Un joven llamado Alfonso vivía en una bonita casa de paredes blancas y tejado colorado, situada en las afueras de la ciudad. La vivienda estaba rodeada de jardines floridos, sonoras fuentes de agua, y un enorme huerto gracias al cual disfrutaba todo el año de verduras y hortalizas de excelente calidad.
Alfonso era un tipo privilegiado que lo tenía todo, pero curiosamente se sentía frustrado por no haber podido cumplir uno de sus grandes sueños: llenar su propiedad de árboles frutales.
Cuento de hadas.
En una ciudad del sur de España había un caballero muy rico, riquísimo, que vivía rodeado de todos los lujos y comodidades que uno pueda imaginar. Sus negocios le permitían disfrutar de un montón de caprichos, como una casa rodeada de jardines y sirvientes que le hacían reverencias a todas horas. Poseía caballos, valiosas obras de arte y su mesa siempre estaba repleta de manjares y frutas exóticas venidas de los lugares más lejanos del mundo.
De todas las posesiones que tenía, había una por la que sentía especial cariño: una mona muy simpática que un amigo le había traído de África.
Cuento de ciencia ficción
Saúl era un niño que vivía rodeado de comodidades y privilegios. Su padre era un experto cirujano y su madre una escritora de éxito, así que la familia residía en una enorme casa con jardín, piscina y un garaje en el que dormían dos coches de alta gama. A sus once años no le faltaba de nada: vestía a la última moda, tenía un cuarto privado repleto de juegos, y en la pared de su dormitorio colgaba una televisión tan grande que más bien parecía una pantalla de cine
Cuento policíaco.
Había una vez un ladrón tan extraño que lo único que quería era un abrazo. Por eso le llamaban el ladrón de abrazos. Pero como robar abrazos no es delito, este curioso ladrón seguía haciendo de las suyas.
El ladrón de abrazos salía a la calle todos los días, dispuesto a meterse en medio de cualquiera pareja de personas que estuvieran abrazándose. Pero resultaba tan molesto que la gente procuraba no tocarse en público, por si acaso.
Cuento tipo fábula.
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.
Respuesta:
Cuentos populares. Son los cuentos más tradicionales y antiguos, que han ido pasando de generación en generación de forma oral. ...
Cuentos fantásticos y de hadas. ...
Cuentos realistas. ...
Cuentos de misterio. ...
Cuentos históricos. ...
Cuentos cómicos. ...
Cuentos de terror.
Respuesta:
Cuento fantástico.
Un joven llamado Alfonso vivía en una bonita casa de paredes blancas y tejado colorado, situada en las afueras de la ciudad. La vivienda estaba rodeada de jardines floridos, sonoras fuentes de agua, y un enorme huerto gracias al cual disfrutaba todo el año de verduras y hortalizas de excelente calidad. Alfonso era un tipo privilegiado que lo tenía todo, pero curiosamente se sentía frustrado por no haber podido cumplir uno de sus grandes sueños: llenar su propiedad de árboles frutales.
Cuento de hadas.
En una ciudad del sur de España había un caballero muy rico, riquísimo, que vivía rodeado de todos los lujos y comodidades que uno pueda imaginar. Sus negocios le permitían disfrutar de un montón de caprichos, como una casa rodeada de jardines y sirvientes que le hacían reverencias a todas horas. Poseía caballos, valiosas obras de arte y su mesa siempre estaba repleta de manjares y frutas exóticas venidas de los lugares más lejanos del mundo. De todas las posesiones que tenía, había una por la que sentía especial cariño: una mona muy simpática que un amigo le había traído de África.
Cuento de ciencia ficción
Saúl era un niño que vivía rodeado de comodidades y privilegios. Su padre era un experto cirujano y su madre una escritora de éxito, así que la familia residía en una enorme casa con jardín, piscina y un garaje en el que dormían dos coches de alta gama. A sus once años no le faltaba de nada: vestía a la última moda, tenía un cuarto privado repleto de juegos, y en la pared de su dormitorio colgaba una televisión tan grande que más bien parecía una pantalla de cine
Cuento policíaco.
Había una vez un ladrón tan extraño que lo único que quería era un abrazo. Por eso le llamaban el ladrón de abrazos. Pero como robar abrazos no es delito, este curioso ladrón seguía haciendo de las suyas.
El ladrón de abrazos salía a la calle todos los días, dispuesto a meterse en medio de cualquiera pareja de personas que estuvieran abrazándose. Pero resultaba tan molesto que la gente procuraba no tocarse en público, por si acaso.
Cuento tipo fábula.
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres, higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte.