Esta frase se emplea para evadir cualquier acto o vía que son contrarias a la ética y buenas costumbres pero que acarrean un fin presumiblemente bueno. Con esta frase el individuo coloca en un segundo plano la moral y la ética, y justifica todos sus medios engañosos siempre que le permita alcanzar un fin determinado.
Esta frase se emplea para evadir cualquier acto o vía que son contrarias a la ética y buenas costumbres pero que acarrean un fin presumiblemente bueno. Con esta frase el individuo coloca en un segundo plano la moral y la ética, y justifica todos sus medios engañosos siempre que le permita alcanzar un fin determinado.