La batalla de Junín fue uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de la independencia del Perú, el 6 de agosto de 1824.
Orden de batalla
El combate de Junín fue con armas blancas y caballería, en apariencia con escasas bajas, tuvo sin embargo gravísimas consecuencias en esta campaña que ocupa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cuzco, con la casi desaparición del ejército realista del norte a consecuencia de las deserciones y la enorme perdida de material de guerra durante su retirada.
BATALLA
El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900 soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.
¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la burlaran? No. No. ustedes son invencibles.
INICIO DE LA BATALLA
os "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería española enristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista. El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el general Necochea quien herido y desmontado fue hecho prisionero. Únicamente una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al presenciar el crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había estado observando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de su caballería y acelerar la marcha de la infantería. Es entonces que es alcanzado en dicho lugar por el general Jacinto Lara. quien conducía la primera de las divisiones patriotas, ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos sobre la campaña:
(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general (Lara) y le pregunto:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)
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espero q te ayude
Explicación:
La batalla de Junín fue uno de los últimos enfrentamientos que sostuvieron los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de la independencia del Perú, el 6 de agosto de 1824.
Orden de batalla
El combate de Junín fue con armas blancas y caballería, en apariencia con escasas bajas, tuvo sin embargo gravísimas consecuencias en esta campaña que ocupa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cuzco, con la casi desaparición del ejército realista del norte a consecuencia de las deserciones y la enorme perdida de material de guerra durante su retirada.
BATALLA
El 2 de agosto Simón Bolívar pasó revista a su ejército, compuesto por 7900 soldados de infantería, 1000 de caballería y seis piezas de artillería, en el llano de Rancas dirigiéndole estas elocuentes palabras:
¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud.
¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues serán dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates.
¡Soldados! El Perú y la América toda aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún la Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿la burlaran? No. No. ustedes son invencibles.
INICIO DE LA BATALLA
os "Granaderos de Colombia" recibieron a pie firme el choque de la caballería española enristrando sus largas lanzas a modo de picas, desconcertando a sus contrarios con esta estrategia y deteniendo durante un instante el ataque realista. El general Miller que conducía a 250 "Húsares del Perú" con la misión de desbordar la derecha de Canterac no pudo ejecutar esta maniobra por lo precipitado del ataque realista y hubo de cargar de frente siendo envuelto junto a los "Granaderos de los Andes" y los "Húsares de Colombia" que mandaba el general Necochea quien herido y desmontado fue hecho prisionero. Únicamente una parte de los "Granaderos de Colombia" al mando del mayor Braun lograron abrirse paso entre las filas contrarias quedando en posición ventajosa mientras que el resto de la caballería patriota se replegaba perseguida por la realista. Al presenciar el crítico momento, el general Bolívar, que junto a su estado mayor había estado observando el combate sobre una loma a orilla del lago con grave peligro para su persona, se retiró a retaguardia preocupándose en reunir los dispersos de su caballería y acelerar la marcha de la infantería. Es entonces que es alcanzado en dicho lugar por el general Jacinto Lara. quien conducía la primera de las divisiones patriotas, ocurriendo el siguiente diálogo entre ambos según refiere el coronel Manuel Antonio López, en ese entonces ayudante del estado mayor, en sus recuerdos sobre la campaña:
(...)Cuando el general reunía nuestros maltrechos jinetes, llegó el general (Lara) y le pregunto:
-¿Que hay, general?
-Que ha de haber, respondio el Libertador, que nos han derrotado nuestra caballería.
-¿y tan buena así es la del enemigo?
-Demasiado buena, cuando ha derrotado la nuestra, replico Bolívar.
-¿Quiere usted que yo vaya a dar una carga con esta caballería? (propuso (Lara) señalando a los arrollados)
-No, (concluyo el Libertador) porque eso sería quedarnos sin caballería para concluir la campaña.(...)