La contaminación puede causar, a largo plazo, daños irreversibles en el patrimonio hereditario, incluso en concentraciones muy pequeñas, pero sostenidas en el tiempo. En declaraciones a Efe, el doctor Benjamín Sánchez y Fernández Murias, subdirector general de Sanidad Ambiental, afirmó que numerosas sustancias habituales en la contaminación de nuestro aire, agua o alimentos son cancerígenas, si bien la dificultad de determinar las dosis, el umbral y el tiempo de exposición que suponen riesgo claro ha impedido hasta ahora que se tenga en cuenta este factor en la legislación, aunque algunas sustancias probadamente cancerogenéticas, como el benzopireno, son aludidas por algunas normas.El doctor Murias señaló la cifra de cuatro millones de productos químicos sintetizados o aislados a partir de sustancias naturales, de los cuales unos 60.000 se emplean con relativa frecuencia. A todas estas sustancias hay que añadir los residuos de la producción de energía, los transportes y la actividad industrial, hasta el punto de que no sólo están contaminados el aire, las aguas, el suelo y los alimentos, sino que incluso los hogares están inundados de una gran diversidad de productos químicos para la limpieza, plaguicidas, cosméticos y medicamentos de todo tipo.
Todas esas sustancias, si alcanzan concentraciones suficientes, pueden afectar a la salud humana y a la calidad de su medio ambiente. Incluso algunos productos presentes en el medio habitual del hombre de hoy pueden actuar directamente como causa de enfermedades crónicas, o bien indirectamente alterando, por ejemplo, la sensibilidad del organismo a los agentes infecciosos. Algunos de ellos pueden producir alteraciones genéticas, aún poco conocidas, que pueden afectar a generaciones posteriores.
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La contaminación puede causar, a largo plazo, daños irreversibles en el patrimonio hereditario, incluso en concentraciones muy pequeñas, pero sostenidas en el tiempo. En declaraciones a Efe, el doctor Benjamín Sánchez y Fernández Murias, subdirector general de Sanidad Ambiental, afirmó que numerosas sustancias habituales en la contaminación de nuestro aire, agua o alimentos son cancerígenas, si bien la dificultad de determinar las dosis, el umbral y el tiempo de exposición que suponen riesgo claro ha impedido hasta ahora que se tenga en cuenta este factor en la legislación, aunque algunas sustancias probadamente cancerogenéticas, como el benzopireno, son aludidas por algunas normas.El doctor Murias señaló la cifra de cuatro millones de productos químicos sintetizados o aislados a partir de sustancias naturales, de los cuales unos 60.000 se emplean con relativa frecuencia. A todas estas sustancias hay que añadir los residuos de la producción de energía, los transportes y la actividad industrial, hasta el punto de que no sólo están contaminados el aire, las aguas, el suelo y los alimentos, sino que incluso los hogares están inundados de una gran diversidad de productos químicos para la limpieza, plaguicidas, cosméticos y medicamentos de todo tipo.
Todas esas sustancias, si alcanzan concentraciones suficientes, pueden afectar a la salud humana y a la calidad de su medio ambiente. Incluso algunos productos presentes en el medio habitual del hombre de hoy pueden actuar directamente como causa de enfermedades crónicas, o bien indirectamente alterando, por ejemplo, la sensibilidad del organismo a los agentes infecciosos. Algunos de ellos pueden producir alteraciones genéticas, aún poco conocidas, que pueden afectar a generaciones posteriores.
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ESPERO TE SIRVA (✷‿✷)