Irene quería tener un libro lleno de encantamientos. Si lo tuviera, Irene haría lo siguiente:
1. Siempre sería verano, para no tener así que ir al colegio (Irene se acababa de cambiar de país y no terminaba de adaptarse al nuevo idioma, el francés).
2. Convertiría a los niños en gatos (le encantaban los gatos).
3. Conseguiría que el pescado supiera a chocolate (Y es que a Irene no le gustaba nada el pescado).
Un día como otro cualquiera, Irene se paró delante del escaparate de la tienda de disfraces y formuló su deseo: quiero ser una bruja. Y justo cuando iba a marcharse, escuchó una risa. No era una risa cualquiera, era una verdadera y auténtica risa de bruja mala.
- Sí, sí, no me mires así. Soy yo la que me he reído – habló la bruja con voz grave – Vaya, con que quieres ser como yo...
La bruja le preguntó por qué quería ser como ella e Irene le contó todo: lo poco que le gustaba ir al colegio, lo mal que se entendía con sus compañeros de clase, lo desagradable que le parecía el sabor del pescado…
- ¡Pues vaya una cosa! Esto no es motivo para convertirse en una bruja mala para toda la vida…
Y terminó su frase con unas palabras extrañas que Irene no llegó a comprender.
Lo quesísupo enseguida es que algo había cambiado. ¡La bruja la ha bía convertido en una g a t a!
- No, no, no, no…los gatos tienen que ser ellos…¡no yo! – se quejó a la bruja.
- ¡ bam ! Soy una bruja mala y hago lo que me da la gana. ¿O qué creías? ¿Qué iba a ayudarte? Para eso haberte buscado un hada. Serás una g a t a hasta que se rompa el maleficio.
Respuesta:
coronita plis
Explicación:
Irene quiere ser bruja.
Irene quería tener un libro lleno de encantamientos. Si lo tuviera, Irene haría lo siguiente:
1. Siempre sería verano, para no tener así que ir al colegio (Irene se acababa de cambiar de país y no terminaba de adaptarse al nuevo idioma, el francés).
2. Convertiría a los niños en gatos (le encantaban los gatos).
3. Conseguiría que el pescado supiera a chocolate (Y es que a Irene no le gustaba nada el pescado).
Un día como otro cualquiera, Irene se paró delante del escaparate de la tienda de disfraces y formuló su deseo: quiero ser una bruja. Y justo cuando iba a marcharse, escuchó una risa. No era una risa cualquiera, era una verdadera y auténtica risa de bruja mala.
- Sí, sí, no me mires así. Soy yo la que me he reído – habló la bruja con voz grave – Vaya, con que quieres ser como yo...
La bruja le preguntó por qué quería ser como ella e Irene le contó todo: lo poco que le gustaba ir al colegio, lo mal que se entendía con sus compañeros de clase, lo desagradable que le parecía el sabor del pescado…
- ¡Pues vaya una cosa! Esto no es motivo para convertirse en una bruja mala para toda la vida…
Y terminó su frase con unas palabras extrañas que Irene no llegó a comprender.
Lo quesísupo enseguida es que algo había cambiado. ¡La bruja la ha bía convertido en una g a t a!
- No, no, no, no…los gatos tienen que ser ellos…¡no yo! – se quejó a la bruja.
- ¡ bam ! Soy una bruja mala y hago lo que me da la gana. ¿O qué creías? ¿Qué iba a ayudarte? Para eso haberte buscado un hada. Serás una g a t a hasta que se rompa el maleficio.