La Reforma Económica China (chino tradicional: 改革開放, chino simplificado: 改革开放, pinyin: Găigé kāifàng, literalmenteReforma y Apertura) se refiere al programa de reformas económicas llamado "Socialismo con características chinas" en laRepública Popular China (PRC), que se inició en diciembre de 1978 por los reformistas dentro del Partido Comunista de China (CPC) dirigidos por Deng Xiaoping. La meta de la reforma económica china era transformar a la estancada y empobrecida economía planificada de China en una economía de mercado, capaz de generar un fuerte crecimiento económico e incrementar el bienestar de los ciudadanos chinos.
China ha sido una de las economías más grandes, prósperas y avanzadas del mundo, antes del siglo XIX. La economía declinó en el siglo XIX y gran parte del siglo XX, con una breve recuperación en los años 30.1 De 1949 a 1978, las desastrosas "colectivizaciones" de Mao, el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural habían devastado la economía china, resultando en la destrucción de gran parte de la cultura tradicional y una caída masiva del nivel de vida. Luego de la muerte de Mao, sus principales seguidores de izquierda, dirigidos por la Banda de los Cuatro, fueron derrocados en un golpe y los reformistas, guiados por Deng Xiaoping, tomaron el poder.
Desde 1978, las reformas económicas comenzaron en dos fases. La primera fase, a finales de los 70 y principios de los 80, involucraba la descolectivización de la agricultura, la apertura del país a la inversión extranjera y el permiso a emprendedores de iniciar empresas. Sin embargo, la mayoría de la industria permaneció estatizada e ineficiente, haciendo de carga al crecimiento económico. La segunda fase de la reforma, a finales de los 80 y 90, involucraba la privatización y contratación de la mayor parte de la industria estatizada y el levantamiento del control de precios, las políticas proteccionistas y regulaciones, aunque los monopolios públicos en sectores como la banca y el petróleo permanecieron. El sector privado creció notablemente, reflejando casi el 70% del PIB de China para 2005,2 una mayor figura en comparación con muchas naciones occidentales. De 1978 a 2010, sucedió un crecimiento sin precedentes, con el aumento de la economía en 9,5% anual. La economía de China se convirtió en la segunda más grande, luego de EE. UU.. La administración conservadora de Hu-Wen reguló con mayor presión y controló la economía luego de 2005, revirtiendo algunas ganancias reformistas.3
El éxito de las reformas económicas de China ha resultado en cambios masivos en la sociedad china. La pobreza fue reducida drásticamente, así como aumentó la riqueza y la desigualdad económica, llevando a una reacción violenta de la Nueva Izquierda Maoísta. En la escena académica, los eruditos han debatido la razón del éxito de las reformas económicas chinas y las han comparado con los intentos de reformar el socialismo en el Bloque del Este y el crecimiento de otras economías en desarrollo.
Para 2010, China fue ubicada en el puesto 140 entre los 179 países en el Ranking Mundial del Índice de Libertad Económica, lo que es una mejora respecto al año anterior.
La Reforma Económica China (chino tradicional: 改革開放, chino simplificado: 改革开放, pinyin: Găigé kāifàng, literalmenteReforma y Apertura) se refiere al programa de reformas económicas llamado "Socialismo con características chinas" en laRepública Popular China (PRC), que se inició en diciembre de 1978 por los reformistas dentro del Partido Comunista de China (CPC) dirigidos por Deng Xiaoping. La meta de la reforma económica china era transformar a la estancada y empobrecida economía planificada de China en una economía de mercado, capaz de generar un fuerte crecimiento económico e incrementar el bienestar de los ciudadanos chinos.
China ha sido una de las economías más grandes, prósperas y avanzadas del mundo, antes del siglo XIX. La economía declinó en el siglo XIX y gran parte del siglo XX, con una breve recuperación en los años 30.1 De 1949 a 1978, las desastrosas "colectivizaciones" de Mao, el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural habían devastado la economía china, resultando en la destrucción de gran parte de la cultura tradicional y una caída masiva del nivel de vida. Luego de la muerte de Mao, sus principales seguidores de izquierda, dirigidos por la Banda de los Cuatro, fueron derrocados en un golpe y los reformistas, guiados por Deng Xiaoping, tomaron el poder.
Desde 1978, las reformas económicas comenzaron en dos fases. La primera fase, a finales de los 70 y principios de los 80, involucraba la descolectivización de la agricultura, la apertura del país a la inversión extranjera y el permiso a emprendedores de iniciar empresas. Sin embargo, la mayoría de la industria permaneció estatizada e ineficiente, haciendo de carga al crecimiento económico. La segunda fase de la reforma, a finales de los 80 y 90, involucraba la privatización y contratación de la mayor parte de la industria estatizada y el levantamiento del control de precios, las políticas proteccionistas y regulaciones, aunque los monopolios públicos en sectores como la banca y el petróleo permanecieron. El sector privado creció notablemente, reflejando casi el 70% del PIB de China para 2005,2 una mayor figura en comparación con muchas naciones occidentales. De 1978 a 2010, sucedió un crecimiento sin precedentes, con el aumento de la economía en 9,5% anual. La economía de China se convirtió en la segunda más grande, luego de EE. UU.. La administración conservadora de Hu-Wen reguló con mayor presión y controló la economía luego de 2005, revirtiendo algunas ganancias reformistas.3
El éxito de las reformas económicas de China ha resultado en cambios masivos en la sociedad china. La pobreza fue reducida drásticamente, así como aumentó la riqueza y la desigualdad económica, llevando a una reacción violenta de la Nueva Izquierda Maoísta. En la escena académica, los eruditos han debatido la razón del éxito de las reformas económicas chinas y las han comparado con los intentos de reformar el socialismo en el Bloque del Este y el crecimiento de otras economías en desarrollo.
Para 2010, China fue ubicada en el puesto 140 entre los 179 países en el Ranking Mundial del Índice de Libertad Económica, lo que es una mejora respecto al año anterior.