Hoy en día oímos hablar continuamente de los derechos humanos como una prioridad, pero dada la situación actual de nuestra sociedad, es necesario hablar también de los deberes correlativos a esos mismos derechos, puesto que han estado ausentes del discurso sobre la materia en nuestro medio
Derivada de la dignidad humana inmanente a toda persona, ya sean niños, adolescentes, jóvenes, adultos ó personas mayores, todos tenemos derechos fundamentales, como son el derecho a la vida, a la alimentación, al vestido y al calzado, a la educación (instrucción-formación), a la salud, a la ocupación y al desarrollo decorosos, a la sana recreación y a la libertad en sus diferentes aplicaciones, sólo por citar los principales. Sin embargo, y aunque todos lo sabemos, todo derecho lleva consigo una obligación, pero hay una franca omisión en su enunciación, contenido, manejo y cumplimiento. Y mientras no estemos conscientes de esas obligaciones, la sociedad seguirá avanzando en el desequilibrio, la violencia y la deshumanización. Por lo mismo, en lo que toca a los niños y adolescentes, podemos proponer el siguiente:
“DECÁLOGO DE DEBERES DE LOS MENORES DE EDAD”
1.- Deber de respetar y cuidar el entorno humano (padres, hermanos, familia, vecinos, profesores, compañeros, autoridades, etc.) Este deber capital deriva de la necesidad de vivir en paz y armonía, y su expresión mínima es la coexistencia en sana tolerancia.
2.- Deber de respetar y cuidar el entorno ecológico (medio físico natural).- Este deber abarca todo lo relativo a la conservación y aprovechamiento racional de la Naturaleza en sus Reinos: Animal, Vegetal y Mineral.
3.- Deber de obedecer a sus padres, tutores, profesores y autoridades.- Este deber propugna el orden y la disciplina, y no implica la necesidad de estar de acuerdo para su aplicación y observancia.
4.- Deber de estudiar y de realizar sus tareas.- Este deber procede del postulado de superación humana de educarse, instruirse y formarse adecuadamente como persona en comunidad.
5.- Deber de ser limpio, aseado y arreglado en su persona, en su hábitat, en la escuela y en los sitios que visite. Este deber proviene de requerimientos de sanidad, de amor propio y de presencia personal en sociedad.
6.- Deber de tener buena conducta en lo personal y en los distintos segmentos de la vida social. Este deber genérico abarca toda la gama de comportamientos concretos de la persona, en lo individual o en grupo.
7.- Deber de comunicarse adecuadamente. Este deber se traduce en la adquisición y ejercicio del hábito de expresar directamente los sentimientos, deseos, inquietudes, ideas, opiniones, problemas, críticas, desacuerdos, etc., con veracidad, sinceridad y valentía, claridad, objetividad y concisión, y nada de esto incluye palabras que denigren al receptor o al comunicante.
8.- Deber de ayuda solidaria. Este deber incluye todo tipo de auxilios y apoyos materiales e inmateriales o intangibles para las personas cercanas o no, y su fundamento y origen es la fraternidad universal.
9.- Deber de cuidar la integridad física y psíquica, y la salud propia o ajena, en la medida que esté al alcance de cada quien. Este deber conlleva la prudencia para prevenir riesgos, accidentes, contagios y adicciones.
10.- Deber de adaptarse, soportar, disculpar y tratar de entender en lo posible la imperfección humana, y de asumir a las personas problemáticas. Este deber entraña el reto más grande que enfrentamos diariamente pues va unido al valor de la tolerancia.
Como adultos responsables de cuidar, defender y velar por los derechos de los niños y adolescentes, tenemos que vivir en primera persona y como familia, esos mismos deberes elementales que van de la mano de los derechos universales.
NUNCA PODREMOS EXIGIRLES A LAS SIGUIENTES GENERACIONES QUE CUMPLAN CON SUS OBLIGACIONES SI NO LAS CUMPLIMOS LOS ADULTOS PRIMERO.
