De que manera condiciona la temperatura la actividad cotidiana de las personas
yuliana0331El calor excesivo puede alterar las funciones vitales si el cuerpo no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados.
La exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación, golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma).
Normalmente un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante. A partir de 37ºC se produce una reacción fisiológica de defensa. Las personas mayores y los niños muy pequeños son más sensibles a estos cambios de temperatura.
Desde un punto de vista social, la marginación, el aislamiento, la dependencia, la discapacidad y las condiciones de habitabilidad de las personas con menos recursos añaden factores de riesgo que hacen aún más vulnerables a estos colectivos.
Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados.
La exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación, golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma).
Normalmente un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante. A partir de 37ºC se produce una reacción fisiológica de defensa. Las personas mayores y los niños muy pequeños son más sensibles a estos cambios de temperatura.
Desde un punto de vista social, la marginación, el aislamiento, la dependencia, la discapacidad y las condiciones de habitabilidad de las personas con menos recursos añaden factores de riesgo que hacen aún más vulnerables a estos colectivos.