La música foránea Desde hace años, en nuestro país viene perdiéndose el sentimiento de patriotismo, lo que se manifiesta por el desinterés en las fechas y en los símbolos nacionales; el desapego por la música folclórica argentina, y la costumbre de lucir en la ropa.
EXPLICACIÓN
Desde hace años, en nuestro país viene perdiéndose el sentimiento de patriotismo, lo que se manifiesta por el desinterés en las fechas y en los símbolos nacionales; el desapego por la música folclórica argentina, y la costumbre de lucir en la ropa leyendas de otros países. En suma, una falta de amor a la patria. Es este un fenómeno creciente que va diluyendo la identidad; la emoción por ser y sentirse argentino. Un pueblo sin identidad, es como un hombre sin personalidad que sucumbe finalmente a merced de otro. A la gente de un pueblo sin identidad no le importa los valores del pasado que se traducían en un estilo de vida más sano espiritualmente, y no se enorgullece de su condición nacional. Esta cuestión responde a diversas causas; una de ellas tiene que ver con la sistemática difusión de cierto estilo musical no argentino; en la transculturización que a través de cierto cancionero extranjero y con eficacia digna de mejor causa, edificaron los medios de comunicación electrónica como las radios (AM y FM) y la televisión. Claro que no se trata de ir por la calle cantando chamamés y chacareras para honrar al ser nacional; pero la música folclórica con letras descriptivas o con versos de elevado nivel poético, es un aporte directo y de simple asimilación al conocimiento de lugares y costumbres. Ahora bien, si el gran público se identifica con la música foránea, es porque no le dieron la oportunidad de conocer y sentir nuestra música tradicional; y ya se sabe que mal puede quererse lo que no se conoce. Quiero aclarar que no siento aversión alguna por las canciones y la música instrumental de otras latitudes que han enriquecido a la antología de esos géneros. Sólo quisiera que el folclore y el tango pudieran "competir de igual a igual". Pero cada vez que se sugiere la posibilidad de implementar determinados porcentajes de música folclórica argentina y extranjera, surge inmediatamente la consabida réplica: "No se debe imponer el gusto musical por decreto"; y es cierto, pero también es cierto que no es lícito imponer de hecho un estilo musical ajeno. Alberdi dijo que "la gloria no se decreta". El gusto por la música tampoco; pero con tiempos y sectores horarios de difusión iguales, la sensibilidad de la gente afloraría libremente. Y si se inclinara por la música foránea, bueno, sería "en buena ley"
La música foránea
Desde hace años, en nuestro país viene perdiéndose el sentimiento de patriotismo, lo que se manifiesta por el desinterés en las fechas y en los símbolos nacionales; el desapego por la música folclórica argentina, y la costumbre de lucir en la ropa.
EXPLICACIÓN
Desde hace años, en nuestro país viene perdiéndose el sentimiento de patriotismo, lo que se manifiesta por el desinterés en las fechas y en los símbolos nacionales; el desapego por la música folclórica argentina, y la costumbre de lucir en la ropa leyendas de otros países. En suma, una falta de amor a la patria. Es este un fenómeno creciente que va diluyendo la identidad; la emoción por ser y sentirse argentino. Un pueblo sin identidad, es como un hombre sin personalidad que sucumbe finalmente a merced de otro. A la gente de un pueblo sin identidad no le importa los valores del pasado que se traducían en un estilo de vida más sano espiritualmente, y no se enorgullece de su condición nacional. Esta cuestión responde a diversas causas; una de ellas tiene que ver con la sistemática difusión de cierto estilo musical no argentino; en la transculturización que a través de cierto cancionero extranjero y con eficacia digna de mejor causa, edificaron los medios de comunicación electrónica como las radios (AM y FM) y la televisión. Claro que no se trata de ir por la calle cantando chamamés y chacareras para honrar al ser nacional; pero la música folclórica con letras descriptivas o con versos de elevado nivel poético, es un aporte directo y de simple asimilación al conocimiento de lugares y costumbres. Ahora bien, si el gran público se identifica con la música foránea, es porque no le dieron la oportunidad de conocer y sentir nuestra música tradicional; y ya se sabe que mal puede quererse lo que no se conoce. Quiero aclarar que no siento aversión alguna por las canciones y la música instrumental de otras latitudes que han enriquecido a la antología de esos géneros. Sólo quisiera que el folclore y el tango pudieran "competir de igual a igual". Pero cada vez que se sugiere la posibilidad de implementar determinados porcentajes de música folclórica argentina y extranjera, surge inmediatamente la consabida réplica: "No se debe imponer el gusto musical por decreto"; y es cierto, pero también es cierto que no es lícito imponer de hecho un estilo musical ajeno. Alberdi dijo que "la gloria no se decreta". El gusto por la música tampoco; pero con tiempos y sectores horarios de difusión iguales, la sensibilidad de la gente afloraría libremente. Y si se inclinara por la música foránea, bueno, sería "en buena ley"
Espero que te ayude esto
Corazón plisss y corona