas particulares que los identifican, diferenciandolos así de los tóxicos. Además, son basidiomicetos lo que quiere decir que pertenecen a una división del reino Fungi y por lo tanto se reproducen por medio de las esporas localizadas en las escamas anteriormente mencionadas.
Una referencia sencilla es que estos hongos adquieren un aspecto muy similar al de las setas tradicionales y suelen crecer en grupos en la corteza de los árboles o en las zonas húmedas del campo. A parte de la apariencia, se puede identificar un hongo comestible por el aroma o los jugos que supure. Incluso las sombras de color del propio organismo son un rasgo fundamental para saber pueden ingerirse o no.
La estación del año y la zona en la que se desarrollen se presenta como otra de normas principales para saber si ese hongo es apto para el consumo.
hongos, bosque, humedad, escamas, esporas
Evitar riesgos
Una vez que tenemos el hongo comestible identificado, lo más habitual es ponerlo boca abajo con la finalidad de que las esporas caigan y pueda cocinarse de forma correcta. Las esporas pueden ser de colores muy variados como marrón, rosa, amarillo o crema. Pero no te fíes de esta característica, ya que el color de las mismas no ayuda a identificar la toxicidad de los hongos.
Nunca se debe identificar la tolerancia del hongo por medio de su sabor o su olor. Incluso pueden producirse infecciones en nuestro cuerpo con un solo roce del organismo en nuestra piel, especialmente en las personas alérgicas. La prevención es siempre la mejor opción para no contraer ningún tipo de problema y se recomienda pedir el consejo de los expertos antes de llevarte este suculento manjar a lo más profundo de tu estómago.