Conocida como la abanderada de los humildes, Eva Perón, marcó la política y la historia argentina. De chica deseaba ser actriz y dejó su pueblo para cumplir su sueño, pero el destino hizo que se cruzara con Juan Domingo Perón, y que iniciara una nueva etapa. Lo acompañó en toda su carrera, como a ninguna mujer le habían permitido hasta el momento, y trabajó incesantemente por y para el pueblo. Luchó para que la mujer tenga un rol en la política y consiguió el voto femenino. Una enfermedad mortal terminó tempranamente con su vida, cuando estaba en su mejor momento.
El 7 de mayo de 1919, nacía en la estancia La Unión, cerca a Los Toldos, (Buenos Aires), María Eva Ibarguren, la quinta hija de la pareja de Juana Ibarguren, cocinera y costurera, y Juan Duarte, estanciero y político conservador de Chivilcoy, quien tenía otra familia legítima. Vivieron en la estancia hasta que su padre muere a causa de un accidente de tránsito cuando María Eva tenía tan sólo 6 años. En 1930, la madre decide viajar con su familia a Junín para comenzar una nueva vida. Eva continuó allí sus estudios y sus actuaciones en obras teatrales escolares. Cuando tenía 15 años, quiso abrirse camino y probar suerte en la capital de Buenos Aires, trabajando de lo que más amaba: la actuación. No fue fácil la vida para la adolescente. Sus primeros pasos los dio en la compañía de Eva Franco interpretando papeles de reparto. Luego trabajó en otras agrupaciones haciendo giras por las provincias, hasta pisar un escenario de la capital actuando para la dirección de Armando Discépolo. Comenzó a tener apariciones cada vez más relevantes, en diferentes obras teatrales y radiales, en películas junto con Luis Sandrini, y en publicidades. Según las críticas de la época, el desempeño actoral de Eva era bueno solamente en el medio radial. Igualmente, gracias a su trabajo pudo solventar sus gastos y llevar una vida mejor.
Conocida como la abanderada de los humildes, Eva Perón, marcó la política y la historia argentina. De chica deseaba ser actriz y dejó su pueblo para cumplir su sueño, pero el destino hizo que se cruzara con Juan Domingo Perón, y que iniciara una nueva etapa. Lo acompañó en toda su carrera, como a ninguna mujer le habían permitido hasta el momento, y trabajó incesantemente por y para el pueblo. Luchó para que la mujer tenga un rol en la política y consiguió el voto femenino. Una enfermedad mortal terminó tempranamente con su vida, cuando estaba en su mejor momento.
El 7 de mayo de 1919, nacía en la estancia La Unión, cerca a Los Toldos, (Buenos Aires), María Eva Ibarguren, la quinta hija de la pareja de Juana Ibarguren, cocinera y costurera, y Juan Duarte, estanciero y político conservador de Chivilcoy, quien tenía otra familia legítima. Vivieron en la estancia hasta que su padre muere a causa de un accidente de tránsito cuando María Eva tenía tan sólo 6 años. En 1930, la madre decide viajar con su familia a Junín para comenzar una nueva vida. Eva continuó allí sus estudios y sus actuaciones en obras teatrales escolares. Cuando tenía 15 años, quiso abrirse camino y probar suerte en la capital de Buenos Aires, trabajando de lo que más amaba: la actuación. No fue fácil la vida para la adolescente. Sus primeros pasos los dio en la compañía de Eva Franco interpretando papeles de reparto. Luego trabajó en otras agrupaciones haciendo giras por las provincias, hasta pisar un escenario de la capital actuando para la dirección de Armando Discépolo. Comenzó a tener apariciones cada vez más relevantes, en diferentes obras teatrales y radiales, en películas junto con Luis Sandrini, y en publicidades. Según las críticas de la época, el desempeño actoral de Eva era bueno solamente en el medio radial. Igualmente, gracias a su trabajo pudo solventar sus gastos y llevar una vida mejor.