Los estudios interdisciplinarios, exponen las dificultades para dar una explicación satisfactoria al hecho de que haya cuentos en todos los lugares donde el ser humano se estableció y que, además, presenten numerosos trazos comunes.
La corriente histórico-geográfica que en opinión de Propp no conducía a nada verdaderamente incuestionable y que, a la postre, iba a ser una cuestión tabú para la ciencia, como la del origen mismo del lenguaje (Almodóvar, 1982: 13) apunta la posibilidad de situarlos en el neolítico, o bien que fueran creaciones pertenecientes a la cultura homérica. Por otra parte, Otto Huth, folklorista alemán, «sitúa el epicentro del cuento en el área donde se originó la cultura megalítica, en la parte occidental de África del norte y se habría extendido por todo el litoral mediterráneo de la península ibérica» (Fábregas, 1982: 210). Otros autores, Benfey, Th. y Cosquín, E., defienden la teoría «Indianista» según la cual todos los cuentos nacen en la India (excepto unos pocos que serían anteriores al siglo X) y se habrían difundido a partir de las relaciones comerciales y mediante la transmisión literaria hacia el imperio bizantino, Italia y España (Grup d'Estudi del Conté Popular, 1985:13-14). Tal hipótesis sería reforzada por el hecho de que en el año 1545 sea fechada la serie de tres manuscritos sirios, la más antigua que se conoce, y que fue encontrada por el arqueólogo orientalista Antoine Galland (1646-1715). Galland, con la ayuda de Hanna, un persa que amplió la serie con sus propios cuentos, publicó en seis volúmenes sus hallazgos arqueológicos (Bettelheim, 1980:10). Otro dato concordante con lo que venimos anotando sería que en Italia se publican, recién establecida la imprenta, los primeros cuentos europeos las Piacevoli motti, de Giovan Francesco Straparola, en los que, por primera vez, surgen motivos de cuentos conocidos por nosotros. También en Italia, Basile recoge de la tradición oral, que las mujeres del pueblo contaban a sus hijos Lo cunto de li cunti, adelantándose en unos años a la recopilación de los hermanos Grimm efectuada entre las mujeres del campo, en Alemania» (Hürlimann, 1968:43). Es probable que los cuentos de «Las mil y una noches» viajasen en el barco de Simbad por las aguas de tiempos olvidados. Recojamos de este viaje la explicación que matiza la teoría indianista al afirmar que podemos clasificar los cuentos tradicionales de Europa y de todos los países de la cultura europea, en cuanto a sus orígenes, de la manera siguiente, según Aurelio M. Espinosa (1946):
Cuentos que han venido de Oriente en tipos ya bien establecidos y que han sufrido cambios muy insignificantes en su transmisión y difusión a los países de Occidente.
Cuentos que han sido desarrollados en Europa con elementos o motivos orientales. Los tipos de esos cuentos han sido establecidos de una manera definitiva en Occidente.
Cuentos que han sido formados en Occidente completa o casi completamente.
Por otra parte, con un planteamiento más global para esclarecer los orígenes de los cuentos y, ante la presencia múltiple en distintos lugares geográficos, se argumenta que habría dos tipos de explicaciones (Simonsen, 1981):
El nacimiento de los cuentos se debería a una supuesta monogénesis, a partir de la cual seguiría una etapa de difusión o traslado a otras partes. Esta explicación sería coincidente con los estudios geográfico-históricos.
Una supuesta poligénesis se vería reforzada por estudios etnográficos y antropológicos que demuestran cómo los trazos de culturas antiguas evolucionadas siguen vigentes hoy en pueblos que se han mantenido en estado primitivo.
El enigma de los cuentos populares no está dilucidado en estos momentos, a pesar de los extraordinarios trabajos realizados. Pero quizás es necesario que el enigma acompañe siempre a los cuentos para que no pierdan el encanto que tienen, como dice la metáfora: «Cuentos, bellos espejos de agua, tan transparentes y profundos». Por último, al hablar de los orígenes de los cuentos recopilados de la tradición oral cabe mencionar el grupo de cuentos de autor moderno que, como en el caso de Hans Christian Andersen, son susceptibles de confusión si se establece un paralelismo con los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm o con Charles Perrault. Aunque el caso de Perrault es muy complejo según explica Soriano (1977) en un estudio de más de 500 páginas, hay que distinguir entre Perrault o los Grimm que escribieron cuentos a partir de las versiones orales conocidas en su tiempo. Perrault presagia que en lo sucesivo los cuentos van a ser para los niños cuando publica en 1697 sus Contes de ma mere VOye, aunque en ese momento sea en la corte donde consiguen la mayor difusión: Los Grimm empiezan a publicar en 1812 su primer volumen de Cuentos infantiles y caseros, escritos con extraordinaria calidad literaria pero con la misma claridad y sencillez con que se los contara una campesina de Kassel.
