Los ecosistemas de agua dulce son un subconjunto de los ecosistemas acuáticos de la Tierra. Estos incluyen lagos, estanques, ríos, arroyos, manantiales, pantanos y humedales. Se diferencian de los ecosistemas marinos en que el agua de estos últimos tiene un mayor contenido de sal. Los hábitats de agua dulce se pueden clasificar por diferentes factores, como la temperatura, la penetración de la luz, los nutrientes y la vegetación.
Pez ángel de agua dulce en el Jardín Botánico de Montreal.
Los ecosistemas de agua dulce se pueden dividir en ecosistemas lénticos (agua estancada) y ecosistemas lóticos (agua corriente).
Los intentos iniciales de comprender y monitorear los ecosistemas de agua dulce fueron impulsados por la existencia de amenazas a la salud humana relacionadas con los mismos (ej. Brotes de cólera por contaminación de aguas residuales). El seguimiento temprano se centró en indicadores químicos, luego en bacterias y finalmente en algas, hongos y protozoos. Un nuevo tipo de seguimiento implica cuantificar diferentes grupos de organismos (macroinvertebrados, macrófitos y peces) y medir las condiciones de los arroyos asociados con ellos.
Explicación:
Los ecosistemas de agua dulce son un subconjunto de los ecosistemas acuáticos de la Tierra. Estos incluyen lagos, estanques, ríos, arroyos, manantiales, pantanos y humedales. Se diferencian de los ecosistemas marinos en que el agua de estos últimos tiene un mayor contenido de sal. Los hábitats de agua dulce se pueden clasificar por diferentes factores, como la temperatura, la penetración de la luz, los nutrientes y la vegetación.
Pez ángel de agua dulce en el Jardín Botánico de Montreal.
Los ecosistemas de agua dulce se pueden dividir en ecosistemas lénticos (agua estancada) y ecosistemas lóticos (agua corriente).
Los intentos iniciales de comprender y monitorear los ecosistemas de agua dulce fueron impulsados por la existencia de amenazas a la salud humana relacionadas con los mismos (ej. Brotes de cólera por contaminación de aguas residuales). El seguimiento temprano se centró en indicadores químicos, luego en bacterias y finalmente en algas, hongos y protozoos. Un nuevo tipo de seguimiento implica cuantificar diferentes grupos de organismos (macroinvertebrados, macrófitos y peces) y medir las condiciones de los arroyos asociados con ellos.