El lobo es un organismo pluricelular, por lo que tiene miles de millones de células.
Los lobos son una especie sumamente interesante, por la intriga que genera su origen y su adaptación evolutiva para sobrevivir en los ambientes más difíciles. Se calcula, con base al análisis de ADN de las células mitocondriales de los lobos asiáticos, que el linaje se originó en Asia hace unos 800.00 años, mientras que la subespecie europea y estadounidense son más jóvenes con unos 150.000 años. Su anatomía se ha adaptado al ecosistema en el que se desarrollan, demostrando una de las principales características de un organismo pluricelular: su complejidad en especialización celular y factor de transcripción.
Primero tenemos el peso y tamaño, los cuales aumentan proporcionalmente con la latitud; su altura está entre los 35 cm y los 40 cm, con un peso entre 32 y 62 kg, a pesar de que se han encontrado casos de lobos de 77 kg en Alaska y Canadá, siendo los más pequeños la subespecie árabe. En cuanto a la distinción entre macho y hembra, los primeros tienden a ser más largos y las segundas 20% menos pesadas que los machos.
Segundo están sus características anatómicas ideales para viajes largos; pecho estrecho y piernas potentes garantizan una locomoción eficiente. Por ende son capaces de recorrer varios kilómetros trotando a una velocidad de 10 km/h, aunque pueden alcanzar los 65 km/h en una persecución, y además saltar hasta 5 metros. Todo esto está apoyado en sus patas, que están diseñadas para caminar con facilidad por una gran variedad de terrenos, especialmente la nieve, ya que tienen una pequeña membrana entre los dedos que permite mayor movilidad en estos terrenos y al ser digitígrados pueden distribuir su peso adecuadamente a las superficies nevadas, conjunto a las garras para mayor agarre, vasos sanguíneos para evitar que las patas se enfríen y unas glándulas para moverse por grandes extensiones mientras informa a otros acerca de su paradero.
Por último esta su pelaje, constituido por dos capaz, que es lo que lo hace pesado. La primera capa cumple la función de repeler el agua y la suciedad; la segunda esta constituida por un denso subpelaje resistente al agua que aísla al lobo, siendo normalmente gris sin tener en cuenta la apariencia del pelaje exterior. Los lobos tienen distintos pelajes en invierno y verano que alternan en primavera y otoño, mientras que las hembras tienden a conservar sus pelajes invernales después de la primavera.
El lobo es un organismo pluricelular, por lo que tiene miles de millones de células.
Los lobos son una especie sumamente interesante, por la intriga que genera su origen y su adaptación evolutiva para sobrevivir en los ambientes más difíciles. Se calcula, con base al análisis de ADN de las células mitocondriales de los lobos asiáticos, que el linaje se originó en Asia hace unos 800.00 años, mientras que la subespecie europea y estadounidense son más jóvenes con unos 150.000 años. Su anatomía se ha adaptado al ecosistema en el que se desarrollan, demostrando una de las principales características de un organismo pluricelular: su complejidad en especialización celular y factor de transcripción.
Primero tenemos el peso y tamaño, los cuales aumentan proporcionalmente con la latitud; su altura está entre los 35 cm y los 40 cm, con un peso entre 32 y 62 kg, a pesar de que se han encontrado casos de lobos de 77 kg en Alaska y Canadá, siendo los más pequeños la subespecie árabe. En cuanto a la distinción entre macho y hembra, los primeros tienden a ser más largos y las segundas 20% menos pesadas que los machos.
Segundo están sus características anatómicas ideales para viajes largos; pecho estrecho y piernas potentes garantizan una locomoción eficiente. Por ende son capaces de recorrer varios kilómetros trotando a una velocidad de 10 km/h, aunque pueden alcanzar los 65 km/h en una persecución, y además saltar hasta 5 metros. Todo esto está apoyado en sus patas, que están diseñadas para caminar con facilidad por una gran variedad de terrenos, especialmente la nieve, ya que tienen una pequeña membrana entre los dedos que permite mayor movilidad en estos terrenos y al ser digitígrados pueden distribuir su peso adecuadamente a las superficies nevadas, conjunto a las garras para mayor agarre, vasos sanguíneos para evitar que las patas se enfríen y unas glándulas para moverse por grandes extensiones mientras informa a otros acerca de su paradero.
Por último esta su pelaje, constituido por dos capaz, que es lo que lo hace pesado. La primera capa cumple la función de repeler el agua y la suciedad; la segunda esta constituida por un denso subpelaje resistente al agua que aísla al lobo, siendo normalmente gris sin tener en cuenta la apariencia del pelaje exterior. Los lobos tienen distintos pelajes en invierno y verano que alternan en primavera y otoño, mientras que las hembras tienden a conservar sus pelajes invernales después de la primavera.