garcia990
Gracias maestro por ser un ejemplo para mí. cuando te escucho hablar en el colegio me admiro por tus enseñanzas mi querido maestro. cuando hablas de un tema siempre te escucho con atención por esa o mi querido maestro te doy las gracias por enseñarme .
Maestro, tu que haz de plasmar mi alma y modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad. No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia. No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela! No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas. Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello. Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño. Cuántos dolores me esperan en la vida: en medio de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será estímulo bienhechor. No me riñas injustamente...Ámame, Maestro, que yo también, aunque no sepa demostrártelo, te amaré mucho, mañana más que hoy. Cúltivame, Maestro, como un jardinero sus flores. Y yo perfumaré tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la gratitud. Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos; ¿Maestro no desoigas mi oración!
cuando te escucho hablar en el colegio me admiro por tus enseñanzas mi querido maestro.
cuando hablas de un tema siempre te escucho con atención por esa o mi querido maestro te doy las gracias por enseñarme .
Maestro, tu que haz de plasmar mi alma y
modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad.
No me mires con ceño adusto si
no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia
con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuántos dolores me esperan en la vida: en medio
de ellos, el recuerdo de tu benevolencia
será estímulo bienhechor.
No me riñas injustamente...Ámame, Maestro,
que yo también, aunque no sepa demostrártelo,
te amaré mucho, mañana más que hoy.
Cúltivame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumaré tu existencia con el incienso
perenne del recuerdo y la gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz
a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi
corazón, belleza a mi alma, verdad a mis
palabras, rectitud a mis actos;
¿Maestro no desoigas mi oración!