El principio básico de la Declaración era que todos “los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos” (artículo 1), que se especificaron como los derechos de libertad, propiedad privada, inviolabilidad de la persona y resistencia a la opresión (artículo 2).
El 26 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional Constituyente francesa aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, convirtiéndose en un legado fundamental de la Revolución Francesa; misma que tiene un valor universal, y constituyó la base de la Declaración de las Naciones Unidas en 1948.
En su imprenta patriótica, Nariño editó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, extraída de la Revolución francesa, un documento prohibido por su carácter progresista y revolucionario.
El principio básico de la Declaración era que todos “los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos” (artículo 1), que se especificaron como los derechos de libertad, propiedad privada, inviolabilidad de la persona y resistencia a la opresión (artículo 2).
El 26 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional Constituyente francesa aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, convirtiéndose en un legado fundamental de la Revolución Francesa; misma que tiene un valor universal, y constituyó la base de la Declaración de las Naciones Unidas en 1948.
En su imprenta patriótica, Nariño editó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, extraída de la Revolución francesa, un documento prohibido por su carácter progresista y revolucionario.