La guerra de los Cien Años se puede dividir en varios periodos, los cuales son los siguientes:
1) 1337 – 1360. Se caracteriza por las victorias inglesas por los franceses, como en Crécy (1346) o Poitiers (1356). En esta fase Inglaterra consiguió conquistar Calais, en el Norte de Francia, y destacaron las victorias de Eduardo “el Príncipe Negro”, hijo del rey de Inglaterra Eduardo III y el aprisionamiento del rey de Francia Juan II tras la batalla de Poitiers. Tras este periodo desfavorable para Francia, se firmó el Tratado de Brétigny en mayo de 1360, por la que Francia cedería Aquitania y otros territorios y Eduardo renunciaría a la corona francesa.
2) 1360 – 1396. El tratado de Brétigny supuso una paz relativa en las décadas siguientes. Acabaron las hostilidades abiertas, pero supuso que el escenario bélico se trasladara a la Península Ibérica en la lucha por la sucesión al trono de Castilla, en la que Francia e Inglaterra tomaron parte activa. Después de que Enrique de Trastámara, apoyado por Francia, acceda al trono de Castilla en 1369, Francia interviene de forma más directa en las posesiones inglesas de Francia, recuperando zonas cedidas a los ingleses en 1360, provocando que volvieran las hostilidades entre Francia e Inglaterra. En los años sucesivos, el Cisma de Occidente de 1378 y conflictos internos en ambos países acabó por desgastarlos hasta que en 1396 se firma un nuevo pacto entre franceses e ingleses, casando a Ricardo II, rey de Inglaterra, con una hija del rey de Francia Carlos VI, manteniendo una tregua por la posesión de los territorios que entonces tenía cada país.
3) 1396 – 1422. Esta fase de la guerra se caracterizará por una fase inicial en el que no se tiene una guerra abierta hasta que al final de este periodo retornaran las hostilidades directas de forma favorable a Inglaterra. El apoyo de los franceses a los escoceses en las guerras que mantenía contra Inglaterra, agravió las relaciones diplomáticas, que trajo como consecuencia que Inglaterra devolviera la moneda firmando el tratado de Bourges en 1412 con los borgoñeses, consiguiendo un poderoso aliado en contra del rey de Francia. En 1415 regresan las hostilidades, consiguiendo Inglaterra importantes victorias en Azincourt (1415) y Harfleur (1416). Los principales conflictos se habían trasladado al Norte de Francia, con una guerra de asedios de Inglaterra en Normandía, consiguiente conquistar y colonizar territorios. Tras esta fase de victorias, Inglaterra consigue dar un buen golpe firmando el Tratado de Troyes en 1420, por la que Eduardo V pretendía asumir la corona francesa con la ayuda de los borgoñeses en detrimento del delfín de Francia Carlos. Esto se truncó tras las muertes de Eduardo V de Inglaterra y Carlos VI de Francia, ya que dejó como heredero a Enrique VI, de un año de edad, por lo que asumió la regencia Juan, el duque de Bedford.
4) 1422 – 1453. Al inicio de este periodo, el duque de Bedford había puesto en vigor el Tratado de Troyes, con lo que se creó una división en Francia entre partidarios de ingleses y franceses. Los ingleses tuvieron un inicio exitoso, interviniendo en el Norte de Francia para afianzar su poder y consolidando sus territorios en Normandía, llegando hasta el río Loira. Pero a partir de 1429, el transcurso de la guerra cambió de forma favorable para Francia. En el asedio de Orleans en 1429 apareció Juana de Arco, que levantó la moral francesa y consiguió varias victorias. El delfín Carlos se coronó rey de Francia en Reims en 1429 y Enrique VI hizo lo propio en la catedral de Nôtre-Dame de París en 1431. Esta ficticia doble monarquía ponía de manifiesto la división interna en la que estaba sumida Francia. Tras estos hechos y la quema de Juana de Arco en la hoguera en 1431, se abre un periodo favorable para Francia, obteniendo importantes victorias que tuvieron mayor importancia cuando en 1435 Borgoña retira su apoyo a Inglaterra. En los años finales de la guerra los franceses fueron conquistando poco a poco los territorios ingleses en Francia, hasta que la victoria sobre los ingleses en Castillon el 17 de julio de 1453 puso fin a la Guerra de los Cien Años.
