El invierno había terminado y la Reina del trono le habló a las hormigas más jóvenes: «Recuerden, pequeñas hormigas, el trabajo de cada una de ustedes es fundamental para que el hormiguero se encuentre en buen estado«.
Entre las hormigas jóvenes estaba Pampi, una hormiga que destacaba por ser más pequeña que las demás. Ella estaba muy asustada, pues temía que la atacaran, ya que había escuchado que afuera del hormiguero existían muchos peligros.
La Reina del hormiguero, como siempre, alentó a sus pequeñas hormigas y las tranquilizó, puesto que Hércules, una fuerte y alta hormiga, las protegería de todos los males.
No obstante, Hércules era nuevo, por lo cual carecía un poco de experiencia. Él prefería cuidar la colonia, porque los trabajos de transportar comida o la despensa no eran lo suyo.
El trabajo de Hércules era defender a las hormigas de los ataques de las arañas y los sapos.
Todas las mañanas, Pampi y sus compañeras salían en busca de comida. De cerca, Hércules las seguía y las protegía, por lo que conformaban un gran equipo de trabajo.
Pampi se cuestionaba constantemente que los peligros siempre aparecían cuando encontraban la comida más rica y estaba empezando a dudar de sus compañeras.
Un día, Pampi encontró un gran pastel de chocolate, el cual se veía irresistible. Rápidamente llamó a sus compañeras para que lo llevaran al hormiguero; sin embargo, el buen Hércules les avisó que debían dirigirse al hormiguero, pues se acercaban avispas.
Las hormigas huyeron hacia el hormiguero; pero Pampi, que tenía dudas, decidió quedarse entre la hierba. Hércules se quitó la armadura y quedó como una hormiga normal. Él empezó a comerse todo el pastel y las avispas nunca aparecieron.
Pampi estaba muy enfadada, y no era para menos, pues Hércules era un mentiroso que le importaba solo satisfacer sus propios deseos.
Luego de pensar bien, Pampi optó por no enfrentar a Hércules en ese momento y regresó al hormiguero. Allí les contó a dos amigos lo que había descubierto y juntos crearon una fiesta especial para Hércules.
Pampi estaba felicitando a Hércules públicamente por su victoria en contra de las avispas cuando se oyeron gritos en uno de los túneles del hormiguero. Se trataba de una enorme araña, por lo cual Pampi y sus compañeras le dijeron a Hércules que las defendiera, puesto que si había podido contra las avispas, una araña no sería mayor problema para él.
Hércules les contó a las hormigas que no era una hormiga fuerte y se quitó su armadura. Sin embargo, Pampi tranquilizó a sus compañeras, pues no había ninguna araña, ya que todo era una estrategia para descubrir al verdadero Hércules. Sus amigos habían sujetado algunas ramas para simular ser una araña.
Hércules se disculpó y la Reina le comunicó que si quería seguir viviendo en el hormiguero, nunca más debería decir mentiras y trabajar como las demás hormigas.
Explicación:
no tengo ni la menor idea q lo q has preguntado pero lo respondo por si acaso ,
*moraleja* : Hércules nos ha enseñado la importancia de nunca decir mentiras, ya que es posible lastimar a los seres queridos, como Pampi en el cuento. Siempre es necesario decir la verdad, así no sea del todo buena.
El invierno había terminado y la Reina del trono le habló a las hormigas más jóvenes: «Recuerden, pequeñas hormigas, el trabajo de cada una de ustedes es fundamental para que el hormiguero se encuentre en buen estado«.
Entre las hormigas jóvenes estaba Pampi, una hormiga que destacaba por ser más pequeña que las demás. Ella estaba muy asustada, pues temía que la atacaran, ya que había escuchado que afuera del hormiguero existían muchos peligros.
La Reina del hormiguero, como siempre, alentó a sus pequeñas hormigas y las tranquilizó, puesto que Hércules, una fuerte y alta hormiga, las protegería de todos los males.
No obstante, Hércules era nuevo, por lo cual carecía un poco de experiencia. Él prefería cuidar la colonia, porque los trabajos de transportar comida o la despensa no eran lo suyo.
El trabajo de Hércules era defender a las hormigas de los ataques de las arañas y los sapos.
Todas las mañanas, Pampi y sus compañeras salían en busca de comida. De cerca, Hércules las seguía y las protegía, por lo que conformaban un gran equipo de trabajo.
Pampi se cuestionaba constantemente que los peligros siempre aparecían cuando encontraban la comida más rica y estaba empezando a dudar de sus compañeras.
Un día, Pampi encontró un gran pastel de chocolate, el cual se veía irresistible. Rápidamente llamó a sus compañeras para que lo llevaran al hormiguero; sin embargo, el buen Hércules les avisó que debían dirigirse al hormiguero, pues se acercaban avispas.
Las hormigas huyeron hacia el hormiguero; pero Pampi, que tenía dudas, decidió quedarse entre la hierba. Hércules se quitó la armadura y quedó como una hormiga normal. Él empezó a comerse todo el pastel y las avispas nunca aparecieron.
Pampi estaba muy enfadada, y no era para menos, pues Hércules era un mentiroso que le importaba solo satisfacer sus propios deseos.
Luego de pensar bien, Pampi optó por no enfrentar a Hércules en ese momento y regresó al hormiguero. Allí les contó a dos amigos lo que había descubierto y juntos crearon una fiesta especial para Hércules.
Pampi estaba felicitando a Hércules públicamente por su victoria en contra de las avispas cuando se oyeron gritos en uno de los túneles del hormiguero. Se trataba de una enorme araña, por lo cual Pampi y sus compañeras le dijeron a Hércules que las defendiera, puesto que si había podido contra las avispas, una araña no sería mayor problema para él.
Hércules les contó a las hormigas que no era una hormiga fuerte y se quitó su armadura. Sin embargo, Pampi tranquilizó a sus compañeras, pues no había ninguna araña, ya que todo era una estrategia para descubrir al verdadero Hércules. Sus amigos habían sujetado algunas ramas para simular ser una araña.
Hércules se disculpó y la Reina le comunicó que si quería seguir viviendo en el hormiguero, nunca más debería decir mentiras y trabajar como las demás hormigas.
Moraleja
Hércules nos ha enseñado la importancia de nunca decir mentiras, ya que es posible lastimar a los seres queridos, como Pampi en el cuento. Siempre es necesario decir la verdad, así no sea del todo buena.
También es fundamental el trabajo en equipo y no pensar en el bien individual, puesto que Hércules solo pensaba en él y no en sus compañeras.
Otra valor importante que nos enseña el cuento es el de compartir todo lo que poseemos con las demás personas, pues Hércules era una hormiga que no le gustaba compartir cuando encontraban una comida deliciosa.
Respuesta:
El invierno había terminado y la Reina del trono le habló a las hormigas más jóvenes: «Recuerden, pequeñas hormigas, el trabajo de cada una de ustedes es fundamental para que el hormiguero se encuentre en buen estado«.
Entre las hormigas jóvenes estaba Pampi, una hormiga que destacaba por ser más pequeña que las demás. Ella estaba muy asustada, pues temía que la atacaran, ya que había escuchado que afuera del hormiguero existían muchos peligros.
La Reina del hormiguero, como siempre, alentó a sus pequeñas hormigas y las tranquilizó, puesto que Hércules, una fuerte y alta hormiga, las protegería de todos los males.
No obstante, Hércules era nuevo, por lo cual carecía un poco de experiencia. Él prefería cuidar la colonia, porque los trabajos de transportar comida o la despensa no eran lo suyo.
El trabajo de Hércules era defender a las hormigas de los ataques de las arañas y los sapos.
Todas las mañanas, Pampi y sus compañeras salían en busca de comida. De cerca, Hércules las seguía y las protegía, por lo que conformaban un gran equipo de trabajo.
Pampi se cuestionaba constantemente que los peligros siempre aparecían cuando encontraban la comida más rica y estaba empezando a dudar de sus compañeras.
Un día, Pampi encontró un gran pastel de chocolate, el cual se veía irresistible. Rápidamente llamó a sus compañeras para que lo llevaran al hormiguero; sin embargo, el buen Hércules les avisó que debían dirigirse al hormiguero, pues se acercaban avispas.
Las hormigas huyeron hacia el hormiguero; pero Pampi, que tenía dudas, decidió quedarse entre la hierba. Hércules se quitó la armadura y quedó como una hormiga normal. Él empezó a comerse todo el pastel y las avispas nunca aparecieron.
Pampi estaba muy enfadada, y no era para menos, pues Hércules era un mentiroso que le importaba solo satisfacer sus propios deseos.
Luego de pensar bien, Pampi optó por no enfrentar a Hércules en ese momento y regresó al hormiguero. Allí les contó a dos amigos lo que había descubierto y juntos crearon una fiesta especial para Hércules.
