El imperio Romano de Oriente, mejor conocido como Imperio Bizantino, fue el compendio de la cultura griega, de la religión cristiana y de la organización romana del Estado. El producto de la fusión de ambas herencias culturales originó la cultura bizantina. Este Imperio se mantuvo en pie durante diez siglos, resistiendo a las invasiones de los bárbaros, hasta que cayó en poder de los turcos. Geográficamente estuvo constituido al inicio de su historia, con los territorios del Mediterráneo oriental: la península balcánica, Asia Menor, Siria y Egipto. Las fronteras cambiaron a lo largo del tiempo. A partir del siglo V, el imperio Romano de oriente, reivindicó la vieja herencia, y su capital, Constantinopla, pasó a ser una especie de segunda Roma. La capital cambió su nombre por el antiguo, Bizancio. El espíritu helénico resurgió y el griego pasó a ser el idioma oficial. Este imperio fue cada vez menos romano y más helénico.
El imperio Bizantino constituía una monarquía teocrática, en la que el monarca ejercía la autoridad de manera absoluta. El emperador adopta el título de basileus, palabra griega que designaba poder real absoluto. Para llevar a cabo sus planes de gobierno, el emperador contaba con: la Burocracia Civil , realizaba tareas administrativas . Se hizo el Bezante que era una moneda de oro. El Ejército, era de soldados de diferentes nacionalidades, les daban tierras como pago, Iglesia Bizantina, eran muy respetados los sacerdotes, pero el emperador era superior al sumo sacerdote o Patriarca de Constantinopla. A esto se le llamó Cesaropapismo.
Desarrollo político del imperio Bizantino
El imperio Bizantino alcanzó su mayor esplendor en el siglo VI, durante el reinado de Justiniano. Con él, Bizancio (Constantinopla) se convirtió en el centro económico y cultural más importante de su tiempo. Con deseos de reconstruir el antiguo imperio romano, Justiniano extendió sus dominios en el norte de África, Italia y las Islas del Mediterráneo Occidental. Durante su gobierno, ordenó al jurista Triboniano, adecuar, ordenar y recopilar las leyes elaboradas durante siglos por los romanos, en un código llamado “Cuerpo de Derecho Civil” o “Código Justiniano”. Después de la muerte de Justiniano comenzó una época de continuos peligros para el Imperio. En el siglo VIl d. C., surge en Arabia una nueva potencia: el Islam. Éstos invadieron muchos territorios del imperio: Siria, Egipto y norte de África. Al mismo tiempo es ocupada, en sus fronteras danubianas, por los búlgaros y eslavos. A pesar de encontrarse debilitados, los bizantinos lograron cristianizar, helenizar y formar unidades políticas (Bulgaria y Servia) entre los invasores (pueblos todavía bárbaros). Éste fue el primer logro cultural de Bizancio. A partir del siglo XI, el Imperio Bizantino se fue debilitando. Las cruzadas fueron un factor que influyó a la inestabilidad del Imperio (debido a su ubicación geográfica, Bizancio era el paso obligado). Aunque el motivo principal entre cristianos y musulmanes era religioso, muy pronto surgieron los intereses comerciales, por lo que los bizantinos combatieron también por el dominio de las rutas de comercio. Durante el siglo XIII el imperio formado por los turcos otomanos (provenientes de Turquestán, y asentados en un pequeño territorio de Anatolia), se enfrenta al imperio Bizantino y los turcos logran conquistar Asia Menor. En el siglo XIV, pasan al continente europeo, y se anexan los estados balcánicos y gran parte de Suiza. La ciudad de Constantinopla cae en su poder en 1453.
La cultura bizantina
Heredera de la tradición romano-cristiana, esta cultura presenta rasgos helénicos influidos por el oriente asiático. Hay que recordar que durante la Edad Media, Constantinopla fue el foco cultural más importante de Europa. Esta ciudad fue el punto de encuentro de mucha gente perteneciente al Viejo Mundo. Ahí se citaban comerciantes de seda del lejano oriente; vendedores de pieles, de Rusia; mercaderes árabes; y naves venecianas, genovesas y catalanas que compraban dichos productos. Este ambiente de apertura propició un desarrollo característico en el pensamiento y el arte. Los bizantinos tuvieron hondas preocupaciones teológicas y religiosas. La existencia de dos iglesias cristianas, la católica y la ortodoxa, provocó grandes conflictos entre ellas. En el año 1054 tuvo lugar la ruptura definitiva entre iglesias. En lo que respecta al arte, la arquitectura bizantina presenta rasgos característicos conforme a las construcciones de la tradición romana, sin embargo, éstas presentan algunos elementos particulares de oriente, un ejemplo de esto, es la catedral de Santa Sofía en Constantinopla). Otro rasgo distintivo del arte bizantino es la inclinación por decorar y recubrir paredes y cúpulas con mármoles y mosaicos. Creaciones artísticas de gran importancia fueron las imágenes pintadas de vírgenes y santos.
