Tylor puede ser considerado el padre del concepto de cultura con que la antropología emprenderá el estudio de la sociedad. En su obra más importante, Primitive Culture (1871), afirma que la cultura es "un todo complejo que incluye el conocimiento, creencias, arte, moral, leyes y costumbres, así como cualquier otra habilidad o hábito adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". Esta definición de la cultura, con ciertas variaciones, guiará los estudios antropológicos durante las siguientes décadas.
La principal contribución de Tylor al formularla es que con ella distingue el comportamiento biológico o instintivo de aquel que resulta de vivir en una sociedad capaz de transmitir normas, valores y costumbres que sus miembros aprenden o interiorizan, y por otro lado, establece que tal comportamiento es justo el campo de estudio de la antropología.
Es claro que el concepto de cultura cambia y se reformula. Ya en una revisión publicada en 1952, los antropólogos A. L. Kroeber y Clyde Kluckhohn encuentran 164 definiciones de la misma, y actualmente existen muchas más, pero lo cierto es que Tylor elabora la primera concepción formal de cultura y con ella funda el campo de estudio de la antropología
El propósito más importante de Tylor consiste en formular un esquema general de la evolución social que abarca desde el salvajismo hasta la civilización, para después ubicar a las diferentes sociedades en su estadio correspondiente. Para ello, adopta los criterios de clasificación de las colecciones de los museos expuestas según grupos y periodos temporales, si bien considera que al aplicarlos a las sociedades deben sustentarse en el grado de avance de las artes industriales (uso de metales, fabricación de instrumentos de agricultura, arquitectura), el conocimiento científico, la moral prevaleciente, las características de las creencias religiosas y el grado de complejidad de la organización social y política.
Tylor sugiere descomponer la cultura en sus diferentes elementos o instituciones (religión, parentesco, organización política y tecnología, entre otros) y clasificarlos en grupos correspondientes a fases progresivas de desarrollo.
Por lo demás, Tylor contribuye al surgimiento del evolucionismo unilineal, al proponer tanto que el desarrollo de las sociedades sigue un solo y único camino, como que en las sociedades contemporáneas pueden encontrarse resabios de las civilizaciones pasadas, rastros de sus costumbres o creencias, que son indicadores de sus formas anteriores de vida. Acuña el término supervivencias* para designarlos y los estudia para deducir cómo podrían haber estado organizadas las antiguas sociedades. De acuerdo con esta idea, considera a los pueblos contemporáneos a él que no habían alcanzado el desarrollo técnico del europeo como ejemplos de los primeros estadios de la humanidad.
Tylor sostiene que la religión más antigua es el animismo*, caracterizado por la creencia en seres espirituales. Los integrantes de las sociedades primitivas que alientan creencias animistas las han generado al convertir sus experiencias internas (sueños, trances, estados hipnóticos o resultantes de la ingestión de alucinantes) en entidades participantes en su vida cotidiana, como resultado de su "imposibilidad" de distinguir éstas del mundo real.
Tylor puede ser considerado el padre del concepto de cultura con que la antropología emprenderá el estudio de la sociedad. En su obra más importante, Primitive Culture (1871), afirma que la cultura es "un todo complejo que incluye el conocimiento, creencias, arte, moral, leyes y costumbres, así como cualquier otra habilidad o hábito adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". Esta definición de la cultura, con ciertas variaciones, guiará los estudios antropológicos durante las siguientes décadas.
La principal contribución de Tylor al formularla es que con ella distingue el comportamiento biológico o instintivo de aquel que resulta de vivir en una sociedad capaz de transmitir normas, valores y costumbres que sus miembros aprenden o interiorizan, y por otro lado, establece que tal comportamiento es justo el campo de estudio de la antropología.
Es claro que el concepto de cultura cambia y se reformula. Ya en una revisión publicada en 1952, los antropólogos A. L. Kroeber y Clyde Kluckhohn encuentran 164 definiciones de la misma, y actualmente existen muchas más, pero lo cierto es que Tylor elabora la primera concepción formal de cultura y con ella funda el campo de estudio de la antropología
El propósito más importante de Tylor consiste en formular un esquema general de la evolución social que abarca desde el salvajismo hasta la civilización, para después ubicar a las diferentes sociedades en su estadio correspondiente. Para ello, adopta los criterios de clasificación de las colecciones de los museos expuestas según grupos y periodos temporales, si bien considera que al aplicarlos a las sociedades deben sustentarse en el grado de avance de las artes industriales (uso de metales, fabricación de instrumentos de agricultura, arquitectura), el conocimiento científico, la moral prevaleciente, las características de las creencias religiosas y el grado de complejidad de la organización social y política.
Tylor sugiere descomponer la cultura en sus diferentes elementos o instituciones (religión, parentesco, organización política y tecnología, entre otros) y clasificarlos en grupos correspondientes a fases progresivas de desarrollo.
Por lo demás, Tylor contribuye al surgimiento del evolucionismo unilineal, al proponer tanto que el desarrollo de las sociedades sigue un solo y único camino, como que en las sociedades contemporáneas pueden encontrarse resabios de las civilizaciones pasadas, rastros de sus costumbres o creencias, que son indicadores de sus formas anteriores de vida. Acuña el término supervivencias* para designarlos y los estudia para deducir cómo podrían haber estado organizadas las antiguas sociedades. De acuerdo con esta idea, considera a los pueblos contemporáneos a él que no habían alcanzado el desarrollo técnico del europeo como ejemplos de los primeros estadios de la humanidad.
Tylor sostiene que la religión más antigua es el animismo*, caracterizado por la creencia en seres espirituales. Los integrantes de las sociedades primitivas que alientan creencias animistas las han generado al convertir sus experiencias internas (sueños, trances, estados hipnóticos o resultantes de la ingestión de alucinantes) en entidades participantes en su vida cotidiana, como resultado de su "imposibilidad" de distinguir éstas del mundo real.