Hoy en día oímos hablar continuamente de los derechos humanos como una prioridad, pero dada la situación actual de nuestra sociedad, es necesario hablar también de los deberes correlativos a esos mismos derechos, puesto que han estado ausentes del discurso sobre la materia en nuestro medio
Derivada de la dignidad humana inmanente a toda persona, ya sean niños, adolescentes, jóvenes, adultos ó personas mayores, todos tenemos derechos fundamentales, como son el derecho a la vida, a la alimentación, al vestido y al calzado, a la educación (instrucción-formación), a la salud, a la ocupación y al desarrollo decorosos, a la sana recreación y a la libertad en sus diferentes aplicaciones, sólo por citar los principales. Sin embargo, y aunque todos lo sabemos, todo derecho lleva consigo una obligación, pero hay una franca omisión en su enunciación, contenido, manejo y cumplimiento. Y mientras no estemos conscientes de esas obligaciones, la sociedad seguirá avanzando en el desequilibrio, la violencia y la deshumanización. Por lo mismo, en lo que toca a los niños y adolescentes, podemos proponer el siguiente:
“DECÁLOGO DE DEBERES DE LOS MENORES DE EDAD”
1.- Deber de respetar y cuidar el entorno humano (padres, hermanos, familia, vecinos, profesores, compañeros, autoridades, etc.) Este deber capital deriva de la necesidad de vivir en paz y armonía, y su expresión mínima es la coexistencia en sana tolerancia.
2.- Deber de respetar y cuidar el entorno ecológico (medio físico natural).- Este deber abarca todo lo relativo a la conservación y aprovechamiento racional de la Naturaleza en sus Reinos: Animal, Vegetal y Mineral.
3.- Deber de obedecer a sus padres, tutores, profesores y autoridades.- Este deber propugna el orden y la disciplina, y no implica la necesidad de estar de acuerdo para su aplicación y observancia.
4.- Deber de estudiar y de realizar sus tareas.- Este deber procede del postulado de superación humana de educarse, instruirse y formarse adecuadamente como persona en comunidad.
5.- Deber de ser limpio, aseado y arreglado en su persona, en su hábitat, en la escuela y en los sitios que visite. Este deber proviene de requerimientos de sanidad, de amor propio y de presencia personal en sociedad.
6.- Deber de tener buena conducta en lo personal y en los distintos segmentos de la vida social. Este deber genérico abarca toda la gama de comportamientos concretos de la persona, en lo individual o en grupo.
7.- Deber de comunicarse adecuadamente. Este deber se traduce en la adquisición y ejercicio del hábito de expresar directamente los sentimientos, deseos, inquietudes, ideas, opiniones, problemas, críticas, desacuerdos, etc., con veracidad, sinceridad y valentía, claridad, objetividad y concisión, y nada de esto incluye palabras que denigren al receptor o al comunicante.
8.- Deber de ayuda solidaria. Este deber incluye todo tipo de auxilios y apoyos materiales e inmateriales o intangibles para las personas cercanas o no, y su fundamento y origen es la fraternidad universal.
9.- Deber de cuidar la integridad física y psíquica, y la salud propia o ajena, en la medida que esté al alcance de cada quien. Este deber conlleva la prudencia para prevenir riesgos, accidentes, contagios y adicciones.
10.- Deber de adaptarse, soportar, disculpar y tratar de entender en lo posible la imperfección humana, y de asumir a las personas problemáticas. Este deber entraña el reto más grande que enfrentamos diariamente pues va unido al valor de la tolerancia.
Como adultos responsables de cuidar, defender y velar por los derechos de los niños y adolescentes, tenemos que vivir en primera persona y como familia, esos mismos deberes elementales que van de la mano de los derechos universales.
NUNCA PODREMOS EXIGIRLES A LAS SIGUIENTES GENERACIONES QUE CUMPLAN CON SUS OBLIGACIONES SI NO LAS CUMPLIMOS LOS ADULTOS PRIMERO.