Para que este país se fuera consagrando como potencia fue necesaria una política de estado para superar rápidamente los lastres de haber sido un país colonial. El motor de este desarrollo innegablemente fue la voracidad por entrar al orden económico mundial de manera competitiva, tratando de ubicarse a la altura de la misma potencia europea de la cual se había independizado en 1776.
Este desarrollo económico como nación independiente de Estados Unidos tiene lugar y coincide con la consolidación de la etapa imperialista en el mundo, que Lenin sintetiza en las siguientes definiciones: concentración y centralización del capital, formación de monopolios (para eliminar la competencia), creación del capital financiero por medio de la fusión entre el capital bancario e industrial, mediante un proceso de exportación de capitales junto al reparto del mercado mundial y el reparto territorial del mismo entre las principales potencias.
En “El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1916) Lenin se detendrá sobre las particularidades de este país para plantearnos: “En Estados Unidos, el desarrollo económico durante estas últimas décadas, ha sido aún más rápido que en Alemania, y por esa misma razón los rasgos parasitarios del capitalismo norteamericano resaltan en particular relieve. [1]
Sin dudas esta nación logró mostrar una cierta excepcionalidad en su desarrollo gracias a la expansión territorial transfronteriza y a la concentración económica producto de la formación de los monopolios norteamericanos que destaca Lenin. Vale aclarar que este desarrollo político y económico no beneficiará al pueblo trabajador, sino que reunirá los grandes beneficios en manos de un grupo reducido de banqueros, empresarios y políticos.
Sobre estas bases materiales y el pujante avance de los Estados Unidos en el mundo, es que se apoyarán tanto las políticas de estado como la ideología dominante que sustentará este proceso con el objetivo de construir una retórica que acompañe y justifique al imperialismo.
Respuesta:
Para que este país se fuera consagrando como potencia fue necesaria una política de estado para superar rápidamente los lastres de haber sido un país colonial. El motor de este desarrollo innegablemente fue la voracidad por entrar al orden económico mundial de manera competitiva, tratando de ubicarse a la altura de la misma potencia europea de la cual se había independizado en 1776.
Este desarrollo económico como nación independiente de Estados Unidos tiene lugar y coincide con la consolidación de la etapa imperialista en el mundo, que Lenin sintetiza en las siguientes definiciones: concentración y centralización del capital, formación de monopolios (para eliminar la competencia), creación del capital financiero por medio de la fusión entre el capital bancario e industrial, mediante un proceso de exportación de capitales junto al reparto del mercado mundial y el reparto territorial del mismo entre las principales potencias.
En “El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1916) Lenin se detendrá sobre las particularidades de este país para plantearnos: “En Estados Unidos, el desarrollo económico durante estas últimas décadas, ha sido aún más rápido que en Alemania, y por esa misma razón los rasgos parasitarios del capitalismo norteamericano resaltan en particular relieve. [1]
Sin dudas esta nación logró mostrar una cierta excepcionalidad en su desarrollo gracias a la expansión territorial transfronteriza y a la concentración económica producto de la formación de los monopolios norteamericanos que destaca Lenin. Vale aclarar que este desarrollo político y económico no beneficiará al pueblo trabajador, sino que reunirá los grandes beneficios en manos de un grupo reducido de banqueros, empresarios y políticos.
Sobre estas bases materiales y el pujante avance de los Estados Unidos en el mundo, es que se apoyarán tanto las políticas de estado como la ideología dominante que sustentará este proceso con el objetivo de construir una retórica que acompañe y justifique al imperialismo.
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