La guerra de los Cien Años se puede dividir en varios periodos, los cuales son los siguientes:
1) 1337 – 1360. Se caracteriza por las victorias inglesas por los franceses, como en Crécy (1346) o Poitiers (1356). En esta fase Inglaterra consiguió conquistar Calais, en el Norte de Francia, y destacaron las victorias de Eduardo “el Príncipe Negro”, hijo del rey de Inglaterra Eduardo III y el aprisionamiento del rey de Francia Juan II tras la batalla de Poitiers. Tras este periodo desfavorable para Francia, se firmó el Tratado de Brétigny en mayo de 1360, por la que Francia cedería Aquitania y otros territorios y Eduardo renunciaría a la corona francesa.
2) 1360 – 1396. El tratado de Brétigny supuso una paz relativa en las décadas siguientes. Acabaron las hostilidades abiertas, pero supuso que el escenario bélico se trasladara a la Península Ibérica en la lucha por la sucesión al trono de Castilla, en la que Francia e Inglaterra tomaron parte activa. Después de que Enrique de Trastámara, apoyado por Francia, acceda al trono de Castilla en 1369, Francia interviene de forma más directa en las posesiones inglesas de Francia, recuperando zonas cedidas a los ingleses en 1360, provocando que volvieran las hostilidades entre Francia e Inglaterra. En los años sucesivos, el Cisma de Occidente de 1378 y conflictos internos en ambos países acabó por desgastarlos hasta que en 1396 se firma un nuevo pacto entre franceses e ingleses, casando a Ricardo II, rey de Inglaterra, con una hija del rey de Francia Carlos VI, manteniendo una tregua por la posesión de los territorios que entonces tenía cada país.
3) 1396 – 1422. Esta fase de la guerra se caracterizará por una fase inicial en el que no se tiene una guerra abierta hasta que al final de este periodo retornaran las hostilidades directas de forma favorable a Inglaterra. El apoyo de los franceses a los escoceses en las guerras que mantenía contra Inglaterra, agravió las relaciones diplomáticas, que trajo como consecuencia que Inglaterra devolviera la moneda firmando el tratado de Bourges en 1412 con los borgoñeses, consiguiendo un poderoso aliado en contra del rey de Francia. En 1415 regresan las hostilidades, consiguiendo Inglaterra importantes victorias en Azincourt (1415) y Harfleur (1416). Los principales conflictos se habían trasladado al Norte de Francia, con una guerra de asedios de Inglaterra en Normandía, consiguiente conquistar y colonizar territorios. Tras esta fase de victorias, Inglaterra consigue dar un buen golpe firmando el Tratado de Troyes en 1420, por la que Eduardo V pretendía asumir la corona francesa con la ayuda de los borgoñeses en detrimento del delfín de Francia Carlos. Esto se truncó tras las muertes de Eduardo V de Inglaterra y Carlos VI de Francia, ya que dejó como heredero a Enrique VI, de un año de edad, por lo que asumió la regencia Juan, el duque de Bedford.
4) 1422 – 1453. Al inicio de este periodo, el duque de Bedford había puesto en vigor el Tratado de Troyes, con lo que se creó una división en Francia entre partidarios de ingleses y franceses. Los ingleses tuvieron un inicio exitoso, interviniendo en el Norte de Francia para afianzar su poder y consolidando sus territorios en Normandía, llegando hasta el río Loira. Pero a partir de 1429, el transcurso de la guerra cambió de forma favorable para Francia. En el asedio de Orleans en 1429 apareció Juana de Arco, que levantó la moral francesa y consiguió varias victorias. El delfín Carlos se coronó rey de Francia en Reims en 1429 y Enrique VI hizo lo propio en la catedral de Nôtre-Dame de París en 1431. Esta ficticia doble monarquía ponía de manifiesto la división interna en la que estaba sumida Francia. Tras estos hechos y la quema de Juana de Arco en la hoguera en 1431, se abre un periodo favorable para Francia, obteniendo importantes victorias que tuvieron mayor importancia cuando en 1435 Borgoña retira su apoyo a Inglaterra. En los años finales de la guerra los franceses fueron conquistando poco a poco los territorios ingleses en Francia, hasta que la victoria sobre los ingleses en Castillon el 17 de julio de 1453 puso fin a la Guerra de los Cien Años.