La leyenda “La Princesa de santa ana ”, surge en el país de los Muiscas, en el oriente de la Sabana de Bogotá. A continuación se presenta una mirada general sobre la cultura muisca, para lograr una interpretación más objetiva, tal como lo exige el análisis de una leyenda.
Contextualización de la leyenda a partir de la cultura muisca
La princesa triste de Santa Ana
En el área de lo que hoy se conoce como Guayaquil, se encontraba un rey que amasaba una gran riqueza en sus fortalezas. La hija del Rey cayó enferma y no se encontraba cura para su mal.
Un día apareció un hechicero ante el Rey y ofreció curar la salud de la princesa a cambio de toda la fortuna que poseía. Ante la negativa de éste, un hechizo cayó sobre las tierras que habitaba este regente, condenando a su pueblo a la desaparición.
Siglos después, cuando uno de los expedicionarios españoles escalaba uno de los cerros de la zona, éste se encontró con una hermosa princesa que le dio dos opciones: le ofreció una hermosa ciudad llena de oro o ser una esposa devota y fiel para él.
El español decidió optar por la ciudad de oro y ante esto la princesa decidió conjurar una maldición sobre él. Éste comenzó a rezarle a la Virgen de Santa Ana que lo salvara y esta efectivamente lo rescató. Es por esto que el cerro donde fue fundada la ciudad de Guayaquil fue bautizado con el nombre de Santa Ana.
te dejo otra informacion diferente
En Guayaquil existe el cerro Santa Ana que se levanta imponente sobre toda la ciudad, donde ahora podemos observar casitas de muchos colores y donde reposa las escalinatas "LAS PEÑAS"
Cuenta la leyenda que existió un rey Inca que poseía muchas riquezas, un hogar de oro macizo que brillaba con la intensidad del sol, mucho poder. Se jactaba de todo esto y además de su hermosa hija pues todo el imperio la pretendía y la admiraban por su dulzura y belleza.
Su hija enfermó de gravedad un día, a pesar de que llamaron a varios hechiceros y brujos que curaban con el canto, el baile y con palabras majestuosas, miles de magos de extraños lugares....ninguno fue capaz de curar a su hija.
Sin embargo Un hechicero llegó, cuando todo estaba perdido. Y dijo que tenia una cura para la hija. El rey lo escuchó pero apenas terminó de decir estas palabras se llenó de cólera.
"SI QUIERES QUE TU HIJA SE CURE DEBERÁS RENUNCIAR A TODAS TUS RIQUEZAS, SOLO ASÍ ELLA PODRÁ SALVARSE"
-NO Y NO- respondió el rey con los ojos inyectados de furia, y tal era su rabia que mandó a sus guardias a torturarlo durante meses para después matarlo, el rey pensaba que este hechicero lo envidiaba y quería quitarle su fortuna pero igual su hija no iba a recuperarse.
-ES MENTIRA- pensó el rey
-HIJAS? podría tener muchas pero este ORO no se lo daré a nadie ES MÍO- repitió sin cesar
Cuando el hechicero murió, una terrible maldición cayó sobre el reino, el cielo era tinieblas, la tierra se levantó hambrienta para castigar al reino del soberano ambicioso, las montañas rodearon el reino y lo devoraron, destrozando todo y tragándose todo su ORO.
Dicen que cada 100 años la princesa en toda su bondad y dulzura desea salvar su reino para descansar en paz. Pero jamás podía porque la avaricia era el principal sentimiento de todo hombre!
Cuando un expedicionario español subió por el cerro y llego a una superficie plana sucedió que se encontró con la mujer más hermosa vestida de color tornasol, llena del brillo y el calor del sol.
Ella le mostró al expedicionario una ciudad de ORO, y le prometió que si él lo deseaba todo podia ser suyo, sin embargo también podia escoger liberarla y casarse con ella, con la promesa de que lo amaría eternamente, sería su esposa fiel, lo cuidaría eternamente con total devoción. Sería la mejor esposa que jamás habría tenido hombre alguno.
Pero él prefirió... LA CIUDAD DORADA!
La princesa se entristeció y se desvaneció llorando al instante, de repente el rey apareció maldiciéndolo por repetir la historia y quiso arrastrarlo a la oscuridad eterna, para que compartiera con ellos su destino, el expedicionario en su pánico pidió disculpas y le rezó a la virgen de SANTA ANA.
Y la Virgen supuestamente lo rescató, liberándolo de cualquier maldición y alejando al malvado indio de ese lugar, por eso en su honor se bautizó al CERRO con el nombre de CERRO SANTA ANA, lugar donde se inició la fundación de Guayaquil.
