La paz es sin duda un interés nacional independiente de la perspectiva ideológica o conceptual desde la cual se revise. Así mismo, es absolutamente reconocida la relevancia de la finalización del conflicto interno que ha afectado la seguridad, las instituciones y el desarrollo del Estado. Las diferencias surgen en torno al camino a seguir para alcanzar la paz y el uso de los elementos de poder de los que dispone el Estado para este propósito.
Así como en las interacciones en la arena internacional es clara la influencia de elementos tangibles del poder de un estado, como lo son el poder militar, la geografía; e intangibles como el liderazgo y las alianzas, es preciso tener presente que consideraciones geopolíticas también tienen incidencia en el contexto nacional.
La paz en Colombia se ha buscado mediante el ejercicio del poder militar. Frente a los resultados más recientes pongo a consideración la afirmación presentada por el Ministerio de Defensa Nacional en el informe MEMORIAS AL CONGRESO 2012-2013:
“No hay amenaza nacional sino amenazas locales diferenciadas”
Conviene revisarse la anterior afirmación, así como el estado de la seguridad en el país y las cifras de las víctimas civiles, militares y de policía, que ha dejado el conflicto interno.
Por otra parte, como un elemento importante se encuentra la geografía de Colombia, caracterizada por la diversidad y riqueza, pero así mismo, por el difícil acceso no sólo por aspectos de relieve sino por la ausencia del Estado, y de otro lado por el control y la exclusión – en algunos casos ilegal – que se ha establecido en extensas áreas. De acuerdo con lo anterior, es este un factor determinante del poder que puede tener el país en la medida que las iniciativas que se adelantan en materia agraria alcancen resultados significativos. Este es el caso de la restitución de tierras, que requiere mayor presencia estatal, garantizando el acceso de la población rural a los servicios fundamentales que establece la Constitución Política, de modo que no haya lugar a la desigualdad como justificación para levantamientos en armas.
Continuando en términos de poder, el poder intangible determinado – entre otros – por el liderazgo y la calidad del gobierno, debería materializarse en acuerdos alrededor de políticas de Estado, en este sentido, los acuerdos con sectores políticos que defina un mandatario deben contemplar una agenda de intereses nacionales y las estrategias precisas para alcanzarlos, lo cual es evidentemente idealista teniendo en cuenta los antecedentes de acuerdos burocráticos que han estado presentes en la costumbre política del país, y por tanto, afectan la confianza de los ciudadanos en sus dirigentes y la efectividad del modelo democrático.
Cada elemento de poder del Estado es legítimo y la definición de su aplicación constituye una definición de política que el Presidente puede realizar en el marco de sus facultades constitucionales y teniendo en cuenta los acuerdos que comprometen al país en el escenario internacional, de manera que riesgos como la impunidad estén debidamente identificados y vedados. Sin embargo, los ciudadanos son quienes tienen la potestad frente al medio por el cual el país debe salir de un conflicto que se ha prolongado durante tantos años, teniendo claro que su decisión no debe ser motivada únicamente por fines electorales y las exaltaciones que traen consigo estos procesos
La paz es sin duda un interés nacional independiente de la perspectiva ideológica o conceptual desde la cual se revise. Así mismo, es absolutamente reconocida la relevancia de la finalización del conflicto interno que ha afectado la seguridad, las instituciones y el desarrollo del Estado. Las diferencias surgen en torno al camino a seguir para alcanzar la paz y el uso de los elementos de poder de los que dispone el Estado para este propósito.
Así como en las interacciones en la arena internacional es clara la influencia de elementos tangibles del poder de un estado, como lo son el poder militar, la geografía; e intangibles como el liderazgo y las alianzas, es preciso tener presente que consideraciones geopolíticas también tienen incidencia en el contexto nacional.
La paz en Colombia se ha buscado mediante el ejercicio del poder militar. Frente a los resultados más recientes pongo a consideración la afirmación presentada por el Ministerio de Defensa Nacional en el informe MEMORIAS AL CONGRESO 2012-2013:
“No hay amenaza nacional sino amenazas locales diferenciadas”
Conviene revisarse la anterior afirmación, así como el estado de la seguridad en el país y las cifras de las víctimas civiles, militares y de policía, que ha dejado el conflicto interno.
Por otra parte, como un elemento importante se encuentra la geografía de Colombia, caracterizada por la diversidad y riqueza, pero así mismo, por el difícil acceso no sólo por aspectos de relieve sino por la ausencia del Estado, y de otro lado por el control y la exclusión – en algunos casos ilegal – que se ha establecido en extensas áreas. De acuerdo con lo anterior, es este un factor determinante del poder que puede tener el país en la medida que las iniciativas que se adelantan en materia agraria alcancen resultados significativos. Este es el caso de la restitución de tierras, que requiere mayor presencia estatal, garantizando el acceso de la población rural a los servicios fundamentales que establece la Constitución Política, de modo que no haya lugar a la desigualdad como justificación para levantamientos en armas.
Continuando en términos de poder, el poder intangible determinado – entre otros – por el liderazgo y la calidad del gobierno, debería materializarse en acuerdos alrededor de políticas de Estado, en este sentido, los acuerdos con sectores políticos que defina un mandatario deben contemplar una agenda de intereses nacionales y las estrategias precisas para alcanzarlos, lo cual es evidentemente idealista teniendo en cuenta los antecedentes de acuerdos burocráticos que han estado presentes en la costumbre política del país, y por tanto, afectan la confianza de los ciudadanos en sus dirigentes y la efectividad del modelo democrático.
Cada elemento de poder del Estado es legítimo y la definición de su aplicación constituye una definición de política que el Presidente puede realizar en el marco de sus facultades constitucionales y teniendo en cuenta los acuerdos que comprometen al país en el escenario internacional, de manera que riesgos como la impunidad estén debidamente identificados y vedados. Sin embargo, los ciudadanos son quienes tienen la potestad frente al medio por el cual el país debe salir de un conflicto que se ha prolongado durante tantos años, teniendo claro que su decisión no debe ser motivada únicamente por fines electorales y las exaltaciones que traen consigo estos procesos