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Hay diferentes tipos de villancicos: • Villancicos burlescos: construidos a partir de los estereotipos de la sátira: viejas que se comportan como niñas, viudas, hombres con cuernos, clérigos lujuriosos… • Villancicos vinculados al trabajo: de los vendedores, de la agricultura… • Villancicos de carácter erótico: con eufemismos, palabras con doble sentido como la fruta, metáforas como clavar agujas o de labores del campo como segar… • Villancicos de amor: son los más frecuentes y se pueden distinguir tres tipos: 1. Unos que giran alrededor de la mujer: la mujeres la que habla y es el centro del villancico; pero su perfil es borroso, no hay descripciones físicas y hay adjetivos pero son muy genéricos como bonita o hermosa. Uno de los adjetivos más frecuentes y prácticamente exclusivo de estas cancioncillas es “garrida” que quiere decir “bien plantada”. Muchos de ellos están protagonizados por muchachas de piel morena, resultado de trabajar en el campo pero hablan de un pasado blanco; y es que ese blanco se vincula a la pureza y virginidad y el negro a la mujer activa, es decir no pura. Pero hay un rasgo físico de la mujer que siempre aparece: el cabello. Se destaca su longitud y su cuidado (del color se dice bien poco, pero suele ser negro ya que son de campesinas y españolas). Es un cabello largo y suelto que está vinculado a la virginidad. En cambio, las casadas, viudas o monjas lo llevan recogido, con tocados o velos. La protagonista de nuestro villancico es la “niña en cabello” como decían en la época. La cabellera es un elemento vinculado a la mujer y a su erotismo, por eso se entiende la dedicación del cuidado del cabello en esos tiempos y peinarse ante la mirada de alguien implicaba una promesa amorosa. Frente a estas muchachas, nos encontramos a las monjas, casadas y viudas que esconden su cabello tras una toca. A las brujas se les rapaba la cabeza. Otras muestras de la importancia del cabello son las plañideras que se tiraban del pelo y se arañaban la cara en señal de duelo.
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• Villancicos burlescos: construidos a partir de los estereotipos de la sátira: viejas que se comportan como niñas, viudas, hombres con cuernos, clérigos lujuriosos… • Villancicos vinculados al trabajo: de los vendedores, de la agricultura… • Villancicos de carácter erótico: con eufemismos, palabras con doble sentido como la fruta, metáforas como clavar agujas o de labores del campo como segar… • Villancicos de amor: son los más frecuentes
• Villancicos burlescos: construidos a partir de los estereotipos de la sátira: viejas que se comportan como niñas, viudas, hombres con cuernos, clérigos lujuriosos…
• Villancicos vinculados al trabajo: de los vendedores, de la agricultura…
• Villancicos de carácter erótico: con eufemismos, palabras con doble sentido como la fruta, metáforas como clavar agujas o de labores del campo como segar…
• Villancicos de amor: son los más frecuentes y se pueden distinguir tres tipos:
1. Unos que giran alrededor de la mujer: la mujeres la que habla y es el centro del villancico; pero su perfil es borroso, no hay descripciones físicas y hay adjetivos pero son muy genéricos como bonita o hermosa. Uno de los adjetivos más frecuentes y prácticamente exclusivo de estas cancioncillas es “garrida” que quiere decir “bien plantada”. Muchos de ellos están protagonizados por muchachas de piel morena, resultado de trabajar en el campo pero hablan de un pasado blanco; y es que ese blanco se vincula a la pureza y virginidad y el negro a la mujer activa, es decir no pura.
Pero hay un rasgo físico de la mujer que siempre aparece: el cabello. Se destaca su longitud y su cuidado (del color se dice bien poco, pero suele ser negro ya que son de campesinas y españolas). Es un cabello largo y suelto que está vinculado a la virginidad. En cambio, las casadas, viudas o monjas lo llevan recogido, con tocados o velos.
La protagonista de nuestro villancico es la “niña en cabello” como decían en la época.
La cabellera es un elemento vinculado a la mujer y a su erotismo, por eso se entiende la dedicación del cuidado del cabello en esos tiempos y peinarse ante la mirada de alguien implicaba una promesa amorosa.
Frente a estas muchachas, nos encontramos a las monjas, casadas y viudas que esconden su cabello tras una toca. A las brujas se les rapaba la cabeza.
Otras muestras de la importancia del cabello son las plañideras que se tiraban del pelo y se arañaban la cara en señal de duelo.
• Villancicos vinculados al trabajo: de los vendedores, de la agricultura…
• Villancicos de carácter erótico: con eufemismos, palabras con doble sentido como la fruta, metáforas como clavar agujas o de labores del campo como segar…
• Villancicos de amor: son los más frecuentes