Las trece colonias de las que hemos hablado ya tenían un gran crecimiento, tanto en población como en economía. El sistema de plantaciones y comercio funcionaba de una forma perfecta, y la población iba en aumento. El potencial demográfico era tan importante que al estallar la guerra de la independencia, las 13 colonias poseían una población de unos 2,5 millones de habitantes, sin embargo, las américas españolas poseían unos 100.000 colonos de origen español, es decir, poseía una población enorme en relación con la américa española, habiendo estado mucho más tiempo los españoles en América. Esto se debe a los grandes movimientos migratorios que se dieron desde Inglaterra a los nuevos territorios americanos, y a la teoría de la superpoblación de Inglaterra.
Mapa de las trece colonias americanas de América del Norte.
En el siglo XVIII las colonias de Nueva Inglaterra poseían un gran potencial económico y demográfico. Poseían materia prima y fuerza de trabajo, mucha de ella dada por los esclavos. Tenían un gran comercio, una producción agrícola excelente, lo único que les faltaba era la licencia de la manufactura que el Reino Unido se negaba permitir a sus colonias. Según el esquema tradicional la colonia era la que tenían que producir la materia prima, que de los productos manufacturados ya se encargaba ella, eso fue de las causas de la independencia de las colonias. Pero tratemos primeramente el potencial demográfico de las nuevas colonias inglesas de América del norte. En el siglo XVIII las colonias más densamente pobladas eran New Hampshire, Connecticut, Massachuchetts, y Rhode Island. Además poseían una economía bastante diversificada en sectores como el comercio o la construcción naval. El comercio era enorme sobre todo en las ciudades portuarias de Salem, Boston y Newport. Sobre todo un comercio interior con la metrópoli, dado que los impuestos de exportación eran enormes. Se les permitió exportar el té americano, pero con unas tasas aduaneras que hacían que su precio no fuese competitivo, lo que causó revueltas, la más conocida el motín del té de 1773. En las colonias del sur, como eran Virginia, Maryland, Carolina del Norte y el Sur, y Georgia, la economía era más de plantaciones, sobre todo de un solo cultivo, eso hacia que la dependencia con Inglaterra fuese enorme. En el plano social, nos encontramos con una sociedad desequilibrada, dado que había grandes contrastes entre la burguesía local, propietarios y terratenientes, y los esclavos y colonos trabajadores. La mayoría de las plantaciones se dedicaban al tabaco, como las de Maryland o Virginia, pero también había las que se dedicaban exclusivamente a productos alimenticios como el arroz, como es el caso de Carolina del sur y Georgia. Las colonias de New York, Nueva Jersey, Delaware, y Pensilvania, tenían una economía más variada y más rica. Tenían una agricultura de grandes rendimientos y con gran excedente agrícola. Producían mucho grano y carne. Había también un gran comercio de pieles en New York. Su población provenía de distintos lugares de Europa, no solo de Inglaterra. Además las ciudades estaban superpobladas, la ciudad de Philadelphia poseía a mediados del siglo XVIII, más de 45.000 personas.
Sociedad y economía en la América Inglesa.
Las trece colonias de las que hemos hablado ya tenían un gran crecimiento, tanto en población como en economía. El sistema de plantaciones y comercio funcionaba de una forma perfecta, y la población iba en aumento. El potencial demográfico era tan importante que al estallar la guerra de la independencia, las 13 colonias poseían una población de unos 2,5 millones de habitantes, sin embargo, las américas españolas poseían unos 100.000 colonos de origen español, es decir, poseía una población enorme en relación con la américa española, habiendo estado mucho más tiempo los españoles en América. Esto se debe a los grandes movimientos migratorios que se dieron desde Inglaterra a los nuevos territorios americanos, y a la teoría de la superpoblación de Inglaterra.
Mapa de las trece colonias americanas de América del Norte.
En el siglo XVIII las colonias de Nueva Inglaterra poseían un gran potencial económico y demográfico. Poseían materia prima y fuerza de trabajo, mucha de ella dada por los esclavos. Tenían un gran comercio, una producción agrícola excelente, lo único que les faltaba era la licencia de la manufactura que el Reino Unido se negaba permitir a sus colonias. Según el esquema tradicional la colonia era la que tenían que producir la materia prima, que de los productos manufacturados ya se encargaba ella, eso fue de las causas de la independencia de las colonias. Pero tratemos primeramente el potencial demográfico de las nuevas colonias inglesas de América del norte. En el siglo XVIII las colonias más densamente pobladas eran New Hampshire, Connecticut, Massachuchetts, y Rhode Island. Además poseían una economía bastante diversificada en sectores como el comercio o la construcción naval. El comercio era enorme sobre todo en las ciudades portuarias de Salem, Boston y Newport. Sobre todo un comercio interior con la metrópoli, dado que los impuestos de exportación eran enormes. Se les permitió exportar el té americano, pero con unas tasas aduaneras que hacían que su precio no fuese competitivo, lo que causó revueltas, la más conocida el motín del té de 1773. En las colonias del sur, como eran Virginia, Maryland, Carolina del Norte y el Sur, y Georgia, la economía era más de plantaciones, sobre todo de un solo cultivo, eso hacia que la dependencia con Inglaterra fuese enorme. En el plano social, nos encontramos con una sociedad desequilibrada, dado que había grandes contrastes entre la burguesía local, propietarios y terratenientes, y los esclavos y colonos trabajadores. La mayoría de las plantaciones se dedicaban al tabaco, como las de Maryland o Virginia, pero también había las que se dedicaban exclusivamente a productos alimenticios como el arroz, como es el caso de Carolina del sur y Georgia. Las colonias de New York, Nueva Jersey, Delaware, y Pensilvania, tenían una economía más variada y más rica. Tenían una agricultura de grandes rendimientos y con gran excedente agrícola. Producían mucho grano y carne. Había también un gran comercio de pieles en New York. Su población provenía de distintos lugares de Europa, no solo de Inglaterra. Además las ciudades estaban superpobladas, la ciudad de Philadelphia poseía a mediados del siglo XVIII, más de 45.000 personas.
Colonos puritanos de América del Norte.