Requisitos de presentación: Respete las partes que componen una noticia (Título. Volanta. Copete. Cuerpo de la noticia. Foto/dibujo. Epígrafe) Recuerde que una noticia se redacta en tercera persona. Extensión: 2 carillas.
DOY CORONA al q me haga la noticia pero tiene q tener todos los requisitos menos el dibujo si quieren
La joven poseía un don y con su telar, nada le faltaba. Si sentía hambre, tejía un lindo pez esmerándose en las escamas. Y he ahí, el pez aparecía en la mesa listo para la cena. Manejando la lanzadera de un lado a otro, moviendo los grandes peines del telar hacia delante y hacia atrás, los paisajes tejidos carecían de susurros y, en el silencio, la joven clamaba por oír una voz que le hiciese compañía. Deseó alguien en quién acurrucarse y sin pensarlo comenzó a urdir lanas nuevas. Poco a poco del tapiz emergió un rostro barbudo, un cuerpo emplumado y unos zapatos lustrados tan reales como lo quiso. Compartir aquello que parecía amor le resultó una simple quimera; su independencia y su mágico poder se vieron coartados por las continuas exigencias materiales de su príncipe amado. Nada era suficiente y cada orden era mayor a la anterior, mientras afuera la nieve caía y ella ni tiempo tenía de llamar al sol. Su tristeza le pareció mayor que el palacio, que los criados y los carruajes, entonces quiso volver a estar sola y destejió uno a uno, los caprichos de su marido.
Marina Colasanti, nos presenta como protagonista a una muchacha que se pasa los días hilvanando el tiempo entre fibras, telas y bastidores. Le concede al arte del bordado, el poder de crear todo cuanto la joven pudiera imaginar. Embellecer el blanco de la tela, con la determinación del oficio, para construir su propio presente. Coloreando el día con hebras y tardes luminosas cosidas a la trama. La autora nos lleva hacia un territorio mágico, poblado de fantasía y personajes arquetípicos propios de los cuentos de hadas. Se vale de la metáfora del bordado para reflexionar sobre la autonomía y libertad de todo ser humano, y cuestionar el materialismo, ejerciendo una fuerza antagónica, representada por el añorado príncipe que lejos resultó de ser encantado, pues sólo cayó en ordenanzas banales y exigencias para su consumo, aspirando a ser un hombre rico, olvidando el amor y el respeto por la individualidad de la joven, dueña de una voz sensible pero capaz de hacer uso de su poder para deshacer aquella situación que sólo tristeza le dejaba.
El texto está visualmente acompañado de la digitalización de bordados, sin perder la riqueza de la textura: puntos en relieves y sobre retazos propios de la materialidad. El uso de los colores le dan sentido a la narrativa del cuento, reforzando las emociones de la joven tejedora a lo largo de las páginas. La historia además, recoge esa fuerza colectiva de los cuentos de hadas, escritos para hallar respuestas a preguntas que continúan inquietando al ser humano. Por lo general, en los cuentos de hadas, el hombre se enfrenta a fuerzas sobrenaturales que son manifestaciones de un poder que está más allá del mundo real o fuera de su alcance. En la mayoría de estos cuentos no aparecen precisamente hadas, más bien se narran aventuras que tienen que ver tanto con el mundo real como con el sobrenatural, protagonizadas por princesas y príncipes valientes, ogros, gigantes, dragones, troles, madrastras, hadas madrinas, entre otros. Otorgándole la posibilidad de muchísimas lecturas.
Por último, y recogiendo el sentido de este #leamos Marina Colasanti, es además, una de las precursoras del feminismo en su país, quien empodera a la figura femenina, en este caso, a la muchacha, al destejer su matrimonio poco feliz. Incentivando el pensamiento crítico entre las y los lectores para que con sus lecturas cuestionen su propio futuro.
Respuesta:
La joven poseía un don y con su telar, nada le faltaba. Si sentía hambre, tejía un lindo pez esmerándose en las escamas. Y he ahí, el pez aparecía en la mesa listo para la cena. Manejando la lanzadera de un lado a otro, moviendo los grandes peines del telar hacia delante y hacia atrás, los paisajes tejidos carecían de susurros y, en el silencio, la joven clamaba por oír una voz que le hiciese compañía. Deseó alguien en quién acurrucarse y sin pensarlo comenzó a urdir lanas nuevas. Poco a poco del tapiz emergió un rostro barbudo, un cuerpo emplumado y unos zapatos lustrados tan reales como lo quiso. Compartir aquello que parecía amor le resultó una simple quimera; su independencia y su mágico poder se vieron coartados por las continuas exigencias materiales de su príncipe amado. Nada era suficiente y cada orden era mayor a la anterior, mientras afuera la nieve caía y ella ni tiempo tenía de llamar al sol. Su tristeza le pareció mayor que el palacio, que los criados y los carruajes, entonces quiso volver a estar sola y destejió uno a uno, los caprichos de su marido.
Marina Colasanti, nos presenta como protagonista a una muchacha que se pasa los días hilvanando el tiempo entre fibras, telas y bastidores. Le concede al arte del bordado, el poder de crear todo cuanto la joven pudiera imaginar. Embellecer el blanco de la tela, con la determinación del oficio, para construir su propio presente. Coloreando el día con hebras y tardes luminosas cosidas a la trama. La autora nos lleva hacia un territorio mágico, poblado de fantasía y personajes arquetípicos propios de los cuentos de hadas. Se vale de la metáfora del bordado para reflexionar sobre la autonomía y libertad de todo ser humano, y cuestionar el materialismo, ejerciendo una fuerza antagónica, representada por el añorado príncipe que lejos resultó de ser encantado, pues sólo cayó en ordenanzas banales y exigencias para su consumo, aspirando a ser un hombre rico, olvidando el amor y el respeto por la individualidad de la joven, dueña de una voz sensible pero capaz de hacer uso de su poder para deshacer aquella situación que sólo tristeza le dejaba.
El texto está visualmente acompañado de la digitalización de bordados, sin perder la riqueza de la textura: puntos en relieves y sobre retazos propios de la materialidad. El uso de los colores le dan sentido a la narrativa del cuento, reforzando las emociones de la joven tejedora a lo largo de las páginas. La historia además, recoge esa fuerza colectiva de los cuentos de hadas, escritos para hallar respuestas a preguntas que continúan inquietando al ser humano. Por lo general, en los cuentos de hadas, el hombre se enfrenta a fuerzas sobrenaturales que son manifestaciones de un poder que está más allá del mundo real o fuera de su alcance. En la mayoría de estos cuentos no aparecen precisamente hadas, más bien se narran aventuras que tienen que ver tanto con el mundo real como con el sobrenatural, protagonizadas por princesas y príncipes valientes, ogros, gigantes, dragones, troles, madrastras, hadas madrinas, entre otros. Otorgándole la posibilidad de muchísimas lecturas.
Por último, y recogiendo el sentido de este #leamos Marina Colasanti, es además, una de las precursoras del feminismo en su país, quien empodera a la figura femenina, en este caso, a la muchacha, al destejer su matrimonio poco feliz. Incentivando el pensamiento crítico entre las y los lectores para que con sus lecturas cuestionen su propio futuro.