Luego de haber trasegado las tierras del sur de la Gobernación de Antioquia, y de los hoy departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, la colonización consiguió extender sus tentáculos hasta comenzar a penetrar con firmeza el límite político del Gran Cauca, hoy día, Norte del Valle del Cauca. Los primeros propósitos por colonizar los territorios pertenecientes a esta zona, en principio, de acuerdo a Albeiro Valencia Llano, pueden atribuírsele hacia 1838 a un antioqueño llamado Fermín López, que traza la ruta colonizadora de Antioquia hacia Manizales y Cartago a donde esperaba llegar junto a su prole y demás familias de colonos, con el propósito de avecindarse y adquirir derecho a poblar tierras baldías de zonas pertenecientes al norte del Gran Cauca. Esta iniciativa sería impulsada por Juan de Dios Aranzazu, un latifundista propietario de una extensa concesión de tierra entre Salamina y Manizales, y a quien le interesaba orientar las corrientes colonizadoras hacia el Norte del Cauca con el propósito de unir económicamente las dos regiones, de manera que su propiedad consiguiera valorizarse al encontrarse en medio de este promisorio circuito comercial. Aunque esta primera tentativa colonizadora terminó por devolverse de Cartago para asentarse en territorios del Antiguo Caldas, fundando el poblado de Santa Rosa de Cabal, insinúa desde muy temprano, la intensión de este movimiento por alcanzar las fronteras vallecaucanas; intensiones que comenzarían a materializarse algunos años después.
Ahora bien, tal y como lo ha recalcado el historiador Jaime E. Londoño, la colonización del Norte del Valle del Cauca, que comenzó hacia 1850 sobre las cordilleras Occidental y Central, no fue un fenómeno exclusivo de antioqueños. En este proceso de poblamiento no sólo participaron paisas, también confluyeron nariñenses, tolimenses, cundinamarqueses, boyacenses, santandereanos y los mismos caucanos. Se trata de un fragmento de esta historia que se ha quedado un tanto invisibilizada, pues no se han llevado a cabo investigaciones intensivas al respecto. Aun así, a pesar de que el poblamiento del Norte del Valle del Cauca, terminó siendo un proceso que reunió migrantes de diferentes regiones del país, el propio Londoño reconoce que son precisamente los paisas (antioqueños y caldenses) los principales protagonistas de este proceso, ya que representaban el 80% de los colonos que para esta época se asentó sobre esa región. Como consecuencia (parcial) de estos flujos migratorios se explica la constitución de municipios representativos del Valle del Cauca como Versalles, Trujillo, El Águila, El Dovio, Sevilla, Caicedonia, Restrepo, El Cairo, Ulloa y Calima Darién.
¿Por qué el Valle del Cauca?
Los motivos que atrajeron a los colonos a esta región hoy día continúan siendo tema de discusión por parte de diferentes investigadores. Uno de los tópicos que se ha tenido en cuenta para explicar este fenómeno es la Guerra de los Mil Días. Para especialistas como el historiador Darío Betancourt, este conflicto influye en tanto que una vez terminado, el clima de paz que reinó durante algún tiempo hizo que muchos hombres necesitaran cambiar el oficio de la guerra por el hacha para descuajar montes. Jacques Aprile y Gilma Mosquera, por su parte, aseveran que este episodio influye no como lo explica Betancourt, sino en la medida en que el Norte del Valle del Cauca se convierte en el refugio para muchos de los que huían de este conflicto acentuado en otros escenarios. Otro aspecto que motivó la colonización, y en el que si se ponen de acuerdo diferentes investigadores es aquel deseo de muchos de los migrantes por buscar oro, ya fuera en minas de aluvión o como guaqueros en las tumbas de indígenas. Estos aventureros terminaron por sedentarisarse como finqueros en diferentes lugares coadyuvando a la fundación de poblados.
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Luego de haber trasegado las tierras del sur de la Gobernación de Antioquia, y de los hoy departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, la colonización consiguió extender sus tentáculos hasta comenzar a penetrar con firmeza el límite político del Gran Cauca, hoy día, Norte del Valle del Cauca. Los primeros propósitos por colonizar los territorios pertenecientes a esta zona, en principio, de acuerdo a Albeiro Valencia Llano, pueden atribuírsele hacia 1838 a un antioqueño llamado Fermín López, que traza la ruta colonizadora de Antioquia hacia Manizales y Cartago a donde esperaba llegar junto a su prole y demás familias de colonos, con el propósito de avecindarse y adquirir derecho a poblar tierras baldías de zonas pertenecientes al norte del Gran Cauca. Esta iniciativa sería impulsada por Juan de Dios Aranzazu, un latifundista propietario de una extensa concesión de tierra entre Salamina y Manizales, y a quien le interesaba orientar las corrientes colonizadoras hacia el Norte del Cauca con el propósito de unir económicamente las dos regiones, de manera que su propiedad consiguiera valorizarse al encontrarse en medio de este promisorio circuito comercial. Aunque esta primera tentativa colonizadora terminó por devolverse de Cartago para asentarse en territorios del Antiguo Caldas, fundando el poblado de Santa Rosa de Cabal, insinúa desde muy temprano, la intensión de este movimiento por alcanzar las fronteras vallecaucanas; intensiones que comenzarían a materializarse algunos años después.Ahora bien, tal y como lo ha recalcado el historiador Jaime E. Londoño, la colonización del Norte del Valle del Cauca, que comenzó hacia 1850 sobre las cordilleras Occidental y Central, no fue un fenómeno exclusivo de antioqueños. En este proceso de poblamiento no sólo participaron paisas, también confluyeron nariñenses, tolimenses, cundinamarqueses, boyacenses, santandereanos y los mismos caucanos. Se trata de un fragmento de esta historia que se ha quedado un tanto invisibilizada, pues no se han llevado a cabo investigaciones intensivas al respecto. Aun así, a pesar de que el poblamiento del Norte del Valle del Cauca, terminó siendo un proceso que reunió migrantes de diferentes regiones del país, el propio Londoño reconoce que son precisamente los paisas (antioqueños y caldenses) los principales protagonistas de este proceso, ya que representaban el 80% de los colonos que para esta época se asentó sobre esa región. Como consecuencia (parcial) de estos flujos migratorios se explica la constitución de municipios representativos del Valle del Cauca como Versalles, Trujillo, El Águila, El Dovio, Sevilla, Caicedonia, Restrepo, El Cairo, Ulloa y Calima Darién.
¿Por qué el Valle del Cauca?
Los motivos que atrajeron a los colonos a esta región hoy día continúan siendo tema de discusión por parte de diferentes investigadores. Uno de los tópicos que se ha tenido en cuenta para explicar este fenómeno es la Guerra de los Mil Días. Para especialistas como el historiador Darío Betancourt, este conflicto influye en tanto que una vez terminado, el clima de paz que reinó durante algún tiempo hizo que muchos hombres necesitaran cambiar el oficio de la guerra por el hacha para descuajar montes. Jacques Aprile y Gilma Mosquera, por su parte, aseveran que este episodio influye no como lo explica Betancourt, sino en la medida en que el Norte del Valle del Cauca se convierte en el refugio para muchos de los que huían de este conflicto acentuado en otros escenarios. Otro aspecto que motivó la colonización, y en el que si se ponen de acuerdo diferentes investigadores es aquel deseo de muchos de los migrantes por buscar oro, ya fuera en minas de aluvión o como guaqueros en las tumbas de indígenas. Estos aventureros terminaron por sedentarisarse como finqueros en diferentes lugares coadyuvando a la fundación de poblados.