El mundo de las cosas pequeñas es completamente diferente al mundo de las cosas grandes. Las leyes que los gobiernan son diferentes.
En un átomo las órbitas están determinadas por los niveles de energía, no dependen de las masas ni la velocidad.
En un átomo las órbitas pueden contener varios electrones. Y en cada órbita hay una cantidad específica. Nada que ver con los planetas y el sistema solar.
Los átomos son capaces de interactuar entre ellos y formar moléculas. Los sistemas planetarios no.
En los átomos privan las interacciones débil y fuerte, y el electromagnetismo. En los sistemas planetarios la gravedad.
Las diferencias son muchísimas más. La única similitud es que existe una serie de cuerpos orbitando un cuerpo central, lo que no es suficiente como para hacer una comparación válida.
El mundo de las cosas pequeñas es completamente diferente al mundo de las cosas grandes. Las leyes que los gobiernan son diferentes.
En un átomo las órbitas están determinadas por los niveles de energía, no dependen de las masas ni la velocidad.
En un átomo las órbitas pueden contener varios electrones. Y en cada órbita hay una cantidad específica. Nada que ver con los planetas y el sistema solar.
Los átomos son capaces de interactuar entre ellos y formar moléculas. Los sistemas planetarios no.
En los átomos privan las interacciones débil y fuerte, y el electromagnetismo. En los sistemas planetarios la gravedad.
Las diferencias son muchísimas más. La única similitud es que existe una serie de cuerpos orbitando un cuerpo central, lo que no es suficiente como para hacer una comparación válida.