Santa Rosa, nació en Lima en el año 1586 bajo el nombre de Isabel Flores de Oliva. Su belleza era tal que pronto empezaron a llamarla entre su familia Rosa y finalmente el día de su confirmación tomó el nombre de Rosa de Santa María. El Santa María nos revela su profunda devoción a la Madre, a quien frecuentemente llamaba la Señora del Rosario. Su profundo amor a Jesucristo se hizo evidente desde muy temprana edad. De pequeña rezando frente a la Virgen se le apareció la imagen del niño Jesús y le dijo: «Rosa conságrame a mi todo tu amor» y desde ahí la santa se propuso vivir para Jesucristo renunciando a cualquier inclinación matrimonial.
Durante su vida, Rosa de Lima fue un ejemplo muy claro de obediencia, fortaleza, trabajo, servicio y amor a Dios. Pero hay tres puntos fundamentales que el entonces cardenal Ratzinger nos hace notar, tres puntos que son la herencia de la santa para el pueblo cristiano.
En su homilía, el cardenal Ratzinger, resalta la forma en que santa Rosa se dirigía a Dios «no como recitación de fórmulas, sino como un dirigirse interiormente al Señor, como estar en su luz, como dejarse incendiar por su fuego santo». Su vida misma era una oración. Lograba permanecer en oración incluso mientras hacía sus labores. Era muy talentosa en el costura y con ese oficio también sostenía a su familia. Cabe resalta que ella tuvo la idea de realizar vestidos con oraciones para la Virgen María y el Niño Jesús aquí un extracto de uno de los vestidos: «Ha de hacerse este vestido sesenta y tres días de ayuno a pan y agua, veite y cinco mil ave marías, y sesenta y tres salves en reverencias de los días sanctissimos que en este mundo vivió la Reyna de los ángeles y mi señora» (Rosa de Lima. Escritos de la santa limeña).
Rosa nunca dejaba de alabar a Dios, su amor la sobrepasaba y constantemente daba fe de las bondades y mercedes que de Nuestro Señor recibía. Con su vida misma santa Rosa nos deja esta gran enseñanza, la oración no es un simple recitar de fórmulas, la oración para el cristiano es la vida misma donde sea y en el momento que sea.
Respuesta:
Santa Rosa, nació en Lima en el año 1586 bajo el nombre de Isabel Flores de Oliva. Su belleza era tal que pronto empezaron a llamarla entre su familia Rosa y finalmente el día de su confirmación tomó el nombre de Rosa de Santa María. El Santa María nos revela su profunda devoción a la Madre, a quien frecuentemente llamaba la Señora del Rosario. Su profundo amor a Jesucristo se hizo evidente desde muy temprana edad. De pequeña rezando frente a la Virgen se le apareció la imagen del niño Jesús y le dijo: «Rosa conságrame a mi todo tu amor» y desde ahí la santa se propuso vivir para Jesucristo renunciando a cualquier inclinación matrimonial.
Durante su vida, Rosa de Lima fue un ejemplo muy claro de obediencia, fortaleza, trabajo, servicio y amor a Dios. Pero hay tres puntos fundamentales que el entonces cardenal Ratzinger nos hace notar, tres puntos que son la herencia de la santa para el pueblo cristiano.
En su homilía, el cardenal Ratzinger, resalta la forma en que santa Rosa se dirigía a Dios «no como recitación de fórmulas, sino como un dirigirse interiormente al Señor, como estar en su luz, como dejarse incendiar por su fuego santo». Su vida misma era una oración. Lograba permanecer en oración incluso mientras hacía sus labores. Era muy talentosa en el costura y con ese oficio también sostenía a su familia. Cabe resalta que ella tuvo la idea de realizar vestidos con oraciones para la Virgen María y el Niño Jesús aquí un extracto de uno de los vestidos: «Ha de hacerse este vestido sesenta y tres días de ayuno a pan y agua, veite y cinco mil ave marías, y sesenta y tres salves en reverencias de los días sanctissimos que en este mundo vivió la Reyna de los ángeles y mi señora» (Rosa de Lima. Escritos de la santa limeña).
Rosa nunca dejaba de alabar a Dios, su amor la sobrepasaba y constantemente daba fe de las bondades y mercedes que de Nuestro Señor recibía. Con su vida misma santa Rosa nos deja esta gran enseñanza, la oración no es un simple recitar de fórmulas, la oración para el cristiano es la vida misma donde sea y en el momento que sea.
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