Imperio bizantino
El imperio Romano de Oriente, mejor conocido como Imperio Bizantino, fue el compendio de la cultura griega, de la religión cristiana y de la organización romana del Estado. El producto de la fusión de ambas herencias culturales originó la cultura bizantina. Este Imperio se mantuvo en pie durante diez siglos, resistiendo a las invasiones de los bárbaros, hasta que cayó en poder de los turcos. Geográficamente estuvo constituido al inicio de su historia, con los territorios del Mediterráneo oriental: la península balcánica, Asia Menor, Siria y Egipto. Las fronteras cambiaron a lo largo del tiempo. A partir del siglo V, el imperio Romano de oriente, reivindicó la vieja herencia, y su capital, Constantinopla, pasó a ser una especie de segunda Roma. La capital cambió su nombre por el antiguo, Bizancio. El espíritu helénico resurgió y el griego pasó a ser el idioma oficial. Este imperio fue cada vez menos romano y más helénico.
El imperio Bizantino constituía una monarquía teocrática, en la que el monarca ejercía la autoridad de manera absoluta. El emperador adopta el título de basileus, palabra griega que designaba poder real absoluto. Para llevar a cabo sus planes de gobierno, el emperador contaba con: la Burocracia Civil , realizaba tareas administrativas . Se hizo el Bezante que era una moneda de oro. El Ejército, era de soldados de diferentes nacionalidades, les daban tierras como pago, Iglesia Bizantina, eran muy respetados los sacerdotes, pero el emperador era superior al sumo sacerdote o Patriarca de Constantinopla. A esto se le llamó Cesaropapismo.
Desarrollo político del imperio Bizantino
El imperio Bizantino alcanzó su mayor esplendor en el siglo VI, durante el reinado de Justiniano. Con él, Bizancio (Constantinopla) se convirtió en el centro económico y cultural más importante de su tiempo. Con deseos de reconstruir el antiguo imperio romano, Justiniano extendió sus dominios en el norte de África, Italia y las Islas del Mediterráneo Occidental. Durante su gobierno, ordenó al jurista Triboniano, adecuar, ordenar y recopilar las leyes elaboradas durante siglos por los romanos, en un código llamado “Cuerpo de Derecho Civil” o “Código Justiniano”. Después de la muerte de Justiniano comenzó una época de continuos peligros para el Imperio. En el siglo VIl d. C., surge en Arabia una nueva potencia: el Islam. Éstos invadieron muchos territorios del imperio: Siria, Egipto y norte de África. Al mismo tiempo es ocupada, en sus fronteras danubianas, por los búlgaros y eslavos. A pesar de encontrarse debilitados, los bizantinos lograron cristianizar, helenizar y formar unidades políticas (Bulgaria y Servia) entre los invasores (pueblos todavía bárbaros). Éste fue el primer logro cultural de Bizancio. A partir del siglo XI, el Imperio Bizantino se fue debilitando. Las cruzadas fueron un factor que influyó a la inestabilidad del Imperio (debido a su ubicación geográfica, Bizancio era el paso obligado). Aunque el motivo principal entre cristianos y musulmanes era religioso, muy pronto surgieron los intereses comerciales, por lo que los bizantinos combatieron también por el dominio de las rutas de comercio. Durante el siglo XIII el imperio formado por los turcos otomanos (provenientes de Turquestán, y asentados en un pequeño territorio de Anatolia), se enfrenta al imperio Bizantino y los turcos logran conquistar Asia Menor. En el siglo XIV, pasan al continente europeo, y se anexan los estados balcánicos y gran parte de Suiza. La ciudad de Constantinopla cae en su poder en 1453.
La cultura bizantina
Heredera de la tradición romano-cristiana, esta cultura presenta rasgos helénicos influidos por el oriente asiático. Hay que recordar que durante la Edad Media, Constantinopla fue el foco cultural más importante de Europa. Esta ciudad fue el punto de encuentro de mucha gente perteneciente al Viejo Mundo. Ahí se citaban comerciantes de seda del lejano oriente; vendedores de pieles, de Rusia; mercaderes árabes; y naves venecianas, genovesas y catalanas que compraban dichos productos. Este ambiente de apertura propició un desarrollo característico en el pensamiento y el arte. Los bizantinos tuvieron hondas preocupaciones teológicas y religiosas. La existencia de dos iglesias cristianas, la católica y la ortodoxa, provocó grandes conflictos entre ellas. En el año 1054 tuvo lugar la ruptura definitiva entre iglesias. En lo que respecta al arte, la arquitectura bizantina presenta rasgos característicos conforme a las construcciones de la tradición romana, sin embargo, éstas presentan algunos elementos particulares de oriente, un ejemplo de esto, es la catedral de Santa Sofía en Constantinopla). Otro rasgo distintivo del arte bizantino es la inclinación por decorar y recubrir paredes y cúpulas con mármoles y mosaicos. Creaciones artísticas de gran importancia fueron las imágenes pintadas de vírgenes y santos.