La brecha territorial del país:Se trata de un país en donde el conflicto, desde los años sesenta, adoleció de una marcada impronta rural. No es casualidad que la pobreza en el campo cuadruplique los niveles del nivel urbano.
La profunda violencia estructural:Relacionado con lo anterior tiene que ver el hecho de que en las últimas décadas el conflicto armado interno tuvo mayor arraigo en aquellos escenarios regionales con peores registros en cuanto a desarrollo humano, calidad de vida o necesidades básicas insatisfechas.
Un Estado que brilla por su ausencia:Uno de los grandes ausentes del conflicto, y corresponsable directo de cómo se ha desarrollado el mismo, es el Estado colombiano. Los centros urbanos del país, empezando por Bogotá, vivieron durante décadas a espaldas de la violencia armada
La falta de control territorial:El punto número tres del Acuerdo de Paz suscrito con la guerrilla preveía que una vez que las FARC-EP iniciasen el proceso de tránsito a la vida civil y, por ende, la dejación de las armas, las fuerzas militares pasarían a controlar dicho territorio.
La transformación de la violencia:La paz no es la ausencia de guerra. La paz es la ausencia de las condiciones materiales y simbólicas que alimentan esa guerra.
Un narcotráfico que no cesa:Asumiendo como buena la tesis de dos de los mayores expertos sobre la violencia en Colombia, como son James Henderson y, sobre todo, Daniel Pécaut, sin el narcotráfico, muy posiblemente no estaríamos hablando ni de guerrillas ni de una magnitud de la violencia como la que presenta el país.
Una guerrilla fracturada y sin legitimidad:Por cómo se han dado los acontecimientos, algunos de ellos ajenos por completo a la extinta guerrilla, lo cierto es que las FARC-EP también presentan importantes responsabilidades.
Un Gobierno irresponsable:Por si fuera poco, la llegada de Iván Duque a la presidencia fue la gota que colmó el vaso.
Respuesta:
¿Qué factores impiden que haya paz en Colombia?
Los factores que lastran la paz en Colombia:
La brecha territorial del país:Se trata de un país en donde el conflicto, desde los años sesenta, adoleció de una marcada impronta rural. No es casualidad que la pobreza en el campo cuadruplique los niveles del nivel urbano.
La profunda violencia estructural:Relacionado con lo anterior tiene que ver el hecho de que en las últimas décadas el conflicto armado interno tuvo mayor arraigo en aquellos escenarios regionales con peores registros en cuanto a desarrollo humano, calidad de vida o necesidades básicas insatisfechas.
Un Estado que brilla por su ausencia:Uno de los grandes ausentes del conflicto, y corresponsable directo de cómo se ha desarrollado el mismo, es el Estado colombiano. Los centros urbanos del país, empezando por Bogotá, vivieron durante décadas a espaldas de la violencia armada
La falta de control territorial:El punto número tres del Acuerdo de Paz suscrito con la guerrilla preveía que una vez que las FARC-EP iniciasen el proceso de tránsito a la vida civil y, por ende, la dejación de las armas, las fuerzas militares pasarían a controlar dicho territorio.
La transformación de la violencia:La paz no es la ausencia de guerra. La paz es la ausencia de las condiciones materiales y simbólicas que alimentan esa guerra.
Un narcotráfico que no cesa:Asumiendo como buena la tesis de dos de los mayores expertos sobre la violencia en Colombia, como son James Henderson y, sobre todo, Daniel Pécaut, sin el narcotráfico, muy posiblemente no estaríamos hablando ni de guerrillas ni de una magnitud de la violencia como la que presenta el país.
Una guerrilla fracturada y sin legitimidad:Por cómo se han dado los acontecimientos, algunos de ellos ajenos por completo a la extinta guerrilla, lo cierto es que las FARC-EP también presentan importantes responsabilidades.
Un Gobierno irresponsable:Por si fuera poco, la llegada de Iván Duque a la presidencia fue la gota que colmó el vaso.
Explicación: