Las nuevas situaciones nos pueden ayudar a crecer como personas convirtiéndolos en retos u oportunidades, dependiendo de cómo las enfrentemos. Si las vemos como retos, nos obligarán a buscar nuevas soluciones y a esforzarnos por lograr nuestros objetivos. Si las vemos como oportunidades, nos permitirán aprender nuevas cosas y crecer como personas.
La capacidad de convertir los problemas en oportunidades es una de las más importantes que puedes entrenar y, también, una de las que más te ayudará a crecer en los planos personal y profesional de tu vida.
Piénsalo por un momento. Es inevitable toparse de vez en cuando con obstáculos en casi todos los ámbitos de la vida (en el trabajo, familia, pareja, amistades…), así que se podría decir que casi la única decisión que podemos tomar al respecto es cómo afrontarlos.
Sí, tal vez haya unos privilegiados, aunque sin duda serán muy pocos, que tengan suerte y vivan toda su vida natural sin encontrarse con ninguna dificultad reseñable. ¿Parece deseable una vida así? De entrada podría parecer que sí, pero… como se suele decir, no es oro todo lo que reluce.
Las cosas no son tan simples: una vida más sencilla resulta muy cómoda, no cabe duda, pero también te priva de oportunidades para aprender, para endurecerte, para crecer como persona y afrontar el próximo reto con mayor fuerza, con mejores “armas” vitales. Una vida sencilla, en suma, muchas veces engendra personas poco preparadas.
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Las nuevas situaciones nos pueden ayudar a crecer como personas convirtiéndolos en retos u oportunidades, dependiendo de cómo las enfrentemos. Si las vemos como retos, nos obligarán a buscar nuevas soluciones y a esforzarnos por lograr nuestros objetivos. Si las vemos como oportunidades, nos permitirán aprender nuevas cosas y crecer como personas.
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La capacidad de convertir los problemas en oportunidades es una de las más importantes que puedes entrenar y, también, una de las que más te ayudará a crecer en los planos personal y profesional de tu vida.
Piénsalo por un momento. Es inevitable toparse de vez en cuando con obstáculos en casi todos los ámbitos de la vida (en el trabajo, familia, pareja, amistades…), así que se podría decir que casi la única decisión que podemos tomar al respecto es cómo afrontarlos.
Sí, tal vez haya unos privilegiados, aunque sin duda serán muy pocos, que tengan suerte y vivan toda su vida natural sin encontrarse con ninguna dificultad reseñable. ¿Parece deseable una vida así? De entrada podría parecer que sí, pero… como se suele decir, no es oro todo lo que reluce.
Las cosas no son tan simples: una vida más sencilla resulta muy cómoda, no cabe duda, pero también te priva de oportunidades para aprender, para endurecerte, para crecer como persona y afrontar el próximo reto con mayor fuerza, con mejores “armas” vitales. Una vida sencilla, en suma, muchas veces engendra personas poco preparadas.