Respuesta:
Los estudios interdisciplinarios, exponen las dificultades para dar una explicación satisfactoria al hecho de que haya cuentos en todos los lugares donde el ser humano se estableció y que, además, presenten numerosos trazos comunes.
La corriente histórico-geográfica que en opinión de Propp no conducía a nada verdaderamente incuestionable y que, a la postre, iba a ser una cuestión tabú para la ciencia, como la del origen mismo del lenguaje (Almodóvar, 1982: 13) apunta la posibilidad de situarlos en el neolítico, o bien que fueran creaciones pertenecientes a la cultura homérica. Por otra parte, Otto Huth, folklorista alemán, «sitúa el epicentro del cuento en el área donde se originó la cultura megalítica, en la parte occidental de África del norte y se habría extendido por todo el litoral mediterráneo de la península ibérica» (Fábregas, 1982: 210). Otros autores, Benfey, Th. y Cosquín, E., defienden la teoría «Indianista» según la cual todos los cuentos nacen en la India (excepto unos pocos que serían anteriores al siglo X) y se habrían difundido a partir de las relaciones comerciales y mediante la transmisión literaria hacia el imperio bizantino, Italia y España (Grup d'Estudi del Conté Popular, 1985:13-14). Tal hipótesis sería reforzada por el hecho de que en el año 1545 sea fechada la serie de tres manuscritos sirios, la más antigua que se conoce, y que fue encontrada por el arqueólogo orientalista Antoine Galland (1646-1715). Galland, con la ayuda de Hanna, un persa que amplió la serie con sus propios cuentos, publicó en seis volúmenes sus hallazgos arqueológicos (Bettelheim, 1980:10). Otro dato concordante con lo que venimos anotando sería que en Italia se publican, recién establecida la imprenta, los primeros cuentos europeos las Piacevoli motti, de Giovan Francesco Straparola, en los que, por primera vez, surgen motivos de cuentos conocidos por nosotros. También en Italia, Basile recoge de la tradición oral, que las mujeres del pueblo contaban a sus hijos Lo cunto de li cunti, adelantándose en unos años a la recopilación de los hermanos Grimm efectuada entre las mujeres del campo, en Alemania» (Hürlimann, 1968:43). Es probable que los cuentos de «Las mil y una noches» viajasen en el barco de Simbad por las aguas de tiempos olvidados. Recojamos de este viaje la explicación que matiza la teoría indianista al afirmar que podemos clasificar los cuentos tradicionales de Europa y de todos los países de la cultura europea, en cuanto a sus orígenes, de la manera siguiente, según Aurelio M. Espinosa (1946):
Cuentos que han venido de Oriente en tipos ya bien establecidos y que han sufrido cambios muy insignificantes en su transmisión y difusión a los países de Occidente.
Cuentos que han sido desarrollados en Europa con elementos o motivos orientales. Los tipos de esos cuentos han sido establecidos de una manera definitiva en Occidente.
Cuentos que han sido formados en Occidente completa o casi completamente.
Por otra parte, con un planteamiento más global para esclarecer los orígenes de los cuentos y, ante la presencia múltiple en distintos lugares geográficos, se argumenta que habría dos tipos de explicaciones (Simonsen, 1981):
El nacimiento de los cuentos se debería a una supuesta monogénesis, a partir de la cual seguiría una etapa de difusión o traslado a otras partes. Esta explicación sería coincidente con los estudios geográfico-históricos.
Una supuesta poligénesis se vería reforzada por estudios etnográficos y antropológicos que demuestran cómo los trazos de culturas antiguas evolucionadas siguen vigentes hoy en pueblos que se han mantenido en estado primitivo.
El enigma de los cuentos populares no está dilucidado en estos momentos, a pesar de los extraordinarios trabajos realizados. Pero quizás es necesario que el enigma acompañe siempre a los cuentos para que no pierdan el encanto que tienen, como dice la metáfora: «Cuentos, bellos espejos de agua, tan transparentes y profundos». Por último, al hablar de los orígenes de los cuentos recopilados de la tradición oral cabe mencionar el grupo de cuentos de autor moderno que, como en el caso de Hans Christian Andersen, son susceptibles de confusión si se establece un paralelismo con los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm o con Charles Perrault. Aunque el caso de Perrault es muy complejo según explica Soriano (1977) en un estudio de más de 500 páginas, hay que distinguir entre Perrault o los Grimm que escribieron cuentos a partir de las versiones orales conocidas en su tiempo. Perrault presagia que en lo sucesivo los cuentos van a ser para los niños cuando publica en 1697 sus Contes de ma mere VOye, aunque en ese momento sea en la corte donde consiguen la mayor difusión: Los Grimm empiezan a publicar en 1812 su primer volumen de Cuentos infantiles y caseros, escritos con extraordinaria calidad literaria pero con la misma claridad y sencillez con que se los contara una campesina de Kassel.
Explicación:
coronita <3