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La leyenda “La Princesa de santa ana ”, surge en el país de los Muiscas, en el oriente de la Sabana de Bogotá. A continuación se presenta una mirada general sobre la cultura muisca, para lograr una interpretación más objetiva, tal como lo exige el análisis de una leyenda.
Contextualización de la leyenda a partir de la cultura muisca
La princesa triste de Santa Ana
En el área de lo que hoy se conoce como Guayaquil, se encontraba un rey que amasaba una gran riqueza en sus fortalezas. La hija del Rey cayó enferma y no se encontraba cura para su mal.
Un día apareció un hechicero ante el Rey y ofreció curar la salud de la princesa a cambio de toda la fortuna que poseía. Ante la negativa de éste, un hechizo cayó sobre las tierras que habitaba este regente, condenando a su pueblo a la desaparición.
Siglos después, cuando uno de los expedicionarios españoles escalaba uno de los cerros de la zona, éste se encontró con una hermosa princesa que le dio dos opciones: le ofreció una hermosa ciudad llena de oro o ser una esposa devota y fiel para él.
El español decidió optar por la ciudad de oro y ante esto la princesa decidió conjurar una maldición sobre él. Éste comenzó a rezarle a la Virgen de Santa Ana que lo salvara y esta efectivamente lo rescató. Es por esto que el cerro donde fue fundada la ciudad de Guayaquil fue bautizado con el nombre de Santa Ana.
te dejo otra informacion diferente
En Guayaquil existe el cerro Santa Ana que se levanta imponente sobre toda la ciudad, donde ahora podemos observar casitas de muchos colores y donde reposa las escalinatas "LAS PEÑAS"
Cuenta la leyenda que existió un rey Inca que poseía muchas riquezas, un hogar de oro macizo que brillaba con la intensidad del sol, mucho poder. Se jactaba de todo esto y además de su hermosa hija pues todo el imperio la pretendía y la admiraban por su dulzura y belleza.
Su hija enfermó de gravedad un día, a pesar de que llamaron a varios hechiceros y brujos que curaban con el canto, el baile y con palabras majestuosas, miles de magos de extraños lugares....ninguno fue capaz de curar a su hija.
Sin embargo Un hechicero llegó, cuando todo estaba perdido. Y dijo que tenia una cura para la hija. El rey lo escuchó pero apenas terminó de decir estas palabras se llenó de cólera.
"SI QUIERES QUE TU HIJA SE CURE DEBERÁS RENUNCIAR A TODAS TUS RIQUEZAS, SOLO ASÍ ELLA PODRÁ SALVARSE"
-NO Y NO- respondió el rey con los ojos inyectados de furia, y tal era su rabia que mandó a sus guardias a torturarlo durante meses para después matarlo, el rey pensaba que este hechicero lo envidiaba y quería quitarle su fortuna pero igual su hija no iba a recuperarse.
-ES MENTIRA- pensó el rey
-HIJAS? podría tener muchas pero este ORO no se lo daré a nadie ES MÍO- repitió sin cesar
Cuando el hechicero murió, una terrible maldición cayó sobre el reino, el cielo era tinieblas, la tierra se levantó hambrienta para castigar al reino del soberano ambicioso, las montañas rodearon el reino y lo devoraron, destrozando todo y tragándose todo su ORO.
Dicen que cada 100 años la princesa en toda su bondad y dulzura desea salvar su reino para descansar en paz. Pero jamás podía porque la avaricia era el principal sentimiento de todo hombre!
Cuando un expedicionario español subió por el cerro y llego a una superficie plana sucedió que se encontró con la mujer más hermosa vestida de color tornasol, llena del brillo y el calor del sol.
Ella le mostró al expedicionario una ciudad de ORO, y le prometió que si él lo deseaba todo podia ser suyo, sin embargo también podia escoger liberarla y casarse con ella, con la promesa de que lo amaría eternamente, sería su esposa fiel, lo cuidaría eternamente con total devoción. Sería la mejor esposa que jamás habría tenido hombre alguno.
Pero él prefirió... LA CIUDAD DORADA!
La princesa se entristeció y se desvaneció llorando al instante, de repente el rey apareció maldiciéndolo por repetir la historia y quiso arrastrarlo a la oscuridad eterna, para que compartiera con ellos su destino, el expedicionario en su pánico pidió disculpas y le rezó a la virgen de SANTA ANA.
Y la Virgen supuestamente lo rescató, liberándolo de cualquier maldición y alejando al malvado indio de ese lugar, por eso en su honor se bautizó al CERRO con el nombre de CERRO SANTA ANA, lugar donde se inició la fundación de Guayaquil.
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