El conejo y el león es una fábula moderna, escrita por Augusto Monterroso, cuya moraleja explica que nunca hay que fiarse de las apariencias. Un célebre psicoanalista se encontró cierto día en medio de la selva, semi perdido.
Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al conejo; por otro, al león.
En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco después ambos animales sintieron sus respectivas presencias y, cuando toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó como lo había venido haciendo desde que el hombre era hombre.
El león estremeció la selva con sus rugidos, sacudió la melena majestuosamente como era su costumbre y hendió el aire con sus garras enormes; por su parte, el conejo respiró con mayor celeridad, vio un instante a los ojos del León, dio media vuelta y se alejó corriendo.
De regreso a la ciudad el célebre psicoanalista publicó cum laude su famoso tratado en que demuestra que el león es el animal más infantil y cobarde de la selva, y el conejo el más valiente y maduro.
El león ruge y hace gestos y amenaza al universo movido por el miedo; el conejo advierte esto, conoce su propia fuerza, y se retira antes de perder la paciencia y acabar con aquel ser extravagante y fuera de sí, al que comprende y que después de todo no le ha hecho nada.
Explicación:
El conejo y el león es una fábula moderna, escrita por Augusto Monterroso, cuya moraleja explica que nunca hay que fiarse de las apariencias. Un célebre psicoanalista se encontró cierto día en medio de la selva, semi perdido.
espero que te sirva y te ayude
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Respuesta:
Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al conejo; por otro, al león.
En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco después ambos animales sintieron sus respectivas presencias y, cuando toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó como lo había venido haciendo desde que el hombre era hombre.
El león estremeció la selva con sus rugidos, sacudió la melena majestuosamente como era su costumbre y hendió el aire con sus garras enormes; por su parte, el conejo respiró con mayor celeridad, vio un instante a los ojos del León, dio media vuelta y se alejó corriendo.
De regreso a la ciudad el célebre psicoanalista publicó cum laude su famoso tratado en que demuestra que el león es el animal más infantil y cobarde de la selva, y el conejo el más valiente y maduro.
El león ruge y hace gestos y amenaza al universo movido por el miedo; el conejo advierte esto, conoce su propia fuerza, y se retira antes de perder la paciencia y acabar con aquel ser extravagante y fuera de sí, al que comprende y que después de todo no le ha hecho nada.
Moraleja: las apariencias engañan