Respuesta:
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espero los 70 puntos
Explicación paso a paso:
Asia, el continente más extenso y poblado del mundo, ha
logrado en pocos decenios convertirse en una región eco-
nómica de enorme influencia. En las últimas décadas, un
buen número de países asiáticos ha atravesado períodos
de crecimiento intenso y sostenido, y en la actualidad tres
de las cuatro mayores economías del mundo se hallan en
Asia (en valores PPA). China es ya la segunda economía
por tamaño, tras Estados Unidos, e India adelantó recien-
temente a Alemania, ocupando el cuarto lugar, por detrás
de Japón.
Desde 1960, diversas economías del Este y el Sudeste
de Asia han logrado ritmos de crecimiento muy superiores
a los del resto del mundo. Entre las razones de su notable
crecimiento se halla la ventaja propia del atraso econó-
mico, que ofrece un amplio potencial de convergencia, pero
también unas características geográficas y estructurales
favorables, como el acceso al mar o las notables dotacio-
nes de capital humano iniciales. O el impulso económico
de las transformaciones demográficas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, que, al originar un incremento
del peso de la población en edad de trabajar, favorecieron
el ahorro y la inversión. Finalmente, el aspecto más dis-
tintivo fue la estrategia de desarrollo seguida por numero-
sos países asiáticos. A diferencia de lo ocurrido en otras
regiones en desarrollo, los países que más rápido crecie-
ron reconocieron el imperativo de abrirse a la economía
mundial, promoviendo las exportaciones de manufacturas
intensivas en mano de obra.
Durante los años sesenta, Asia Oriental fue la región
del mundo que más rápido creció, al 8,6% medio anual
(gráfico 2), frente al 5,3% medio de los países de la OCDE,
el 5,4% de América Latina y el Caribe, o el 4,3% de Asia
del Sur. En estas primeras décadas, el crecimiento de Asia
Oriental estuvo impulsado por el milagro japonés, así como
por el dinamismo de Corea del Sur. La región del Sudeste
asiático, que cuenta con varias economías de reciente
industrialización (Indonesia, Filipinas, Malasia y Tailandia),
también exhibió un destacado crecimiento. En los setenta
creció más rápido que cualquier otra región, al 6,3%
anual (gráfico 3), frente al 3,5% de la OCDE o el 3,0% de
Asia del Sur (gráfico 4). En los ochenta, las trayectorias
de crecimiento de Asia y las demás regiones en desarrollo
divergieron definitivamente. Durante esta década, el África
subsahariana creció al 1,9%, y América Latina y el Caribe
lo hizo al 1,2%. Por su parte, las tres regiones asiáticas cre-
cieron por encima del 5% anual. Durante las últimas déca-
das, Asia Oriental registró un crecimiento del 5,5% entre
2000 y 2009. Asia del Sur, que había crecido más lento
que las regiones vecinas, exhibió el mayor crecimiento en
este período (6,7%), impulsada por el dinamismo de India.
Por su parte, el crecimiento de las economías del Sudeste
asiático se ralentizó sensiblemente.
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Asia, el continente más extenso y poblado del mundo, ha
logrado en pocos decenios convertirse en una región eco-
nómica de enorme influencia. En las últimas décadas, un
buen número de países asiáticos ha atravesado períodos
de crecimiento intenso y sostenido, y en la actualidad tres
de las cuatro mayores economías del mundo se hallan en
Asia (en valores PPA). China es ya la segunda economía
por tamaño, tras Estados Unidos, e India adelantó recien-
temente a Alemania, ocupando el cuarto lugar, por detrás
de Japón.
Desde 1960, diversas economías del Este y el Sudeste
de Asia han logrado ritmos de crecimiento muy superiores
a los del resto del mundo. Entre las razones de su notable
crecimiento se halla la ventaja propia del atraso econó-
mico, que ofrece un amplio potencial de convergencia, pero
también unas características geográficas y estructurales
favorables, como el acceso al mar o las notables dotacio-
nes de capital humano iniciales. O el impulso económico
de las transformaciones demográficas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial, que, al originar un incremento
del peso de la población en edad de trabajar, favorecieron
el ahorro y la inversión. Finalmente, el aspecto más dis-
tintivo fue la estrategia de desarrollo seguida por numero-
sos países asiáticos. A diferencia de lo ocurrido en otras
regiones en desarrollo, los países que más rápido crecie-
ron reconocieron el imperativo de abrirse a la economía
mundial, promoviendo las exportaciones de manufacturas
intensivas en mano de obra.
Durante los años sesenta, Asia Oriental fue la región
del mundo que más rápido creció, al 8,6% medio anual
(gráfico 2), frente al 5,3% medio de los países de la OCDE,
el 5,4% de América Latina y el Caribe, o el 4,3% de Asia
del Sur. En estas primeras décadas, el crecimiento de Asia
Oriental estuvo impulsado por el milagro japonés, así como
por el dinamismo de Corea del Sur. La región del Sudeste
asiático, que cuenta con varias economías de reciente
industrialización (Indonesia, Filipinas, Malasia y Tailandia),
también exhibió un destacado crecimiento. En los setenta
creció más rápido que cualquier otra región, al 6,3%
anual (gráfico 3), frente al 3,5% de la OCDE o el 3,0% de
Asia del Sur (gráfico 4). En los ochenta, las trayectorias
de crecimiento de Asia y las demás regiones en desarrollo
divergieron definitivamente. Durante esta década, el África
subsahariana creció al 1,9%, y América Latina y el Caribe
lo hizo al 1,2%. Por su parte, las tres regiones asiáticas cre-
cieron por encima del 5% anual. Durante las últimas déca-
das, Asia Oriental registró un crecimiento del 5,5% entre
2000 y 2009. Asia del Sur, que había crecido más lento
que las regiones vecinas, exhibió el mayor crecimiento en
este período (6,7%), impulsada por el dinamismo de India.
Por su parte, el crecimiento de las economías del Sudeste
asiático se ralentizó sensiblemente.