2) El primer paso está en manos de quienes conocieron al aspirante a santo. Quienes consiguen que se abra un proceso de beatificación son los fieles, los que aseguran que se trata de un auténtico santo.
Luego el obispo pide la conformación de una comisión para probar la fama de santidad del candidato. En ese proceso se recogen los testimonios que demuestran con hechos la santidad de esa persona, la llamada fase diocesana.
Los documentos son enviados al Vaticano, recayendo en la Congregación para las Causas de los Santos.
Ya en el Vaticano, el expediente pasa a ser evaluado por historiadores y teólogos, que trabajan juntos para reconstruir una biografía exacta de la persona, incluyendo signos de espiritualidad y signos de heroísmo.
Además se debe presentar un milagro, el cual es examinado por un comité médico conformado por 60 expertos, especialistas en diferentes campos.
En esta fase, los galenos deberán intentar dar una explicación científica al supuesto milagro. Deben comprobar si la curación es científicamente inexplicable.
Cabe precisar que para ser catalogado como milagro, este debe tener tres características: la curación inmediata, completa y duradera.
Una vez comprobado el milagro, los teólogos tendrán la tarea deconfirmar que este fue realizado por el candidato y no por otro santo.
Según la Iglesia católica, la santidad es la unión entre Dios y la persona y "hace falta un milagro no para confirmar la santidad sino para confirmar la cercanía con Dios".
La beatificación es el primer paso para ser santo, pero permite que el beato sea venerado en su diócesis. Para ser canonizado es necesario probar un segundo milagro.
Luego que el Papa declara un santo, este puede ser venerado en todo el mundo.
2) El primer paso está en manos de quienes conocieron al aspirante a santo. Quienes consiguen que se abra un proceso de beatificación son los fieles, los que aseguran que se trata de un auténtico santo.
Luego el obispo pide la conformación de una comisión para probar la fama de santidad del candidato. En ese proceso se recogen los testimonios que demuestran con hechos la santidad de esa persona, la llamada fase diocesana.
Los documentos son enviados al Vaticano, recayendo en la Congregación para las Causas de los Santos.
Ya en el Vaticano, el expediente pasa a ser evaluado por historiadores y teólogos, que trabajan juntos para reconstruir una biografía exacta de la persona, incluyendo signos de espiritualidad y signos de heroísmo.
Además se debe presentar un milagro, el cual es examinado por un comité médico conformado por 60 expertos, especialistas en diferentes campos.
En esta fase, los galenos deberán intentar dar una explicación científica al supuesto milagro. Deben comprobar si la curación es científicamente inexplicable.
Cabe precisar que para ser catalogado como milagro, este debe tener tres características: la curación inmediata, completa y duradera.
Una vez comprobado el milagro, los teólogos tendrán la tarea deconfirmar que este fue realizado por el candidato y no por otro santo.
Según la Iglesia católica, la santidad es la unión entre Dios y la persona y "hace falta un milagro no para confirmar la santidad sino para confirmar la cercanía con Dios".
La beatificación es el primer paso para ser santo, pero permite que el beato sea venerado en su diócesis. Para ser canonizado es necesario probar un segundo milagro.
Luego que el Papa declara un santo, este puede ser venerado en todo el mundo.