Pampi estaba felicitando a Hércules públicamente por su victoria en contra de las avispas cuando se oyeron gritos en uno de los túneles del hormiguero. Se trataba de una enorme araña, por lo cual Pampi y sus compañeras le dijeron a Hércules que las defendiera, puesto que si había podido contra las avispas, una araña no sería mayor problema para él.
Hércules les contó a las hormigas que no era una hormiga fuerte y se quitó su armadura. Sin embargo, Pampi tranquilizó a sus compañeras, pues no había ninguna araña, ya que todo era una estrategia para descubrir al verdadero Hércules. Sus amigos habían sujetado algunas ramas para simular ser una araña.
Hércules se disculpó y la Reina le comunicó que si quería seguir viviendo en el hormiguero, nunca más debería decir mentiras y trabajar como las demás hormigas.
Explicación:
no tengo ni la menor idea q lo q has preguntado pero lo respondo por si acaso ,
*moraleja* : Hércules nos ha enseñado la importancia de nunca decir mentiras, ya que es posible lastimar a los seres queridos, como Pampi en el cuento. Siempre es necesario decir la verdad, así no sea del todo buena.
El invierno había terminado y la Reina del trono le habló a las hormigas más jóvenes: «Recuerden, pequeñas hormigas, el trabajo de cada una de ustedes es fundamental para que el hormiguero se encuentre en buen estado«.
Entre las hormigas jóvenes estaba Pampi, una hormiga que destacaba por ser más pequeña que las demás. Ella estaba muy asustada, pues temía que la atacaran, ya que había escuchado que afuera del hormiguero existían muchos peligros.
La Reina del hormiguero, como siempre, alentó a sus pequeñas hormigas y las tranquilizó, puesto que Hércules, una fuerte y alta hormiga, las protegería de todos los males.
No obstante, Hércules era nuevo, por lo cual carecía un poco de experiencia. Él prefería cuidar la colonia, porque los trabajos de transportar comida o la despensa no eran lo suyo.
El trabajo de Hércules era defender a las hormigas de los ataques de las arañas y los sapos.
Todas las mañanas, Pampi y sus compañeras salían en busca de comida. De cerca, Hércules las seguía y las protegía, por lo que conformaban un gran equipo de trabajo.
Pampi se cuestionaba constantemente que los peligros siempre aparecían cuando encontraban la comida más rica y estaba empezando a dudar de sus compañeras.
Un día, Pampi encontró un gran pastel de chocolate, el cual se veía irresistible. Rápidamente llamó a sus compañeras para que lo llevaran al hormiguero; sin embargo, el buen Hércules les avisó que debían dirigirse al hormiguero, pues se acercaban avispas.
Las hormigas huyeron hacia el hormiguero; pero Pampi, que tenía dudas, decidió quedarse entre la hierba. Hércules se quitó la armadura y quedó como una hormiga normal. Él empezó a comerse todo el pastel y las avispas nunca aparecieron.
Pampi estaba muy enfadada, y no era para menos, pues Hércules era un mentiroso que le importaba solo satisfacer sus propios deseos.
Luego de pensar bien, Pampi optó por no enfrentar a Hércules en ese momento y regresó al hormiguero. Allí les contó a dos amigos lo que había descubierto y juntos crearon una fiesta especial para Hércules.
Pampi estaba felicitando a Hércules públicamente por su victoria en contra de las avispas cuando se oyeron gritos en uno de los túneles del hormiguero. Se trataba de una enorme araña, por lo cual Pampi y sus compañeras le dijeron a Hércules que las defendiera, puesto que si había podido contra las avispas, una araña no sería mayor problema para él.
Hércules les contó a las hormigas que no era una hormiga fuerte y se quitó su armadura. Sin embargo, Pampi tranquilizó a sus compañeras, pues no había ninguna araña, ya que todo era una estrategia para descubrir al verdadero Hércules. Sus amigos habían sujetado algunas ramas para simular ser una araña.
Hércules se disculpó y la Reina le comunicó que si quería seguir viviendo en el hormiguero, nunca más debería decir mentiras y trabajar como las demás hormigas.
Moraleja
Hércules nos ha enseñado la importancia de nunca decir mentiras, ya que es posible lastimar a los seres queridos, como Pampi en el cuento. Siempre es necesario decir la verdad, así no sea del todo buena.
También es fundamental el trabajo en equipo y no pensar en el bien individual, puesto que Hércules solo pensaba en él y no en sus compañeras.
Otra valor importante que nos enseña el cuento es el de compartir todo lo que poseemos con las demás personas, pues Hércules era una hormiga que no le gustaba compartir cuando encontraban una comida deliciosa.