Entre 1820 y 1824 fue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno del general Martín Rodríguez cargo que utilizó para gestionar el «Empréstito Baring», el primero en la historia argentina, iniciando la deuda externa. Este dinero tuvo dudosos destinos, y fue devuelto en su totalidad recién durante la primera década del siglo XX.
Partidario de la organización nacional, durante la vigencia del Congreso General de 1824 destinado a redactar una constitución, el inicio de la Guerra del Brasil motivó la creación inmediata del cargo de presidente de la Nación Argentina y —tras ser elegido— fue el primero en ocuparlo. La sanción de la Constitución Argentina de 1826, de fuerte contenido unitario, rechazada por las provincias y su propio repudio a la Convención Preliminar de Paz de 1827 con el Imperio del Brasil para finalizar la guerra —a la que tildó de «tratado deshonroso»— motivaron su renuncia a la presidencia, siendo sucedido por Vicente López y Planes, pero al poco tiempo las autoridades nacionales se disolvieron, situación que se prolongó hasta 1852. Su influencia sobre la historia argentina fue tal que el período marcado por su dominio de la política nacional es llamado a menudo época de Rivadavia.
Explicación:
Entre 1820 y 1824 fue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno del general Martín Rodríguez cargo que utilizó para gestionar el «Empréstito Baring», el primero en la historia argentina, iniciando la deuda externa. Este dinero tuvo dudosos destinos, y fue devuelto en su totalidad recién durante la primera década del siglo XX.
Partidario de la organización nacional, durante la vigencia del Congreso General de 1824 destinado a redactar una constitución, el inicio de la Guerra del Brasil motivó la creación inmediata del cargo de presidente de la Nación Argentina y —tras ser elegido— fue el primero en ocuparlo. La sanción de la Constitución Argentina de 1826, de fuerte contenido unitario, rechazada por las provincias y su propio repudio a la Convención Preliminar de Paz de 1827 con el Imperio del Brasil para finalizar la guerra —a la que tildó de «tratado deshonroso»— motivaron su renuncia a la presidencia, siendo sucedido por Vicente López y Planes, pero al poco tiempo las autoridades nacionales se disolvieron, situación que se prolongó hasta 1852. Su influencia sobre la historia argentina fue tal que el período marcado por su dominio de la política nacional es llamado a menudo época de Rivadavia.